Capítulo 1: Nuevo año, nueva yo

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Si hicieran una película de lo que ha sido mi vida a mis cortos casi dieciocho años seguramente sería una combinación de Bajo la misma estrella, 500 días con ella, A él no le gustas tanto  y un toque de Mientras dormías

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Si hicieran una película de lo que ha sido mi vida a mis cortos casi dieciocho años seguramente sería una combinación de Bajo la misma estrella, 500 días con ella, A él no le gustas tanto y un toque de Mientras dormías.

Claro, eso tomaba en cuenta algunas cosas que había vivido y otras que solo había aprendido. Porque no tengo cancer, ni un novio con cancer, pero estaba enferma y había conocido a un chico enfermo que se convirtió en un buen amigo; diría que no me había enamorado pero aprendí que no hay que idealizar el amor y una pequeña mentira se había convertido en un gran engaño.

También estaba lidiando con un montón de sensaciones físicas y emocionales que a veces hacían que me perdiera en mis pensamientos, como ahora. No debería estar pensando en nada de esto mientras estoy tratando de conducir después de tantos meses y tan temprano en la mañana, pero la prudencia no es algo que me defina.

—Si mamá te viera ahora le daría algo. —La voz de mi hermano me regresa de vuelta a la Tierra. Lo miro y él manotea para que regrese la vista al frente—. Ni siquiera has comprobado los espejos, ni has puesto las direccionales en ninguna ocasión.

—Llevo unos quince minutos dándole vueltas al Alamo Square, Bren, ya todos saben a donde voy.

Mi hermano levanta una ceja.

—Estaciona ya —ordena—. Es hora de llevarte a la escuela.

La última palabra de hace pasar saliva.

—Sabes —comienzo mientras me desabrocho el cinturón de seguridad—, papá me dejaría ir directo a la calle Lombard.

—Yo también si no estuvieras tan distraída —asegura y sale del auto. Hago lo mismo y cambiamos los lugares. Cuando nos estamos alejando del parque él suelta un suspiro y continúa—. Sé lo que te pasa y voy a decir que te lo advertí. Será mucho más difícil ahora que dejaste pasar tanto tiempo pero tienes que hacerlo, y como dice papá, los Madsen podemos con todo así que no lo pienses demasiado y solo hazlo.

Asiento con una sonrisa y vuelvo a mirar por la ventana hacia las calles de San Francisco. Hoy no me sentía del todo como la Devony Madsen segura e invencible, no, hoy ese nudo en la garganta se sentía más apretado y amenazaba con desprender la cabeza de mi cuerpo impidiéndome hacer lo que había prometido meses atrás.

Hoy comenzaba el último año escolar. Había esperado tanto por volver a la rutina, ver a mis amigas y hacer lo posible por sobrevivir a las clases. Cielos, de verdad extrañaba las clases -aunque me fuera mal en algunas-, extrañaba el ruido de la cafetería, el silencio de la biblioteca y pasar un rato libre en el área de descanso de la preparatoria Paxton.

Ansiaba todo eso de nuevo, tanto lo que me gustaba como lo que no, porque cuando pasas semanas en un hospital empiezas a apreciar los malos ratos también.

Así que los sentimientos hacia mí misma estaban divididos entre sentirme victoriosa por seguir aquí y sentirme la peor persona del mundo por ocultar algo tan importante, específicamente a dos personas que amaba.

Las inquietudes del corazón ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora