"El Antes"

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Corría.

Bajo la intensa lluvia, esquivando los grandes charcos de agua del suelo, evadiendo los autos que le ordenaban moverse de en medio de la calle, hábil giraba y saltaba sobre cualquier obstáculo.

Su madre habia dejado de perseguirle desde hace ya bastante rato pero todavía podia oírla, oía sus gritos y sentía que si se detenía ella lo tomaría por los hombros y lo arrastraría de nuevo dentro de esa endemoniada casa.

Lo golpearía, le gritaría, haría que aquellos hombres volvieran.

¿Como habia escapado si quiera?

¿Como podia mantenerse en pie cuando todo su ser ardía?

El vecindario quedo atrás remplazándose poco a poco por el suelo verdoso y grandes arboles que se alzaban lentamente a su alrededor, entro a una pequeña zona boscosa que el mismo desconocía, pero no paro, acomodo el gorro de su sudadera para impedir que la lluvia siguiera mojándole y emprendió de nuevo su carrera internándose dentro de aquel paisaje desconocido.

¿Que pasaba si se perdía?

Todo era mejor a tener que volver.

¿Pero y si se dañaba?

¿Podría estar peor de lo que ahora?

Por una bajada y con ayuda de la raíz salida de un árbol descendió lentamente queriendo internarse lo mas posible hasta perderse, la tierra ahora era resbalosa, un paso en falso y caería exponiéndose a un golpe contra una de las múltiples rocas que habia así que debía andarse con mucho cuidado,  al terminar su descenso vio que a pocos pasos de el yacía un rio, seguramente siempre tranquilo pero que ahora se portaba salvaje prometiendo que aquel que pisara dentro de el no saldría jamás. El viento aumento y con el la fuerza de la lluvia, el chico se abrazo a si mismo en la espera de poder brindarse algo de calor, continuo avanzando.

En su mente se repetían las mismas imágenes.

Su madre abriéndole la puerta a esos sujetos, tres hombres de buena apariencia pero con una sonrisa que le helaba la sangre siempre que los veía.

Siempre tenia la misma sensación de terror y repudio.

Salto sobre un tronco podrido que atravesaba al rio, usándolo como puente y apoyando sus manos como método de seguridad lo recorrió gateando, el agua salpicaba sus pies y el aire provocaba que con cada paso el tronco temblara. Un trueno logro asustarlo y casi estuvo apunto de perder el equilibrio pero logro aferrarse a una delgada rama, basto para volverlo a poner en el camino, en medio de lagrimas y gritos por el miedo a resbalar y esta vez no poder salir termino del otro lado del rio con astillas incrustadas en las palmas de sus manos y rodillas, le costo horrores retirarlas.

Cada punzada le devolvía a lo mismo, como dos de los hombres subían con su madre a su habitación y se encerraban en medio de risas, durante todo ese tiempo a ella jamás le importo que su propio hijo pudiera oírle mientras mantenía relaciones con esos sujetos tan asquerosos.

No le importaba que el otro hombre lo mirara y lo arrastrara hasta la sala, desde que se habían visto por primera ves, ese hombre habia desarrollado un apego con el en lugar de seguir a sus compañeros y a su progenitora, le fascinaba mas tocar el cuerpo de un infante que el de una mujer.

Instintivamente froto su nano contra su cuello, aun parecía que los labios ajenos seguían ahí y manos desconocidas se desasían de su ropa. Un escalofrió lo recorrió y el llanto aumento.

Odiaba eso.

Odiaba a su madre.

Odiaba a esas tres personas.

"19"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora