Permanezco acostado sobre la cama mirando al techo blanco de mi habitación mientras oigo a mi madre gritarme una vez más pidiéndome que baje. Desayunar me llevaba cinco minutos, el camino a la escuela diez, menos si llevaba la motocicleta, aún quedaba media hora y hoy no tenía muchas ganas de comer, por lo que no pensaba bajar todavía.
Ayer no fue el peor día pero tampoco el mejor. Después de la fatídica noticia del director deseé haber llevado la motocicleta para ir a relajarme un rato por la ciudad, pero como no la tenía solo fui a acostarme sobre la banca de un parque, porque tampoco quería volver a casa. Pasé media hora allí, pensando aunque no quisiera, en Devony. Pensando en qué diablos íbamos a hacer con todo lo que tenemos encima, en qué iba a hacer yo y en lo incomodo que sería.
Después de meditar un poco y considerar algo que podría resultar, me levanté de donde estaba y comencé a caminar para dirigirme a casa.
Vi a Devony caminar junto a Garrett hablando animadamente sobre quien sabe qué y seguí mi camino. Llegué a casa y mamá estaba llorando junto a la mesita donde estaba el teléfono. Seguramente mi padre había llamado desde su nueva casa a considerar algo sobre lo que me había dicho esa mañana.
Saludé y ella fingió que no estaba llorando. Me ofreció algo de comer y le dije que estaba bien. Pasé a darme un baño y luego a estudiar un poco aunque no había nada que estudiar, aunque claro, tal vez tendría que indagar un poco en los libros del semestre pasado para enseñar a Devony.
Aún me sigue molestando su curiosidad. Espero y no vuelva a preguntarme nada como lo hizo durante Literatura. Obviamente no había tenido el mejor verano de mi vida y no necesitaba que ella me lo recordara con sus preguntas ni sus ideas sobre tener una historia y eso.
Pero inevitablemente sucedió, y sucedía ahora.
Uno cree tener la vida perfecta, con los amigos y la familia perfecta, entonces una bomba explota sobre tu cabeza y tienes que lidiar con ella. La que era mi familia siempre tuvo sus problemas, por supuesto, pero para cuando me di cuenta de lo que significaban los cambios de humor de mamá, las excusas nerviosas de papá y los repentinos regalos, ya era demasiado tarde. Mi sensación de la familia perfecta se derrumbó como el toque de un clavo en una ventana llena de grietas.
Los pedazos cayeron haciendo ruido en mi cabeza, haciéndome ver que yo tampoco era perfecto como pensaba. Que estaba lleno de miedos, miedo a fracasar, a decepcionar a la gente, a herir a la gente, a ser herido.
Pensaba que era insensible al dolor, a la culpa, al remordimiento, al miedo. Pero estaba equivocado, la realidad era que nunca los había sentido. Creer que mi vida era perfecta y envidiable, y al final darme cuenta de que no era más que una pantalla, fue lo que acabó conmigo.
Pensé en las últimas palabras de Devony y me dije que yo también intentaría rescatar algo de mi vida.
—¿Por qué no bajas? —Irrumpe mi madre en la habitación—. Te he dejado el desayuno en la mesa. Tengo que irme. Vuelvo tarde. —Se detiene, pienso que se ha ido pero no escucho la puerta cerrarse—. Tu padre...
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Las inquietudes del corazón ♡
Teen FictionLo último que Devony imaginaba que podía pasar sucedió. Como si el estrés que le provocan sus mentiras no fuera suficiente, ahora tendrá que compartir su tiempo con la única persona en el mundo que parece ser inmune a su encanto: Eiden Holt, su apu...