Capítulo 29: Otro rechazo más.

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¿Convencer a Metallica de una vez para quitarse todo el estrés de encima? Nah, Audrey prefirió algo mil veces mejor e inteligente: perder el tiempo con alguien que no le dará ni bola, queriendo ligar con alguien que tiene pareja. Um, sí, lo más inteligente que pudo hacer.

Hasta se dejó el color de piel natural para que vea que "no es racista", no usó ni una pizca de maquillaje ni nada. Eso sí, el cabello y la ropa se dio el tiempo de verse lo más guapa posible... Usando la ropa de la suerte: la misma que Nirvana le regaló, sí, muy extraño, la verdad.

- Hey -saludó cuando le fueron a abrir la puerta.

- ¡Vergas, te extrañamos! -Lars de inmediato le dio un abrazo de oso, casi asfixiándola.

- Hummf... -gruñó con asco- Sí, sí.

- ¿Cómo estás? -consultó tras soltarla, se le veía muy eufórico.

- Bien, bien... ¿Kirk está en casa?

- ¡Uyy! -chilló, molestándola- ¿Qué te pasó con mi novio, eh? -alzó las cejas y cruzó los brazos, fingiendo celos.

- Quiero verlo.

- ¿Por qué?

- Porque me da la puta gana, ¿está en casa o no?

- Sí, pero ya te dejó en claro que no te quiere hablar y que quedaría totalmente fuera de ese proyecto de la columna de opinión.

- ¿Eh? -se sobresaltó al oír semejantes palabras- ¡Eso último no lo mencionó!

- Pues... ahora lo sabes -hizo una mueca-. ¿Para qué quieres hablar con él? Espero que sea algo importante, él ha andado algo mal últimamente.

- Ya, no me interesa. Sólo quiero hablar con él a solas.

- Bien -rodó los ojos-. Pasa, segundo piso en mi habitación, me estaba enseñando a tocar guitarra. Estamos solos en casa, así que no pasa nada.

- ¿Jason ni James están? -asintió- Bien.

- No tienes a quién dar pena ahora -bufó de manera burlesca.

No le hizo caso.

Entró hacia la habitación deseada, notó que Ulrich la seguía.

- Quiero estar a solas, por favor.

- Okay, Vergas, de ahí hablamos -levantó el pulgar y se retiró.

Ella entró al cuarto y topó miradas con el moreno.

- ¿Se te perdió algo? -dijo con ironía.

- Sí, mi dignidad cada vez que hablo contigo.

- Igual que la mía.

Se quedó callada.

- Lars dijo que te sentías algo mal.

- Sí, ¿y? -levantó una ceja- No te voy a contar qué me pasa, tú no tienes nada que ver. Lars me conoce más y por eso confío en que él puede ayudarme.

- Qué pesado eres, en serio, quiero ser más cercana a ti.

- Entiendo, pero las cosas no siempre son como tú quieres. Disculpa si tus papis te hacían eso de niña, ya estás vieja y debes aprender que no todo va a tu pinta. Yo no tengo intención en querer tener contacto contigo porque eres una persona tóxica y repelente, un ser humano racional lo entendería y buscaría a otra persona y dejaría en el pasado a la otra que la mandó a la mierda. No va a llorarle a Kurt Cobain diciendo que soy un machista y regresa para insistir en algo que no cambiaré de opinión, menos cuando estoy pasando por un mal momento.

- Y-ya... ¿lo sabes todo?

- Claro. Yo me entero de todo, sólo que no hago escándalo.

- Um, este... Disculpa.

- No lo acepto.

- ¿Ah?

- No acepto tus disculpas.

- Oh... ¿al menos podrías...?

- Podría, qué.

- Explicarme a detalle... el asunto.

- Ya lo hice, no repetiré sólo para que pienses en ti misma.

Hubo un silencio incómodo, decidió decir la verdad.

- Me gustas. ¿Vale?

- Lo sé.

- ¿No quieres intentar ni... nada?

- No. Si quieres inventa lo que quieras de mí en esa ridícula columna, tengo mejores cosas que afrontar que una mina demente con un trabajo amarillista.

- En realidad... no soy periodista, fue un pretexto para poder visitarlos sin que me tomen como una loca.

- Pues no te ha resultado, pareces una loca poco profesional, eso da peor para hablar y pensar de ti.

- ¿Podrías tener un poco de compasión por mí?

- Preferiría morirme ahora mismo, no quiero hablar con nadie que no sea de confianza. Tú no lo eres. No te lo tomes tan personal, no todo el problema eres tú, ya lo sabes, estoy muy mal y lo último que podría hacer es estar pensando en "amor" y otros temas, no por algo vengo siempre ver a Lars y no a mi novia, porque él me comprende mejor, por desgracia.

- Entiendo...

El baterista de Metallica irrumpió en el cuarto.

- ¿Todo bien?

- Um, sí -mintió Hammett, haciéndole señas a Audrey para que se retirara-. Sólo necesito hablar contigo un rato -eso último fue dirigido a Lars.

- Ehh... está bien -dudó, haciéndole señas a la morena también.

- Adiós -murmuró ella, muy irritada por dentro.

Otro rechazo más. ¿Acaso quedaría Metallica fuera de la lista?

- Por nada del mundo, debes continuar -dijo Daniel cuando se reencontraron.

- ¡N-no puedo!

- Comprendo cómo te sientes, sin embargo, nada de eso hubiera ocurrido si te hubieras tomado con seriedad el asunto y no hubieras hecho el tonto por algo tan simple como simpatizar con gente nueva, ¿a quién le interesa que no te guste su música, si Kirk reemplazó a Mustaine? Si tú vas a conocer y simpatizar, no a oír su música. Tú confundiste "no me gusta esa música" con "eso los hace malas personas y debo descargar mi odio a lo que componen". Cualquier otra que sea popera le hubiera dado igual las diferencias musicales y habría hecho el trabajo desde el principio. 

- Joder, ¡Danny, eres un... eres un...!

- Lo que quieras, te he mantenido yo. Tú no haz trabajado para pagar al chofer de la van, para gastar en comida y la residencia dentro del hotel de lujo... Entre otras cosas, tengo derecho a quejarme porque yo acabo más dañado que tú.

- Joder, es que ya no sé qué hacer, he pedido disculpas y...

- Kirk no es el único integrante de Metallica. Convence a los otros, ellos luego animarán a Kirk a participar o conseguirán un reemplazo -hundió los hombros-. Al final, tú no tienes nada que ver con el evento. Sólo estás contratada para convencerlos, nada más. Nunca más les verás la cara en persona.

- Verdad...

- Inténtalo -insistió, colocando su mano en el hombro de la pelinegra-. Luego te bañarás en dinero por tu trabajo y harás lo que quieras de tu vida, no te pido nada más.

- Trataré.

Metal Fights! (Grunge, Glam & Thrash Metal Bands)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora