Capítulo 10.

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-¡Vete de aquí! -exclamé, avanzando pero no sabía que tenía en frente- ¡No tienes por qué estar aquí, nadie te lo ha dicho! -volví a gritar, furiosa. Me frené en mi lugar, aunque tenía impotencia de seguir avanzando-
-Hienim... -susurró él, se estaba acercando. Sentía sus pasos-
-¡Aléjate de mi! -retrocedí esta vez- ¡Es mi habitación, no tienes por qué entrar sin ni siquiera pedir permiso! -exclamé con enojo. Demasiado diría yo-
-Tengo que encargarme de ti -dijo el chico- déjame hacerlo... -susurró nuevamente- es mi trabajo, eres mi trabajo -se corrigió-
-Entonces no seré lo suficientemente importante para ti -lo acusé-
-Podríamos ser buenos amigos -propuso él-
-Comenzando de esta forma, no creo que lleguemos nunca a nada -corregí-
-Intentémoslo, ¿sí? -preguntó él, algo cansado y sorprendido por mi actitud- Soy Baekhyun...
-Me interesa poco saber quién es la persona que va a arruinarme la vida -dije muy agresivamente-
-Lo siento, tendrás que soportarme -dijo él.

Intenté mirarlo y decirle que quería estar sola. Pero no podía ni siquiera saber quien era la persona con la que estaba hablando... y nuevamente, aquí está lo patético de ser ciego. No sabía si se reía de mi actitud, no sabía ni siquiera que estaba pensando. Quizás mirarlo a los ojos servía de algo, pero en mi caso nada ayudaba. Era patético. Era más que patético, era estúpido.

-¿Puedes irte de mi habitación? -dije avanzando bruscamente-
-¿Podemos conocernos? -preguntó fastidiado- de verdad Hienim, este es mi trabajo, tengo que hacerlo -dijo muy amablemente-
-¡Y por mi que te despidan! -exclamé- Aunque sea podrías haber tocado la puerta, ser un poco más sofisticado y cuidadoso... ¡y me chocaste antes! -exclamé recordándoselo- ¿Acaso eres ciego? -pregunté sarcástica-
-Déjame recordarte que tú lo eres -suspiró.

Tenía razón. Yo era la ciega, no él. Quizás era cierto, lo había chocado y era mi culpa. Yo no sabía que había pasado, y la verdad me importaba poco.

-No repitas eso... -supliqué-
-Ese no es el punto... lo siento, no quise golpearte, ni siquiera me había dado cuenta de que no veías -dijo sincero, quise creerle. Fruncí el ceño- no soy tan malo como tu crees, intentemos aunque sea llevarnos... ¿bien? -preguntó algo 'asustado' por mi respuesta-
-No, prefiero morir antes que compartir tiempo de mi vida contigo -avancé más a donde sentía su voz- ¡vete! -grité e impulsé mis brazos hacia adelante, para empujarlo.

Pensaba que estaba ahí pero sólo había 'golpeado' el aire. Me impulse de tal forma agresiva, estaba cayéndome. Sin embargo, unos brazos me sostuvieron antes de tocar el piso. ¡No podía creerlo! Estaba por causarme otro accidente, pero esta vez... me había salvado de que sufra algún otro problema en mi cuerpo o alguna desmejora si golpeaba mi cabeza. Me estaba protegiendo, y yo era tan mala con él. No iba a cambiar mi actitud, me negaba a hacerlo. Al fin y al cabo, quiera darle una oportunidad o no, iba a compartir gran parte de mi vida con él, iba a acostumbrarme desgraciadamente. De a poco, empecé a ponerme de pie. Me sentía muy mareada, creo que había sido por mi casi caída. Me senté en mi cama, con la ayuda del chico. Coloqué mis manos sobre mi cara, y masajeé un poco mi frente.

-¿Te encuentras bien? -preguntó, estaba cerca de mí. Sentía su aliento, su respiración-
-Estoy excelente -susurré-
-No me odies, ¿si? -pidió, levanté la cabeza hasta que sentí su aliento chocar con el mío- No te pido que seamos amigos, pero... llevémonos bien -me propuso.

Pero yo sabía que eso era más que imposible. No podía llevarme bien con una persona con la cual había empezado mal. No decía que no se podía, pero iba a ser difícil. No quería hacerlo sentir mal, ni que quiera renunciar a su trabajo, pero no iba a encariñarme con nadie. No de nuevo, nunca más. Y creo que él no iba a entender eso.

-¿Puedes irte? -pregunté amablemente-
-Tenemos que empezar... -comenzó-
-¿Empezar a que? -bufé- ¿A hacer estupideces que no van ayudarme a nada? Por favor, no seas ridículo -musité-
-Baek para ti -corrigió- créeme que sin van a ayudarte -tomó mi mano, pero me solté enseguida-
-Mierda Baekhyun, no hagas eso -dije con enojo, remarcando su nombre- no va a ayudarme, y mientras más rápido terminemos con todas estas estupideces, mejor para ti y para mi, tu elijes -lo apunté con el dedo, esperé nuevamente hacer el ridículo y apuntar a otra parte de la habitación. Intenté concentrarme en su voz para distinguirlo-
-Empezamos mañana -afirmó, se puso de pie. Su presencia ya no estaba conmigo- ¿a que hora prefieres? -preguntó amablemente-
-¡A ninguna! -exclamé- ¡No tengo interés alguno en esto! -me puse de pie yo también, intentando no tambalearme o fallar en el intento-
-Entonces, despiértate antes del mediodía, ve y almuerza. Nos reencontramos aquí, en tu habitación -ordenó él, estaba por hablar yo- no quiero que arruines mi trabajo, Hienim -al interrumpirme, levanté una ceja. Él no pudo verlo porque mis lentes tapaban absolutamente todo-
-Sí claro, te tengo tanto miedo -bufé graciosa-

Amaba pelear con el, hacerlo enojar. Creo que a mi hermano muchas veces le hice eso, y como ahora no podía con él, lo hacía con este desconocido que rápidamente iba a invadir mi vida, y meterse en lo que no debía. Dentro de mí, lo gozaba de tal forma que quería reírme en su cara... bueno, creo que estaba siendo un poco cruel, pero en parte tenía razón. Más gracioso sería verlo, más gracioso sería ver su cara de asfixia y odio por la imbécil que le había tocado esta vez. Él no emitía palabra alguna, asi que yo esperé y me crucé de brazos, esperando a ver que decía.

-Hienim... -susurró- nos vemos mañana, ahora has lo que quieras -dijo dulcemente, me sorprendí- pero sólo te pido, que mañana no me falles... -volvió a susurrar.

Me había estremecido. Su voz sonaba demasiado sincera, él no quería fallarme, y yo le hacía sentir que lo estaba haciendo. Me sentí fatal... o quizás, él quería hacer lo que yo estaba haciendo con él. Ya entendía, él quería pagarme con la misma moneda. A ver quien salía 'lastimado', por así decirlo, ahora.

-Está bien -respondí fría- te esperaré aquí, si es que eso quieres... -contesté normal, el suspiró-
-Nos vemos... buenas tardes -dijo antes de salir por la puerta.

¡Por fin! Se había ido y volví a quedar con la amada soledad. Me agaché para buscar el libro escrito en braille, para nuevamente acostarme a leerlo. No me percaté que, de un momento a otro, quedé dormida con el libro en mis manos. Comencé a soñar...

¡Esto ya lo había vivido! Pero, extrañamente podía ver... oh, si esto era verdad, entonces estaba muerta. Era mi viejo colegio, tenía mi uniforme puesto. Corrí por los pasillos, recorrí cada rincón de él. Y lo vi, a aquel chico que me robó el aliento por tantos años. Una parte de mi vida que escondí desde que quedé ciega. ¿Él? Mi mayor sueño. ¿Yo? Una chica ordinaria para él. Eso creía yo, eso me hacían creer todos... un día, él se acercó. Quiso estar conmigo, quiso que yo me sintiera querida. A veces, juntos nos escapábamos de clases para estar juntos y hacer algunas 'cosas', por así decirlo. Era una gran tentación. ¿Él? Ahora, era una clase de pareja. ¿Yo para él? Seguía siendo la misma idiota. De un momento al otro, dejé de ver. Empecé a gritar, aquel sueño divino se estaba volviendo una pesadilla... ahí fue, cuando caí en la cuenta de que él me había abandonado. Aquella parte que había escondido en mi vida, era aquella humillación del '¡Que torpe has sido al pensar que te quise!', o 'Eres tan inocente, perdedora'. Y todo empezó a pasar cuando ya no veía, era el hazmerreír de toda la escuela, de todo mi curso. Aquellos que se hacían llamar mis 'buenos amigos' me habían dejado por un par de ojos que ya no tenían utilidad. Todo estaba perdido, él me había dejado... y todo se había ido, una vez más, de mis manos.

Me di cuenta que desperté, cuando empecé a gritar y nuevamente, lo que veía era absolutamente negro. Estaba sudada, no estaba bien. Tenía sed, me sentía inestable... unas lágrimas secas estaban paradas en el borde de mis ojos y algunas en mis mejillas. Escuché la voz de Minhae preocuparse por mí, pero sólo lo había ignorado. Solamente pedía, que aquellos recuerdos no vuelvan nunca jamás a mi cabeza. Si lo había logrado omitir de mis pensamientos, podría hacerlo de mis sueños ahora. ¿Verdad? Lo que tanto me había costado olvidar, había vuelto. Ahora iba a necesitar de nuevo, algún analgésico poderoso para sonreír y olvidar. ¿Tan difícil era? No quería ni tenía pensado volver a la camilla de un hospital y estar completamente drogada para poder vivir sin pensamientos. Si había algo que empezaba a entender, era el por qué me encontraba en este lugar. Era mi propio analgésico poderoso. Era mi nueva droga, mi nueva forma de olvidar aquel pasado que me atormentaba. Minhae llegó corriendo a la habitación con un vaso de agua, y para entonces, ya había caído dormida nuevamente.

⇸A Light In My Window⇸ B.BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora