A 4 semanas de lo que fue dado a conocer por las cadenas de noticieros como un "suicidio" la ciudad no podía estar mas tranquila.
Incluido Shizuo que al deshacerse de el mas importante enemigo de su vida, pasaba los días como si fueran los mejores.
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Algunas veces llego a pensar lo que seria una vida con Izaya muerto.
Rebosaba felicidad con tan solo imaginarlo, su enemigo fuera de juego solo significaba un nuevo comienzo, un nuevo día sin corajes ni gritos, trabajar sin la frustración de que en cualquier instante esa molesta pulga aparecería solamente para enfadarle y hacerlo perder los estribos, ese pequeño ser le hizo hacer muchas cosas de las que se arrepiente ahora.
Si, definitivamente una vida sin Orihara Izaya seria mucho mejor, mas pacifica, mas llevadera.
Al menos esa era su forma de pensar hace meses, en el transcurso del tiempo su mente maduro bastante admitía, por primera ves desde hace mucho tiempo vio a una persona sin juzgar, sin todas las mentiras y pecados que llevaba, solo se limito a observar el interior, un niño que lo había perdido todo.
A su manera los dos llegaban a ser iguales, quería creerlo así.
Su vida tampoco fue la mejor, pero el tuvo la fortuna de temer una familia que a pesar de las dificultades lo quisieron a su manera. Talvez...el obtuvo mas apoyo que Izaya...y de nuevo le hacían preguntarse como hubieran sido las cosas si sus vidas o familias hubieran sido diferentes.
-Izaya...- susurro, un nudo se había formado en su garganta y sus lagrimas eran lo único que podían transmitir todo el dolor y frustración que sentía, rozo su mejilla y su corazón se encogió al sentir la palidez de su piel, se agacho un poco, quedando a la altura de su pecho, precisamente donde su corazón con esperanza debía seguir latiendo.
Aguardo, viéndose interrumpido por su propia respiración y sollozos, maldijo y trato de serenarse mas era imposible.
Volvió a tratar, esta ves mordiéndose el labio inferior para lograr dejar de hacer ruido.
Espero.
Y las lagrimas volvieron a salir, con mas fuerza. Se permitió gritar y maldecir.
-Valla...¡Pensé que podrías logarlo!- una voz interrumpió y unas carcajadas le siguieron. Shizuo inmediatamente alzo la cabeza y giro para ver al originario de tanto dolor que a pesar de todo parecía disfrutar de la situación, pues con una enorme sonrisa de cinismo en el rostro le observaba divertido.
-Tu...- murmuro, apretó las manos alrededor de la camiseta del azabache.
-¡Yo!- exclamo Matt animado.-Felicidades, encontraste a tu princesa antes de que el edificio cayera-. señalo la estructura que milagrosamente permanecía intacta, las llamas devoraban todo cada ves mas rápido, calculaba un par de minutos para que por fin todo cediera y se viniera abajo, si no se movía de ahí acabaría enterrado bajo escombros ardientes y basura.
El se puso de pie lentamente, apartándose del informante con cuidado, miro al hombre frente a el transmitiendo todo el odio que sentía atreves de sus ojos, y graciosamente el otro logro captar sus intenciones, su sonrisa se ensancho mas y deslizo un pie hacia atrás colocándose en una posición básica de defensa, sabia que había estado tomándose su tiempo para enfrentarle, probablemente ese fue uno de sus propósitos desde el inicio y lo estaba consiguiendo, si su plan era hacerlo enfadar ya lo había logrado.
