El Destino..

Yasmina salió llorando, no podia creer que tenia a Elias delante, a ese chico que lo queria como amigo, al que le contaba todo y al final le acabe chillando. Nunca lo vió de esa manera, y decidió ir a sentarse en un banco.
Yasmina se sentó y empezó a analizar todo lo que le dijo Elias, que no se da cuenta? Pero de que? Yasmina no queria pensar que quizas Elias la quiera, o algo parecido, porque se sentiria mal.
Yousef la llama...
Yousef: Cielo!
Yasmina: Aa..alo!
Yousef: Estas llorando?? Que te pasa? Donde estas??
Yasmina: Tranquilo cielo, estoy bien lo que pasa que fui a casa de Elias y me empezó a chillar y...
Yousef: Que, que? Donde vive?
Yasmina: Da igual, Yousef, es una perdida de tiempo. Donde estas tu?

Yousef le dijo donde estaba, y cogió un taxi y fue a donde estaba él. Yasmina empezó a contar todo, detalladamente a Yousef, y Yousef cada vez se ponia mas nervioso, y con mas ganas de darle una lección, pero Yasmina le dejó claro que no quiere saber nada más de él y que pasaran del asunto.

Los días pasaban, y Yasmina iba a clase, conoció a gente nueva, y especialmente a una chica llamada, Wasima.
Wasima era de Marruecos también, y tiene 4 hermanos y ella es la 3 grande. Vinieron también de España, pero cuanto tenia 14 años, y Yasmina se sintió muy bien con Wasima, quizas porque son de Marruecos las dos, y porque vienen de España tambien.

Yasmina y Yousef, estaban muy bien. Nunca llegaron a imaginar que estarian los dos juntos en Paris, paseando juntos, cogidos de la mano, pero la vida da muchas vueltas.

Un día, estaba Yasmina en la cafeteria de la universidad, cuando vió a Elias entrar, y se derigía a su mesa, donde estaba sentada sola hablando con Yousef por movil. Al verle, se levantó y se fue, pero como no, Elias la cogió del brazo.
Yasmina: Suéltame!
Elias: Tengo que hablar contigo.
Yasmina: Y yo contigo no.
Se soltó y salió de la cafeteria y terminó de hablar con Yousef por el móvil. Se fue al baño y empezó a llorar, porque no se le hacia fácil que una persona que la queria mucho, la empezara a tratar mal, desprecionandola.
Pero lo único que podía hacer, es secar las lágrimas y salir sonriendo.