Capítulo 15: La monstruación.

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- ¡¡¡AYYYYY!!! -chillaba Madison por el teléfono- ¡Zoe, tienes que salvarme de ésto!

- ¿Ah? -murmuró en la línea, no hacía falta recalcar que recién venía despertando- ¿Qué wea, 'mano?

- ¡Me llegó Andrés!

- ¿Y? Ponte tampones.

- ¡Es que hoy quería follar!

- ¿Con los integrantes de mis bandas favoritas? Vaya, no te aguantas nada.

- ¡Tu harás lo mismo!

- No, de hecho ni lo pensé. He dormido demasiado para siquiera tomar el tema de la fiesta que tendremos hoy.

- Ay, hazte la weona no más, si ya te los follaste en todo el kamasutra en tus sueños, ehhhh.

- ... -suspiró- No estoy de humor para tus idioteces, Madison, cuando te baja, te pones peor de lo normal, sin que te ofendas.

- ¡AYY, ZOEE, PERO AYÚDAMEE!

Cortó la llamada y siguió durmiendo... por cinco minutos más, porque casi le dio un infarto al recordar que debía arreglarse para la fiesta. Se dio una ducha, aplicó desodorante. Vistió con la camisa autografiada y unos pantalones capri algo desgastados. Dejó su largo cabello sin peinar, y de cierta forma agradeció mentalmente a los dos chicos de Mötley Crüe por corregir las raíces de su cabello, se sentía más guapa esa ocasión.

Intentó maquillarse pero fue un lío total, derramando maquillaje por todo su ojo, sobretodo la sombra y el delineador negro. Parecía blacker a lo pobre. No se lo quitó por flojera no más y porque se sentía el doble de guapa, más guapa que Madison con la regla, al menos.

Por otra parte, Madison tenía una cara de culo tremenda y tenía una espinilla en la frente tan enorme que ya parecía un unicornio. La piel grasosa que no se mezclaba con su exagerado maquillaje diario. Un dolor en el área genital la invadía, teniendo ganas de matar a medio mundo. 

Odiaba ser mujer por eso.

Hizo lo posible por arreglarse, al llegar a la casa de Mudhoney y que Mark le abriera la puerta.

- Joder, qué fea estás.

- ¡Ay, desgraciado! -chilló ofendida.

- ¿Andrés? -alzó la ceja.

- ¿Cómo supiste?

- Una mujer nunca anda tan fea aunque se arregle, a menos que ande en sus días porque de cualquier forma se verá horrible.

- AH, gracias -rodó los ojos.

- Oye, si andabas enferma podías quedarte en casa, no pasa nada...

- No, 'jo de puta, me quedo para ver a mi amiga Zoe.

- Vale, ¿quieres algo?

*medio segundo después*

Steve andaba en la cocina con un delantal muy masculino de color rosa preparando una sopa de pollo, Matt le masajeaba los pies a Madi y Dan la maquillaba.

- ¡Joder, aprovechada! -bufó el vocalista de Mudhoney- ¡Nosotros tenemos que arreglar la casa para cuando llegue J...!

- ¡Mark, mi amor! -gritó alguien desde afuera.

- Olvídenlo.

Fue a abrir la puerta y se encontró con sus dos excompañeros de banda Jeff y Stone, junto a la chica pelirroja que era fan suya. Le autografió la camisa rayada. Charlaron un poquito en la puerta y la rubia apenas escuchó la voz de su amiga, de la emoción pateó en la cara a Matt y Dan le pintó mal los labios. Se levantó y corrió descalza hasta la puerta, abrazó a la grunger, casi asfixiándola.

- ¡Te extrañé tanto!

- Um, yo igual -forzó una sonrisa y miró a sus ídolos con cara de "ayúdenme pls".

Se separaron y tuvieron que entre todos preparar el lugar para poder festejar lo que sea, bueno, no había nada en concreto que festejar, además de que Madi no estaba embarazada (y de milagro). 

De la nada, el agradable ambiente se inundó por el fuerte sonido de The Melvins en el estéreo, mil botellas de vino tinto fueron abiertas para ser bebidas por cada uno de un sólo sorbo, típico. Hasta que, como si el bolso de Madison fuera el bolsillo de Doraemon, sacó un par de botellas de Vodka para que cada uno se sirviera. Eso no iba a acabar nada bien, para nada, eso era tan predecible que...

Dios, qué agujero quedó plasmado en la pared, y todo porque Stone andaba celoso de Mark, se iban a dar unas putizas pero parece que se equivocaron de objetivo para pegar.

Y la resistencia de oro de la glammer con el alcohol parece que en esos días X no le iba muy bien, que fue la primera en quedar en la mierda sobre el piso de la cocina, con el culo al aire y censurado por una manta que le entregó Zoe para evitar pasar más vergüenzas -y para que no le diga mala amiga-, bueno, eso fue lo único que la pelirroja teñida logró hacer porque iba tambaleándose como zombie o peor aún, iba a piernas abiertas como los vaqueros y temblando como chihuahua.

No veía ni una mierda, y no le sorprendía, el resto iba igual, sin embargo, Hurley no deseaba hacer el ridículo como en otras ocasiones y menos frente a sus amores, por tanto, se mantuvo distante de ellos y alucinando porque se le ocurrió fumarse un porro en una habitación encerrada sin dejar escapar el humo.

...

- Dios mío, Zoe, ¿qué coño te pasó? -consultó Stone a la mañana siguiente.

Por alguna  extraña razón, tenía sus propios calzones sobre la cabeza junto a un mensaje escrito con rotulador que decía:

"A ver si ahora te vas a querer follar a uno de tus banditas. Atte: Madison."

El guitarrista le quitó la prenda íntima de la cabeza y se lo enseñó, que oportuno que llevara calzones de abuela, ¿no?

- ¡Ahh! -chilló en vergüenza.

- Vale, vale, yo hago como si no vi nada -levantó el pulgar-. Vístete, tenemos que irnos.

- Ok... -murmuró sintiendo su garganta extremadamente seca, le ardía.

Guardó la prenda rayada dentro de un bolsillo de la camisa para que fuera mucho más disimulado, no pretendía utilizar algo rayado para su parte íntima porque no sabía que clase de rotulador era ese. Curiosamente, su amiga se dio el tiempo de volverla a vestir, al menos algo de amabilidad, ¿no?

Se despidió de los integrantes de Mudhoney, ni miró a su amiga y se fue con Pearl Jam a su residencia, donde se dio un baño y le prestaron ropa nueva para vestir. Se despidieron de ella y estuvo a punto de subirse a la van que llevaba horas y horas estacionada ahí, hasta que...

- Oye, qué onda, ¿tienes empleado? -se metió Eddie, bien copuchento.

- Eh, sólo para dejarme en cualquier dirección, el resto soy independiente, porque no me gusta tomar el... el... transporte público.

- Um, ya veo... Bueno, que te vaya bien. ¡Nos vemos otro día!

- Ah, sí, ¡cuídate! -corrió como pudo para subirse al vehículo.

Hacia el hotel, mejor. Que se iba a desmayar por el soponcio causado por culpa de hacer el ridículo, mejor descansar un poquico y quemar las bragas que fueron contaminadas por la rubia.

Metal Fights! (Grunge, Glam & Thrash Metal Bands)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora