Capítulo 39.

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Mi mamá corrió hacia mí, llorando. Tenía algunas arrugas más desde la última vez que la había visto. ¡Oh por Dios! ¡Mi Padrastro! Este hombre ya tenía pequeñas canas. Y Minhae... ¡era una blanquinosa tan hermosa! Me abrazó fuertemente, susurrando en mi oído un pequeño y corto 'te dije que me conocerías'. Y cuando todos se abrieron paso, lo miré. Lo observé, enamorada. Parecía un muñequito de porcelana. Ese cabello tirado hacia el costado, apenas levantado y esos ojos miel... ¡podía verme en ellos! Era... era simplemente hermoso. Sonreí, y luego levanté mi mano y tomé la suya, acercándola hacia a mí lentamente. Era mi turno de hacer eso. La observé, cada detalle y la acaricié suavemente, como si fuera una pequeña joya delicada. Y luego, volví a mirarlo como quise hacerlo desde que lo conocí.

-Bienvenida al mundo nuevamente, mi amor -sonrió besando mi frente-

Cuando se separó de mí, lo miré nuevamente. Acaricié su rostro y puso su mano sobre la mía.

-No eres como te imaginé... eres diferente... -musité.

Vi que él bajó la cabeza lentamente, algo triste. ¿Enserio se lo había tomado a mal?

-Lo siento...
-Me agrada -sonreí.

Y él lo hizo también. Su sonrisa era tan preciosa, me hacía volar... la veía y me daban ganas de sonreír. ¿Esto era estar enamorado? Luego, recordé un pequeño detalle. Me faltaba una parte de cabello. Me tapé como pude.

-¿Qué haces? -preguntó él-
-Me avergüenza que me veas así...
-¿Por qué? Eres hermosa, así o más pelada todavía. Es cabello, hermosa. Crece.

Suspiré. Aunque sea, él me veía hermosa, ¿verdad?

-No quiero interrumpir el momento... -comenzó el médico- pero es hora de hacerte los chequeos. Si todo sale bien, mañana mismo te irás.
-¡Genial! -exclamé levemente- ¿y cuando comienzan?
-Por eso mismo, ahora... no quiero interrumpirlos, de verdad, pero...
-No, está bien, entiendo -dije rápidamente- ¿A dónde hay que ir?
-Será aquí. Si pueden, por favor, retírense... podrán estar con ella en un rato.

Me acosté y me relajé. Mamá y mi padrastro me saludaron con la mano y una inmensa sonrisa. Minhae me guiñó un ojo como diciéndome que quería contarme algo, y Baekhyun... simplemente me robó un beso antes de irse. Me sonrojé un poco, lo que hizo que sonría y salió finalmente. Miré al doctor, el que tanto me acompañó en esto. Me sonrió, al darse cuenta que lo estaba observando.

-Muchas gracias -dije rápidamente- usted ha cambiado mi vida, ¿sabe? -sonreí-
-Es mí deber, niña...
-Aun así, siéntase bien. Me ha dado una razón para sonreír, teniendo otras diez más para llorar. Gracias, desde lo profundo de mi corazón.

El señor se sorprendió ante mis palabras. Vi sus ganas de sonreír, pero no lo hizo, ya que era su ámbito de trabajo. La puerta se abrió y miré rápidamente. Tenía tan desarrollado los otros cuatro sentidos que no puedo acostumbrarme a este tan rápido. ¿Quién era este señor?

-Hola, Hienim... yo fui quien te operó -sonrió-
-Oh, buenas tardes -sonreí- muchas gracias por hacer que esto pueda ser posible -estiré mi mano para saludarlo y él la tomó amablemente-
-Buenas tardes, vengo a revisarte y ver qué tal esos ojitos... que por suerte, todo indica que va bien -sonrió amablemente- no te asustes, ¿sí? -asentí- si me permites...

Tomó una linterna y miró mis ojos. Abrió el párpado con cuidado y observó cada costado. Luego, repitió la operación con el otro ojo. Apagó el aparato y miró las cicatrices. Me dolían un poco y seguro él lo sabía. Pero era totalmente normal.

-Bueno, estás excelentemente bien... por un mes, y dos lo máximo, tendrás que usar gotitas para los ojos... tu iris es celeste, ya que se ha decolorado...
-Yo tenía ojos marrones -dije rápidamente-
-El color no volverá nunca, tuvimos suerte de que volviera la visión.

Suspiré.

-¿Es un color feo? -pregunté.

Me preocupaba por una verdadera estupidez.

-¿Quieres mirar? -preguntó el doctor amablemente, encogiéndose levemente de hombros.

Me alcanzó un espejo y miré. Era simplemente celeste. Los ojos que cualquier persona con ojos marrones soñaría. Me gustaban los míos. Pero entendía que no era posible volver a tenerlos... y como dijo el doctor, que pueda volver a ver... fue un milagro. O quizás, el destino. Esto era lo que tanto me tenía preparado. Ahora nunca más volvería a subestimarlo. Miré mis cicatrices rápidamente. Tenía los puntos, que suponía que deberían sacármelos en este mismo momento. La única diferencia, es que las otras veces no pude verlo y esta vez... será lo mismo porque no veré que sucede en mi cabeza. Le devolví el espejo, dejando que prosiguiera.

-Te daré una muestra de prueba de las gotas, para que luego, si se terminan puedan comprar más. Irás a un oculista al que te mandaré yo, que te regulará el tiempo según como te vea. Ahora te sacaremos los puntos así te quedas tranquila por el resto del día, y mañana te irás sin problemas. Felicidades, pequeña.
-Gracias, de verdad. Han cambiado mi vida -sonreí-
-Estamos felices de que así sea... ahora, relájate que no sentirás absolutamente nada.
-Ya sé como es -me encogí de hombros-
-¡Mejor aun! -exclamó entusiasmado, para darme esa sensación a mí.

Y luego de unos minutos, que retiró absolutamente todo, se fue de la habitación y me quedé sola. Suspiré, pensando en que mis ojos eran increíblemente geniales. Y que luego de tanto sufrimiento..., era feliz. Yo me sentía así. Y lo que más me alegraba era que había cumplido el sueño de mi hermano. Ahora sólo espero que, donde quiera que esté, descanse en paz y que sepa que yo estoy bien. Y que seguiría. Que como hice tantas cosas por él, también podía vivir y hacer muchas cosas más. Ahora no sólo tenía una razón para vivir, si no dos...

La felicidad de Chanyeol, y Baekhyun. Y creo que he aprendido algo muy valioso, gracias a estas personitas tan importantes en mi vida, y esta enorme experiencia... nunca subestimes el poder del destino, porque cuando menos te lo esperas, el detalle más insignificante puede causar un efecto en cadena que cambie el rumbo de tu vida.

⇸A Light In My Window⇸ B.BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora