Capítulo 13: La cita.

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No hacía falta siquiera recalcar que Audrey estaba en la mierda tras semejante petición: ¿una cita y con un integrante de la banda que más desprecia? ¡Debía ser una broma! O al menos eso ella deseaba. No lo era. Jason iba en serio con esa petición tan inusual.

Lo consideró varias veces, era el que menos daño le causaba -aunque Kirk no hiciera nada, la thrasher le tenía manía sólo por ser morenito- y el que menos irritación le causaba, porque no hablaba demasiado, no era morenito ni era agresivo en su manera de ser. Era como un pobre cachorro que necesitaba atención. Por pena, le dio la oportunidad y aceptó salir con él a una cita.

- Así que... te gusta el pan, ¿no? -consultó de manera casual Newsted cuando ya no había tema de conversación.

Ambos se encontraron en un bar bastante cutre, la verdad, bebiendo cerveza de la barata porque no había nada de mejor calidad. ¿Cita perfecta y romántica? Para nada, iba muy lejos al menos llegar al límite de "agradable" porque ni eso era. No es que la thrasher sea tan melosa y adorara las flores y chocolates, pero mínimo se esperaba un lugar más privado y que oliera bien, o al menos que oliera mejor que Zoe.

- Sí, me gusta el pan, pero esta mierda de lugar: no.

- Oh, vale, vale -rió incómodo el bajista-. Es que como eres taan thrasher y amante de la cerveza y dijiste amas frecuentar estos lugares, creí que te gustaría.

Vaya, le cazó la mentira porque nunca había ido a un bar antes en su vida, obligada a seguir la corriente.

- Es que... ¡para algo romántico ésto no va!

- ¿Y quién dijo que era una cita romántica? -frunció el ceño- Yo sólo te pedí salir -aclaró-, lamento si te hiciste ilusiones conmigo, en todo caso.

- Ah... -se quedó callada- No sé, estoy acostumbrada a que sí me invitan a salir, es por algo romántico.

- ¿Acaso se te declaran muchos chicos? Vaya... -rió ahora con mayor simpatía.

La cagó el doble con eso.

- No, no tantos, pero las veces que ha pasado eso de una cita, siempre es algo romanticón.

- Pues yo no, sólo quería conocerte. No tengo ningún interés romántico por ti, querida.

- Uf, gracias -suspiró en alivio.

- ¿"Gracias"? -arrugó la nariz.

- No, nada -cruzó los brazos como de costumbre.

- Entonces... em, ¿te gusta el queso?

- ¡Ya me lo preguntaste!

- No, antes fue el pan,  o sea, ubícate.

- No, no me gusta el queso.

- KHÉ, ay, ¿por qué? -la miró mal.

- Sabe feo y soy intolerante a la lactosa.

- ¿Te gusta el agua?

- Sí.

- Entonces te gusta el 70% de mí -alzó la ceja de forma coqueta.

- ¡DEJA DE ROBARTE FRASES DE FACEBOOK!

- Um, vale, vale... -rodó los ojos- Sólo trataba de hacerme el gracioso, eso es todo. No me agradan los silencios incómodos, lo siento.

- Ah, ya, claro... -bufó de mala gana.

De la nada, la puerta del bar se abrió de forma dramática y tres sujetos entraron al lugar, encapuchados. ¿Un asalto? ¿Jason sería el héroe al ser el único macho recio? Nah, ojalá, eso es demasiado soñado, ésto es un fanfic de humor y aventuras, no esperen cosas bonicas.

Los encapuchados sacaron unas pistolas que iban ocultas dentro de sus pantalones, apuntaron hacia la chica, quién no pudo evitar temblar en pánico; sus ojos más abiertos que nunca por la mera impresión del momento.

El trío de maleantes presionaron el gatillo y salieron disparadas... ¿bolas de pintura? Sí, bolas de pintura que ensuciaron de modo muy colorido toda la ropa de la joven. Con ella fueron delicados, con Jason, lo madrearon como pudieron y hasta le lanzaron las pistolas por la cabeza.

- ¿Paintball? ¿De dónde coño salieron esos? -reprochó furiosa Berger.

- Audrey, fueron los chicos... -murmuró el bajista de Metallica, tendido en el suelo tras la partida de madre- En la mañana los vi desempaquetando esas pistolas...

- ¿Qué? ¡Esos hijos de...!

- N-no te preocupes por mí, yo...

- ¡Cállate! -lo pisó sin querer queriendo y salió disparada como una bala en busca de los demás integrantes de Metallica.

Los pilló huyendo por las calles, les siguió el paso, teniendo en sus manos una de las pistolas, se detuvo de golpe sólo para apuntar, que si lo hacía corriendo, no iba a achuntar, disparó la última bombita de pintura que quedaba y logró teñirle el pelo negro de Kirk a un rosa muy putón -que le quedaba divino, por cierto-, además de ser pintura fosforecente, coño, que ella parecía bola de discoteca con tanto color. Con el color rosa fuertísimo, podía localizarlos a la distancia. Prosiguió corriendo como condenada por las calles, chocando con mazo de gente y coches que por poco la atropellaban.

Hasta que agarró un buen impulso para saltar por los aire y aterrizar encima del grupito.

- ¡HIJOS DE PUUUTAAA! -gritaba como loca entretanto los golpeaba con ganas.

- ¡Ay, mi ovario! -bramó Kirk dolorido.

- ¡ARRUINARON MI CITAAA!

- ¡BIENVENIDA A LA FAMILIA DE METALLICA, PERRA, ASÍ NOS TRATAMOS ENTRE TODOS! -exclamó Lars, ya acostumbrado a tanta paliza, lo que sufría era más un masaje para él- ¡SI TAN FEMENISTA QUE ERES, DEBES ACEPTAR QUE TE TRATEMOS CON IGUALDAD!

Y como estaban a media calle, era lógico que los miraran mal, al punto en que un peatón separó a la pelinegro de ellos por lo muy agresiva que estaba, la arrastró un par de metros lejos de los metaleros que se levantaron del suelo para echarse a correr por sus vidas.

El sujeto rubio la miró directo a los ojos y con voz seca pronunció:

- Irás a casa y te limpiarás, espero que no te moleste utilizar ropa de mi novia por mientras.

- ¿Q-qué? -titubeó impactada.

- ¿Qué? Es sólo hospitalidad, no puedes quedarte así de cochina que pueden confundirte con un hippie o un "grunger" como dicen que soy. Y tú odias esos estilos. Y no te viene para nada como periodista golpear a los de Metallica, si otros periodistas te ven y documentan, puedes perder tu trabajo.

Apretó el cuño y aceptó subir al carro del sujeto que le dio tal orden.

Se trataba de nadie más ni nadie menos que Kurt Cobain.

Metal Fights! (Grunge, Glam & Thrash Metal Bands)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora