Audrey aspiró muy hondo el aire fresco que inundaban sus fosas nasales. Ya sabía por experiencia que por la tarde no podía ir porque el vago de Lars dormía y no era hasta bien de noche cuando por fin la banda se reunía. Iba a tener que tolerar demasiada mierda para su gusto, iba a hacer lo posible por no cagarla, y si lo hacía, al menos que no la cague de proporciones bíblicas como lo hizo con Poison.
- Oh, eres tú, de nuevo -el baterista de Metallica sonrió tras haberle abierto la puerta-. Justo a buena hora, porque iba saliendo.
- Hola -saludó de mala gana-. ¿Saliendo? ¿Dónde? -cruzó los brazos, cosa mega típica de ella.
- Pues a ver a los chicos, no siempre se juntan en mi casa porque es un desastre. Iré a la de James... supongo que tú vienes por lo de tu trabajo, ¿no? Pues déjame llevarte en mi coche.
- ¿Qué? -frunció el ceño, como si ser amable con llevarla con la banda en vez de que ella vaya caminando fuera un pecado o algo ofensivo.
- Que vengas conmigo. Digo... ¿vienes a verme a mí o a Metallica para tu trabajo? ¿O no vienes por tu trabajo, eh? -alzó la ceja.
- ¡Joder, ya, llévame! No te voy a rogar más, idiota.
- No planeaba hacer que me rogaras -rió en voz alta, sacó de sus bolsillos unas llaves-. Pues bien, sirve de algo que no sea quejarse y enciende el auto, mientras yo voy cerrando aquí.
Se sintió muy ofendida con eso, sobretodo porque Ulrich se estaba burlando en su puta cara, con la intención de hacer que se enojara más. Prefirió no seguir el juego e hizo lo que le pidió. Esperó en el asiento de copiloto un par de minutos hasta que el muchacho tomó asiento y echó a andar el vehículo, queriendo meter charla a cada rato, sin embargo, la thrasher no andaba de humor para ese tipo de cosas.
- Joder, que seca eres -comentó finalmente.
- Mantén los ojos en la carretera mejor, ¿no crees?
- Miro la carretera, se puede hablar y mirar el mismo tiempo. Tan idiota no soy, o sino, dime, ¿acaso todos los taxistas que conversan con sus clientes mueren por una simple charla?
- Jódete.
- Gracias, querida -sonrió de manera pícara.
Una vez que llegaron a la casa de James y se saludaran...
- ¡Yo nunca acepté que una mina conviviera con nosotros para redactar una culera columna de opinión! -reprochó James Hetfield- ¿Fuiste tú, Lars?
- ¿Qué me dices a mí? ¡Yo creí que fuiste tú y no me avisaste!
- Ya, chicos, si ella ya comenzó su trabajo, lo mejor sería dejar que lo termine, ¿cierto? -trató de calmar el ambiente Kirk Hammett.
- Sí, opino lo mismo -agregó Jason Newsted.
- Ya, entonces... -Hetfield la miró fijo- Vendrás a visitarnos de vez en cuando y harás apuntes que luego será una columna de opinión en un periódico. ¿Cierto? -asintió- Ojalá seas transparente, que si te pones a hablar mal de nosotros sólo por un mal momento, podemos demandarte y hasta hacer que te saquen de tu mugroso trabajo.
"Cobain versión gruñón, vaya." pensó con asco.
- No seas tan pesado con la morena, James -intentó defenderla Kirk.
- ¡¿Y CON QUÉ PUTA CARA ME DICES MORENA SI ESTÁS MÁS NEGRO QUE EL CARBÓN?!
- Ay, tranquila -se echó para atrás-. ¡Yo me refería a que eres morena de cabello! Y aunque lo hubiera dicho por tu piel, que no es la más blanquita de todas, tampoco hubiera sido malo, porque morena también es un apodo "cariñoso" a los chocolatitos como yo.
- ¡Calla, negro de mierda! ¡Eres el puto traidor y el más mierda aquí! ¿Por qué mierda hiciste que echaran a Dave, eh?
- Eh, lo siento, querida, pero yo no he tenido nada que ver... -frunció el ceño.
- ¡No me pongas apodos cariñosos!
- Disculpa, disculpa.
- Oye -la cogió del cuello de la camiseta James-, ¿podemos partir conociéndonos de manera más civilizada? El asunto con Mustaine fue hace diez años, querida, eso ya es el pasado. Vamos, que a base de insultos no conseguimos nada bueno.
- Vale -Audrey cruzó los brazos y sacó la lengua.
- Sabes, no sé ni tu nombre, pero disculpa lo torpe que fui, ¿sí? -Kirk trató de sonreír.
- ¡Cállate!
- Esto... se llamaba Audrí Vergas.
- Audrey Berger, Lars.
- Audrí Vergas Lars. Eso -Ulrich levantó ambos pulgares.
- Lo siento, Audrey -insistió el moreno.
- ¡Yo no hablo con negros!
- Joder, con la mina racista ésta -James arrugó la nariz.
- Y eso que no es blanc...
- ¡Que no hablen los negros!
- Pero si tú eres negr...
- ¡Soy blanca!
- De cara no más que el cuello está más quemado que el agujero rectal de K... -Hammett le cubrió la boca a tiempo al danés antes que la cagara.
- ¿QUÉ? -chilló furiosa.
- ¿Te presto la ducha para que te quites la arenita de allá abajo? -señaló James.
- Tranquila, Audrey, estos tontos ya la han cagado demasiado -hizo un gran esfuerzo Jason-. Mejor comencemos de cero y que Kirk no hable.
La pelinegro apretó el puño, gruñó. Pero, en el fondo, entró en razón. No debía dejarse llevar por sus instintos salvajes, tenía un trabajo que hacer, obtendría dinero y no quería arruinar el momento, ya dejó afuera a una banda, no podía dejar afuera a otra también.
- Y que Lars tampoco hable, por favor -declaró.
- Vale, vamos de cero, entonces -afirmó el rubio.
El asunto comenzó desde el inicio, intercambiaron información de contacto, empezaron a mencionar sus intereses y disgustos, Audrey mencionó a Kirk como su mayor disgusto -aunque pudo habérselo reservado-, bebieron una lata de cerveza cada uno y en la hora correspondiente, Lars tuvo que llevarla a su casa para que la van la fuera a recoger. La thrasher estuvo obligada a tragarse un largo viaje con el baterista que no quería cerrar la boca.
Ni se despidió, corrió a la van como pudo y aspiró aire como pudo. Por fin era libre de pecado.
Hasta que pilló una nota pegada a su chaqueta que se camuflaba con los parches de bandas. Decía:
"¿Quieres salir conmigo?
J.N"
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Metal Fights! (Grunge, Glam & Thrash Metal Bands)
Fiksi Penggemar¿Que las groupies son sólo mujeres que se quieren acostar con un artista? ¡Nada que ver, niña! Aprende de estas chicas que siendo tres groupies buscan hacer un momento épico en la historia del Metal: combinar tres subgéneros que se odian a muerte en...