Narra Ana
—Camina —uno de aquellos hombres me empujo obligándome a avanzar por los caminos oscuros y tan detestables de HYDRA—. Rápido —nuevamente un nuevo empuje en mi espalda.
—Es lo que estoy haciendo —encare aquel hombre mirándolo sin miedo y de manera furiosa—. Por más que quiera escapar, no puedo —levante mis manos mostrando el accesorio que había puesto en mis muñecas—. Ni siquiera darte lo que mereces —el puño de Rumlow se estampo en mi mejilla sacando nuevamente sangre de mi labio.
—Entonces camina más rápido —menciono con una sonrisa en su rostro, lo mire llena de odio este sólo me obligo a dar la vuelta y volvió a empujar mi cuerpo obligándome a avanzar.
—Estúpido hijo de perra —susurre por lo bajo siguiendo con mi camino.
Frente a nosotros dos guardias escoltaban una habitación con una puerta de rejas, con forme nos íbamos acercando podía ver un poco mejor dentro de ella. Aquellos hombres abrieron la puerta para nosotros, percatándome de quien se encontraba dentro.
—James —exclame con un toque de felicidad viendo al hombre, mi intención era ir hacia él, pero me lo impidieron sujetándome, prohibiéndome avanzar—. ¡Suéltame! —exigí moviéndome intentando liberarme.
James empezó a moverse de un lado a otro, un doctor arreglaba su brazo de metal, el cual había quedado dañado en la pelea contra Steve, supongo que, aunque no quise lastimarlo también había ayudado a ese daño, pero ahí estaba, moviéndose inquietamente.
Su rostro expresaba una cierta y notable confusión, era como si él recordara algo, aquel pensamiento dibujo una sonrisa en mi rostro. El doctor que arreglaba aquel brazo de metal salió volando unos centímetros, un James agitado y enojado apareció, los agentes le apuntaron rápidamente soltándome dejándome sin protección. No lo dude y me acerque a él.
—James —llame su atención con voz suave y tranquila—. Hola —intente tocarlo, pero retrocedió—. Bajen las armas —pedí, pero ellos no hicieron caso a mi petición—. Bajen las armas, sólo lo están abrumando más —ellos observaron a Rumlow en señal de aprobación. El líder asintió con un movimiento de cabeza bajando su arma—. Hey, todo está bien —asegure colocándome en cuclillas frente a él, colocando mis manos en sus rodillas.
—Tu... —menciono mirándome fijamente—. Estabas en el puente.
—Si —asentí—. Yo estaba en el puente.
—¿Por qué tus manos...? —su mirada se posó en las enormes esposas que rodeaban mis muñecas.
—Oh, esto no es nada —sonreí restándole importancia—. Es solo para el cuidado de todos aquí —la mano de alguien me tomo por el brazo. Rumlow coloco un aparato en aquellas esposas y tras hacer un pequeño ruido y prenderse el foco en color verde estas se abrieron dejándome libre.
—Eres una de ellos —aseguro más que preguntar.
—Creo que trabajo para ambos —mencione sin muchos ánimos—.
—¿Por qué me besaste? —cuestiono un poco molesto, pero sobre todo muy confundido.
—¿Lo recuerdas? —asintió—. ¿Me recuerdas?
—Un poco —asentí con una sonrisa volviéndome a colocar en la antigua posición—. ¿Ana?
—Si soy yo —asegure tomando sus manos—. Yo te voy a ayudar a... —el sonido de la reja abrirse llamo mi atención impidiendo seguir hablando.
—No creo que lo ayudes mucho —informo entrando a la habitación.
—Eres un maldito bastardo —solté las manos del soldado para ponerme de pie e ir en su dirección, mi plan de tan siquiera romper su nariz se fue a la mierda cuando la mitad del equipo de Strike se interpuso entre él y yo—. No podrán cuidarte por siempre —aclare. Pierce sonrió con arrogancia pasando directo hacía James.
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Libre - Tercera temporada
FanfictionNueva ciudad, nueva vida. Es lo que pensaron Steve y Ana al mudarse a Washington D.C pero, nuevos problemas surgen también. Con la llegada del que mucha gente cree un cuento "El Soldado del Invierno" . SHIELD infiltrada, recuerdos del pasado, nuevo...