"10"

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La habitación volvía a ser iluminada por aquel pequeño foco, un cuerpo frágil, delgado y débil temblaba en el suelo

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La habitación volvía a ser iluminada por aquel pequeño foco, un cuerpo frágil, delgado y débil temblaba en el suelo.

Jadeaba.

Un clic se escucho y la cámara que acostumbraba a siempre estar sobre su soporte fue removida hasta quedar en el suelo.

-Pulga- una voz femenina hizo eco, la hermosa figura de la chica apareció, a pesar de no traer tacones, sus zapatos que hacían juego con el uniforme hacían demasiado ruido, si no fuera por la mirada coqueta y sonrisa tierna podría pasar desapercibida como cualquier estudiante, ejemplar pero algo traviesa.

Con paso lento llego hasta el cuerpo del que solía llamarse "Él gran informante de Shinguku" y sus manos delgadas y pálidas comenzaron a acariciar el pelo de este, empezando por las puntas hasta el nacimiento del pelo.

Izaya se encogió, su respiración era agitada.

-Una vez me preguntaste si me gustaba alguien ¿No es así? En la escuela, creo que nunca pude responderte de forma adecuada.

Dejo su cabello para comenzar a bajar por su mejilla hasta su cuello, aquel roce hizo al menor estremecerse, gimió.

Ella tomo ese acto como respuesta y se agacho,  el informante estaba de lado y la chica hizo que se girara quedando boca arriba, la mujer se sentó sobre el y de un pequeño bolsillo en su falda saco una botella con un liquido transparente.

-No quiero que te hagas ilusiones, me entere de que te gusto así que no quiero que tomes esto como si te correspondiera, a mi me gusta Vorona, la amo como no tienes idea.

La chica acomodo unos cuantos mechones rosados detrás de la oreja y después abrió la botella.

-Ahora se bueno y di ¡Ah!- dijo y acerco el liquido a la boca de Izaya.

Este giro la cabeza negándose inmediatamente.

-Vamos, vamos tengo que cuidar bien de ti, la droga que te dio mi jefe hace poco esta por terminar de surtir efecto así que debo darte una nueva.

Pero el azabache siguió negándose, la poca luz que proporcionaba el foco dejaba ver el rostro de Izaya, estaba sucio pero en sus mejillas resaltaba un pequeño sonrojo, emitía jadeos de vez en cuando y a juzgar por su expresión parecía que no podía respirar con normalidad.

El rostro de la chica se deformo en una mueca de disgusto, sus ojos se oscurecieron y un gruñido salió de sus labios.

-¡Tómatelo!- grito, tomo con fuerza la mandíbula del menor abriendo su boca, con habilidad coloco la droga en sus labios y el resto fue sencillo.

Cuando la botella quedo vacía le soltó, Izaya tosió y volvió a girarse, tirando a la chica en el acto quien en vez de enojarse comenzó a reír.

-¡Eres divertido, sin dudarlo!- exclamo en medio de múltiples carcajadas.

El débil chico trato de ponerse de pie, quedando incado en el suelo, miro a su alrededor como si de pronto desconociera aquel lugar donde ya llevaba mas de dos meses preso y dijo...

-No lo soy- su voz fue baja y rota.

-¡Lo eres! Deberías saberlo mejor que nadie señor amo a todos los humanos- la chica se puso de pie y volvió a quedar junto a Izaya, esta vez abrazándolo por detrás.

La habitación quedo sumida en silencio salvo un incesante goteo y unos jadeos.

-Eres muy malo Shizu-chan- volvió a decir el azabache -Muy malo.

-Ah...pero que dices pulga, yo lo estoy disfrutando- susurro.

Silencio.

Goteo.

Jadeo.

La chica dejo el abrazo y volvió a ponerse de pie, Izaya solo pudo mantenerse unos segundos antes de dejarse caer nuevamente al suelo.

Un inusual cabello rosado desapareció de la cámara y volvió en cuestión de segundos, esta vez las delgadas y aparentemente frágiles manos cargaban con un gran martillo, lo paso de una mano a otra jugando y lo giro unas cuantas veces demostrando una anormal fuerza, se agacho esta vez quedando sentada sobre las piernas del informante.

-Me dijeron que podía hacer lo que quisiera contigo y pensé...que a pesar de que tus probabilidades de escapar son pocas, no hay que dudar del segundo hombre mas fuerte de Ikebukuro, debía de pensar una manera de asegurarme de que no te movieras y afortunadamente la encontré.

Entonces se inclino y unió sus labios con los del informante.

Izaya abrió los ojos sorprendido, miro a la chica y sus lagrimas aumentaron, sollozo en la boca de ella y pareció como si quisiera corresponderle.

Fue un beso seco, carente de sentimiento.

Goteo.

Y entonces al momento de separarse, ella dirigió el martillo con fuerza a la pierna de Izaya.

Un grito acompañado del sonido de los huesos quebrarse fue lo único que pudo oírse.

19

Tarde, creo :v
Entre a la escuela y bueno no se me entro la depre porque nos cambiaron de grupos y yo soy bien dificil para hacer amigos u-u
Eso y que no tenia ganas de escribir, no se porque...fueron dias extraños .-.

"19"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora