Capítulo 11: Pequeñas vergüenzas

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—¿Por qué demonios no te fijas? —La voz furiosa de Garrett me toma por sorpresa

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—¿Por qué demonios no te fijas? —La voz furiosa de Garrett me toma por sorpresa.

Tengo un fuerte dolor en la nariz, pero no creo que sea grave. Eiden todavía está de pie frente a mí cuando Garrett se pone a mí lado para evaluar la situación.

—Estoy bien —le aseguro—. ¿Tú estás bien, Eiden? —le pregunto mientras decido apartar la mano de mi nariz y la muevo como lo haría un conejo para calmar el entumecimiento.

Eiden me mira de arriba a abajo, frunce el ceño y de pronto parece muy molesto. ¿No soy yo quien debería estarlo?

—Acabo de golpearte y quieres saber si estoy bien.

Me río un poco.

—Sí, quiero asegurarme de que estás bien.

—¿Qué carajo te ocurre?

—¡Oye! —Garrett lo enfrenta y Eiden parece notarlo hasta ese momento. Intercambian una mirada que realmente no se interpretar y Eiden simplemente se retira, como si hubiera una especie de acuerdo tácito entre ellos.

Garrett regresa su atención a mí y sonríe con calidez.

—Lamento esa clase de recibimiento —me dice.

—Parece que siempre estas cuando tengo esta clase de recibimiento —le recuerdo.

—Bueno, esperemos que no tenga que volver a salvarte —dice. Me río. Decir que me salvó es demasiado drama—. ¿Me das tu chaqueta? —añade.

—Estoy bien con ella —le hago saber. No me sacaré esta chaqueta hasta estar de nuevo en casa.

Una vez que Gwen y Amy tuvieron mi confirmación acerca de la invitación de Garrett, se pusieron como locas.

Así que ayer, después de clases, acepté acompañarlas a comprar la ropa que usarían para el día de hoy. Al menos se suponía que esa sería mi función, pero cuando me preguntaron qué es lo que usaría y no supe que responder, comenzaron a buscarme algo apropiado.

Mi constante negación y mis objeciones no me sirvieron de mucho. Como resultado terminé con un vestido nuevo y una visita a su salón de belleza favorito, donde la tía de Amy es dueña.

Ahora uso el vestido rojo que Gwen tanto insistió en que llevara; en la tienda me lo probé sobre la camisa de la escuela, pero ahora lo llevo con la chaqueta de mezclilla cerrada para tapar mi cicatriz. Mi cabello se siente más suave, esta un poco más corto y la novedad es que lo llevo suelto, porque suelo mantenerlo atado en una cola de caballo o trenzado.

Las inquietudes del corazón ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora