"17"

3.4K 468 73
                                    

-Nos conocimos en un bar, Jonathan era un hombre que a distancias parecía tímido, pero cuando lo conocías ¡Era peor que tímido! Era un dolor de cabeza tratar de hacerlo callar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Nos conocimos en un bar, Jonathan era un hombre que a distancias parecía tímido, pero cuando lo conocías ¡Era peor que tímido! Era un dolor de cabeza tratar de hacerlo callar.

La luz del cuarto era mas débil, y se escuchaba al fondo un instante goteo que volvería loco a cualquiera.

Ambas personas aun sin revelar de lo que había detrás de aquellas mascaras con forma de gato habían comenzado a hablar sobre como se conocieron apenas el vídeo había iniciado.

La mascara mas pequeña con su cabello rubio desordenado identificado ya como el tal Jonathan no había mencionado ninguna palabra, solo permanecía quieto escuchando atentamente las palabras del otro.

-Le conté todo sobre mi, absolutamente todo desde que tenia uso de razón y el hizo igual, entonces le pedí ayuda para torturar a un buen amigo del pasado y me sorprendí mucho cuando acepto.

Ambos se giraron a ver a Izaya quien permanecía inmóvil con la cabeza baja en esa misma silla, con las mismas ataduras que a través de la cámara se podían ver como lastimaban su piel después de tres semanas sin ser removidas para nada, su ropa estaba algo sucia, difícilmente se notaba por el color negro pero en su pantalón un poco arriba de la rodilla ahí estaba...la prenda estaba rasgada solo en ese punto y se podía ver la piel pálida de Izaya que ahora estaba ensuciada por su sangre ya seca, la herida no había sido curada.

Izaya jadeaba.

Jonathan al ver esa reacción alzo una mano en dirección a la herida.

-¡Tranquilo! Esta bien, no se si estos sonidos son por la herida o por la droga que le inyectaste antes, pero a decir verdad ¡No me importa!- la mascara mas alta se inclino hasta quedar a la altura del informante y con descaro coloco un dedo por sobre la herida, espero y entonces con fuerza presiono.

Izaya grito.

-¿Aún no piensas suplicar?- pregunto juguetonamente.

El azabache como pudo negó tratando de contenerse a responder algo que le ocasionara peores problemas, la mascara volvió a presionar un poco mas disfrutando de las reacciones que el provocaba.

-¡Vete al carajo!- fue lo único que grito.

-Responde- hablo el otro al momento en que se apoyaba en la silla para ponerse de pie, le hizo la misma seña que antes a Jonathan y este entendiendo a la perfección volvió a posicionarse detrás de Izaya, pero esta vez no había ningún cuchillo u otro tipo de arma en manos, la mascara pequeña lo único que hizo fue agacharse y desatar con algo de dificultad las cuerdas que mantenían presos los brazos de Izaya, al ser liberado el informante llevo sus manos hacia al frente comenzando a sobarse las muñecas.

Dejo el acto a medias.

La mascara tomo la mano izquierda de Izaya y pareció observarla con mucho detenimiento, apreciando las marcas que las cuerdas habían dejado, hecho a reír y entrelazo los dedos del menor con los suyos, Izaya hizo un gesto asqueado, el hombre no lo noto pero la cámara si.

El azabache no disfrutaba para nada aquel contacto pero su agresor parecía sentir todo lo contrario pues había lanzado un suspiro claramente excitado.

Un sentimiento que duro muy poco para la mala suerte de los dos.

La mascara deshizo el agarre y olvidando aquel momento apretó la muñeca de Izaya y ayudándose con su otra mano tomo un dedo.

-Ni se te ocurra...- dijo Izaya quien palidecio y amenazó al ver lo que trataba de hacer.

-Suplica entonces, quiero verte arrodillado ante mi y pedir clemencia, es lo que mas e querido...ya lo sabes muy bien Izaya.

Silencio.

El dedo de Izaya fue llevado hacia atrás hasta quebrarse.

Y el no podía ni siquiera defenderse, tan débil, tan indefenso que era increíble saber que antes de todo el era conocido como una persona desquiciada, el villano de la historia al que no le importaba nada.

Izaya amaba a los humanos, todo buen habitante de Ikebukuro lo sabia...

Pero ahora, lo que el expresaba no era amor hacia la persona que tenia enfrente destrozándole los dedos uno por uno esperando una suplica que jamas diría.

19

...enserio...me duele hacer sufrir a mi bebé ;-;

Jaja bien e aquí otro capitulo, me voy a ir de vacaciones (si joder yo no salí en semana santa) y no se si pueda subir el siguiente capitulo antes o después de irme, pero meeeh...ya se sabra:D

"19"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora