A 4 semanas de lo que fue dado a conocer por las cadenas de noticieros como un "suicidio" la ciudad no podía estar mas tranquila.
Incluido Shizuo que al deshacerse de el mas importante enemigo de su vida, pasaba los días como si fueran los mejores.
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El vaso que hace poco contenía agua se rompió en su mano, enterrándose decenas de pedazos en la palma, Shizuo observo como un hilito de sangre comenzaba a descender por esta.
No dolía, así que le fue sencillo retirar los cristales incrustados en su piel, algunos de considerable tamaño y dejarlos en la mesa de la cocina.
El sujeto de la mascara le había dado a entender que habría otro vídeo...pero ¿Porque mostrárselo a alguien como el?
Shizuo e Izaya eran enemigos por naturaleza y aunque admitiera que ver al azabache respirando le sorprendió, era un tema fuera de su completo interés, si le estaba ocurriendo eso era porque el informante se había metido en un trabajo sumamente peligroso, el se lo había buscado y debía enfrentarse a las consecuencias solo como siempre.
No merecía ver esos vídeos porque simplemente el no haría nada.
Shizuo suspiro cuando saco el ultimo pedazo de vidrio y sin mas se dirigió de nuevo frente a la televisión, saco el disco y lo regreso a su estuche para finalmente depositarlo en la mesa de centro que usualmente usaba para poner los pies.
Miro por unos minutos la pantalla negra que hace poco le había mostrado los gritos de Izaya, sonrió.
"Te lo mereces, aunque hubiera preferido ser yo el que acabara con tu vida Izaya" pensó y sin mas fue hacia su habitación para dormir.
19
Una semana después la ciudad permanecía normal, bueno...los ciudadanos ya consideraban todo lo extraño que ocurría en Ikebukuro diariamente normal.
Pero fuera de una ocasional pelea o rumores acerca del avistamiento de la jinete sin cabeza, la rutina de todos era la misma e incluso mas tranquila teniendo en fuera las desastrosas peleas que cierto dúo ocasionaba, o mas bien, que solía ocasionar, pues teniendo al mas temible informante de Japón fuera de juego Shizuo ya no tenia razones para lanzar lo que se cruzara en su camino hacia alguien que todos creían muerto.
La propia rutina del barman tampoco se desvío, algo pesado sabiendo que Izaya seguía convida pero contento al saber que en donde sea que fuera, un loco lo tenia bien amarrado como un animal, un papel digno.
Pero fue hasta el sexto día desde que el disco había aparecido frente a su puerta que recibió un mensaje de su amiga Celty, en esos momentos se encontraba en el trabajo con Tom en un encargo tomándole desprevenido.
El mensaje era simple pero cargado de una terrible angustia poco común en su amiga...
[Ven rápido a nuestro departamento, por favor] leyó en voz alta a su jefe detrás de el curioso, suspiro y cerro los ojos para después frotase un poco el cabello.
-Pues es algo complicado, sin Vorona para remplazarte no puedo hacer mucho- nostálgicamente pensó en su compañera quien había partido hace semanas de regreso a Rusia, el trabajo no era lo mismo sin ella, tanto tiempo juntos le hizo desarrollar un gran aprecio por su subordinada que ahora echaba de menos. Esperaba que esos asuntos familiares pudieran resolverse pronto para tenerla de vuelta ahí.
