"Buscando olvidar"

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Fueron necesarios los brazos de Jonathan, Kadota y un par de sombras de Celty para que Izaya dejara de abrirse las heridas en sus brazos, había estado encajándose las uñas en su piel con tal fuerza que las abrió y de paso provoco unas nuevas, su c...

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Fueron necesarios los brazos de Jonathan, Kadota y un par de sombras de Celty para que Izaya dejara de abrirse las heridas en sus brazos, había estado encajándose las uñas en su piel con tal fuerza que las abrió y de paso provoco unas nuevas, su cuerpo tenso, sudado en un mar de nervios y miedo mas los gritos que costaron minutos para desaparecer otorgo a los presentes un golpe de la realidad a la que se enfrentaban.

El joven rubio abrazo al informante con demandante fuerza lastimándolo en el acto pero logrando que dejara de retorcerse y lastimarse así mismo, lo tuvo aferrado a el por varios minutos en los que Shinra aprovecho para preguntarle que había ocurrido.

-Estaba aquí, detrás de mi- hablo Izaya temblando haciendo esfuerzo propio por serenarse.-¡No se a ido, jamás lo hará!- termino por romper en llanto.

Y eso provoco a las gemelas una opresión en el pecho, una mezcla de rabia y culpabilidad que sabían no se irían, Kururi que siempre era serena había dejado que las lagrimas salieran de sus ojos y se dejo caer al suelo junto a su hermano seguida de Mairu y ambas se apegaron a el en un doloroso abrazo que Izaya tardo en corresponder. Celty no sabría explicar lo bello y tierno que le resulto esa escena.

-Iza-nii- ese pesado apodo le supo una felicidad inmensa al azabache, hace poco había presenciado o mas bien escuchado los gritos desgarradores de Mairu gritando y clamando su ayuda sabiéndose que era en vano, y la tenia ahí, su pequeña hermanita estaba sobre el tan viva y cálida que le sofocaba (en el buen sentido) llorando y exclamando su nombre con una energía tan propia de ella que lograban hacerle olvidar su pesar, a su lado Kururi sollozaba en su pecho y se negaba a alzar la cabeza y revelar sus ojos rojos por las lagrimas, el ya la había visto llorar varias veces así que no hacia falta adivinar el rostro de la mas joven.

Sus hermanas.

Su familia.

Se aferro a ellas con ganas, llorando también, rogando el perdón en medio de sollozos, ya no valía la pena seguir fingiendo, ahora lo que mas quería era sentirse necesitado por alguien, querido, y sabia que ese sentimiento lo conseguiría por medio de las chicas sobre su cuerpo, estaba bien, siempre fue suficiente, todo lo que hizo por ellas jamás lo lamento y en cambio agradecía jamás haber pensado de otra manera, pudo haberse apegado a esa personalidad retorcida que creo desde su llegada a Japón, pudo haber aparentado que todo le daba igual y que no tenia ojos para nadie mas que no fueran sus preciados humanos.

Más con Mairu y Kururi no se podía fingir, por mas que lo quiso jamas se vio en la capacidad de siquiera hacer algo para tratar de traicionar su confianza.

Las abrazo como jamás lo hizo en años.

-Perdón- gritaron en medio del llanto, sin importarles parecer niñas pequeñas, habían extrañado y temido por su hermano horriblemente, y era un gran alivio poderlo tener ahí de nuevo, tal ves sus disculpas eran innecesarias, de cierta forma lo que había ocurrido había sido la culpa tanto de ellas como de Izaya, sabían de su trabajo perfectamente, conocían los riesgos en los que el informante se metía a diario. Era cuestión de tiempo. El ya había sido victima de secuestro incontables veces mas solo se limitaron a dos o tres días encerrado en un almacén viejo atado de pies y manos mas nada como eso, ambas pensaban que talvez seria cuestión de un par de días para que el azabache pudiera encontrar la manera de escapar. Mas no fue así, la imagen de semana tras semana observando a su hermano romperse era dolorosa, el hombre que se encargo de cuidarlas a su pobre manera ya no seria el mismo.

"19"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora