⇸A Light In My Window⇸ B.Baekhyun

Capítulo 16.

Luego de unos minutos, una puerta se abrió. Era el cálido ambiente en el que estoy viviendo: mi habitación. Estaba demasiado mal por la situación de hacía unos segundos, mi hermano ni siquiera le había dado un gracias a Baekhyun por mi progreso. Y eso me hizo sentir mal conmigo misma. Yo podría notarlo, pero ellos quizás no. Y cuando por primera vez me sentía orgullosa de mí misma, ahora podía ver que no, que no era así y que me estaba engañando a mí misma. ¿Pero realmente era eso, o era que yo no había hablado sobre el tema? Me sentía mal ahora, y no por lo sucedido con Baek... bueno, pero esa era otra forma de sentirme peor. No había nada más feo que sentirte bien, para que alguien luego lo arruine de la forma más horrible. No quería sentirme mal conmigo misma.

-Oye, Baekhyun... -susurré, sin darme cuenta de lo patética que sonaba mi voz-Lo siento, -la elevé un poco más- no creí que mi hermano fuera a tratarte de aquella forma luego de lo que hiciste por mí -comenté decepcionada-
-¿Era tu hermano? -preguntó sorprendido- Yo creí que era un novio, o algo parecido... -dijo indignado-
-¡Ni loca! -grité ahogadamente- No planeo novios... -susurré-
-¿Por ahora? Vamos Hienim, libérate... tienes que salir con otros chicos -comentó-
-No quiero hacerlo, odiaría ese hecho -comenté frustrada-
-Dime, ¿qué tiene de malo un novio? -preguntó... ¿indignado?-
-No tiene nada -afirmé- lo tiene si es que eres como yo, ciega, torpe, no muy bonita... -hice un gesto con mis manos-
-Que tonta eres -susurró.

Quise lanzarle mi mejor mirada de odio... pero no pude. Era débil ante aquello.

-No es de tonta... es miedo -respondí- es miedo a que un día me falle, a que me deje sola luego de tener planeada mi vida junto a aquella persona... ¿es duro, sabes? -pregunté dolida, pensando y confesando todo lo que siempre guardé dentro de mí- Es horrible no poder volver a confiar... y más horrible es pensar que nada va a ser de mí en el futuro, es patético -respondí más de lo que no debía-
-Mírale el lado bueno, ¡cualquiera puede quererte por lo que eres! Cualquiera puede quererte por sólo ser tú, Hienim -comentó- y así te darás cuenta, que quien te ama estará dispuesto a dar todo por ti y a afrontar cualquier cosa que pase... -comentó- y lo que más tiene que satisfacerte, es que no te querrá por lo que tienes, si no por ser Hienim, la ciega, bonita y divertida -sentí que sonrió en su voz.

Por una parte, tenía razón. La persona que dé todo por otra, es porque de verdad quiere o aprecia. Es porque de verdad ama. Pero se complicaba, yo no sabía si alguien iba a querer utilizarme o mentirme... era ingenua. Y no sólo eso, ciega era también. Yo no sabía si se iban a querer aprovechar, o quizás quieran sacarme todo, reírse a mis espaldas por no tener ojos normales. Era horrible pensar aquello.

-Por cierto... no te preocupes por lo de tu hermano, yo también me sentiría celoso si algún desconocido se acerca a mi hermana de la nada y le habla -comentó gracioso-
-¿Tienes hermanas? -pregunté sorprendida.

No sabía nada acerca de él.

-Tres -dijo triunfante- soy el único hombre, y el mayor también -comentó-
-Qué duro... agradezco solo tener uno, y que sea hombre -sonreí, sentí una leve carcajada-
-No te preocupes, todos los hermanos son así, -dijo velozmente- y lo sería aún más si alguna de mis tres amores estuviera en peligro -comentó algo... ¿asustado?-
-Yo no estoy en peligro -afirmé-
-Lo estás en cierta forma, estás en peligro estando con desconocidos que... bueno, ni siquiera puedes ver -dijo filosóficamente.

Y los pelitos de mis brazos se erizaron. Tenía una clase de tono en la voz, y una forma de decir las cosas que... bueno, por algo era un psicólogo. ¡La gran mayoría están locos! Y no solo eso, saben como meterse en tu cabeza en cualquier momento... era increíble, pero era aterrador que lo fuera. Al fin y al cabo, ¿quién me entendía?

-No te preocupes, estás a salvo conmigo -de alguna forma, prometió aquello-
-Yo nunca dije que hubiese estado en peligro contigo -acoté antes de que prosiga-
-Lo has pensado -dijo con una sonrisa en su voz-
-¡No lo he hecho! -más que una exclamación, fue una pregunta-
-Claro que sí -afirmó- no es necesario que me mientas, Hienim -dijo él, en un bajo tono de voz- conozco esa actitud de ti, la negación -empezó, levanté una ceja- es obvio, todos la tenemos, pero tú estás pasando por ella, tienes miedo a admitir tus pensamientos... ¿qué pensaste, Hienim? -preguntó-
-Estás equivocado si piensas que voy a contarte mis pensamientos -amenacé... o bueno, eso intenté-
-Estás afirmando de cierta forma, que has pensado que estuviste en peligro -comentó triunfante-

¿Quién se creía que era para manipular mis pensamientos? Me confundía, porque yo no lo había pensando... ¿pero, podría haberlo sentido? Quizás ese era su punto. Quería que me meta en el centro de mi alma y sacar todo aquello que tenía encerrado. Podría suceder que, empiece a reflejar en Baekhyun mis más grandes miedos de la vida... y quizás eso quería quitarme él, los miedos para seguir. Le confesé, desgraciadamente, todo lo que sentía y siento constantemente, esa constante negación hacia mi futuro... ¿él quería proyectarla, de alguna manera?

-Ya entiendo tu punto... -comencé- quieres sacarme mis miedos, lo entiendo... yo también quiero hacerlo -sonreí algo tímida- pero Baekhyun, no es la mejor forma de lograrlo...
-¿Y como quieres que lo haga entonces? -interrumpió y preguntó frustrado, dándome a entender que tenía razón-
-Estás admitiéndolo -sonreí- ahora yo soy Baekhyun, tú eres Hienim-dije, ya que de alguna forma, intercambiamos papeles... bufó-
-No me hagas esto tan difícil, es una sesión, Hienim-dijo él rápidamente- es la única forma de sacarte eso que tienes ahí, para que luego de que salgas de aquí, tengas una vida normal -de alguna forma, me propuso aquello-
-La tengo -mentí-
-No, no la tienes y por eso estás aquí, hablando conmigo ahora -susurró.

Tenía toda la razón. Se daba cuenta de mis pensamientos, de lo que tenía adentro de mí, incluso de aquellos pensamientos frustrados y encerrados en lo profundo de mi alma, atormentándome desde que tengo quince años. Nunca nada fue igual, nunca nada volvió a la normalidad. Todo cambió, no solo mi vida, sino también de quienes me acompañaban. Él sabía todos mis motivos, sabía todas las cosas que nunca le había contado a nadie, mis miedos, mis metas, mis pensamientos, mis impulsos, mis actitudes, mis secretos... él estaba preparado para aquella pequeña cosa que era yo, estaba listo para enfrentarse a quien era yo, a mi persona. Estaba listo para aquella fría y torpe Hienim de la que tanto, quizás, le han contado.

Al fin y al cabo, sólo estaba aquí para cambiar mi vida... pero, ¿podría ser para algo más?