Capítulo 19.

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-Comienza, quiero escucharte -dije burlona-
-Eres callada, muy reservada contigo misma, tienes miedo a demostrar lo que sientes, y eso llega a un punto en que te duele -comenzó, me crucé de brazos- ¿y sabes algo de ti? No admites las cosas, tienes miedo... algo de tu pasado te atormenta, se nota en tu forma de ser
-¿Qué insinúas? -pregunté incrédula-
-Eres testaruda, y muy injusta cuando quieres... la persona más mala del planeta, si te lo propones -dijo graciosa- pero alguien te hace algo, y te rompes en mil pedazos...

Tenía la boca abierta y el ceño fruncido. Me callé, quería escuchar aquello.

-Usas esa faceta malvada tuya para que nadie tenga el derecho de lastimarte, de nuevo, por lo que pienso. Has sufrido, se nota. Tu angustia se nota se nota a donde vayas, pareciera que el mundo se pusiera gris cuando pasas por ahí... ¿Quién te ha lastimado, Hienim? -preguntó, angustiada-
-Nadie me ha lastimado -mentí, y odié hacerlo, ella ya sabía la verdad-
-No sabes mentir -concluyó... ¿supongo?-
-Pasó hace cinco años, ¿sí? No necesito que vengas a remover la herida -la acusé-
-Alguien ya lo hizo, y eres tu misma.

No pude hacer más que morderme el labio. No tenía palabras, ni aunque pudiera buscar las correctas hubiera podido hablar. Tenía razón en cada palabra, y en cada acusación que hizo hacia mí. No podía creer cuanto conocía de mí, sin que yo necesite contarle de mi vida, o algo. Tampoco era alguien para saberla. ¿Todos siempre se dieron cuenta de mí dolor, menos yo? La única palabra que se me cruzaba por la cabeza, era que esto es totalmente patético, era solamente lo que podía pensar. Yo lo era.

-No te estoy diciendo que me cuentes de tu vida, por si acaso estás interpretando mal todo lo que he dicho hace cinco minutos... pero ten un poco de confianza, nadie va a lastimarte -comentó-
-Eso no lo sabes, yo no tengo ni amigos, ¿escuchas eso?
-Yo tampoco -admitió- ¿y qué? Me las arreglé siempre sola, tú también podrías hacerlo.
-La única diferencia es que tú eres fuerte, yo no lo soy... ¿entiendes? -pregunté-
-Necesitas un amigo, y yo también... ¿no podemos intentarlo? -no sabía si era verdad lo que estaba escuchando, creo que eso se le escapó- no, ignora eso...
-No lo haré -afirmé- intentémoslo, ¿qué podemos perder? -pregunté, para luego sonreír.

Ella no respondió, y yo no sabía tampoco que cara poner. Creo que metí la pata.

-Está bien.
-¿Qué? Creí que...
-No, tienes razón -me interrumpió.

Hubo un silencio incómodo. Ninguna de las dos pensó, alguna vez, llegar a este punto de intentar formar una amistad, no estábamos para nada interesadas. Ni siquiera en llevarnos un poco bien. Eso, causó que escuche un pitido en mi oído.

-Una pregunta un poco torpe... -comencé- ¿qué tiene que ver Baekhyun en todo esto? -pregunté-
-Mi punto, era que tienes miedo a que alguien te lastime -asentí- quería que sepas, que él no va a hacerlo, y por lo tanto quiero que dejes de ser tan mala con él -dijo-
-Pero eso no lo sé yo
-Yo sí -afirmó- confía en mí, ese es el primer paso para una amistad -dijo alegre-
-¿Cómo lo sabes? -pregunté curiosa-
-Hablé con él, varias veces, y es la persona más buena que conocí en todo este tiempo... tiene una paz, es tan dulce y comprensivo, que vaya hombre te tocó, no lo dejes ir tratándolo así, intenten llevarse bien -dijo ella- no sé que tanto sufriste en tu pasado, tampoco quiero saberlo, pero déjame decirte que no va a volver a pasar, lo prometo -dijo ella-
-No sabes que es lo que piensa...

Por un momento, creo que no había prestado atención a su 'te lo prometo'. Él, me importaba un poco más ahora. No era malo, quizás tenía razón. Pero también eso pensaban todos... eso pensaba yo de los que un día me habían lastimado y no tenía un motivo para volver a confiar. ¿Pero como se lo explicaba a ella, que si él no me inspiraba confianza, no podría hacerlo siquiera?

-No, no lo sabes -repetí- no es hora de que sepas ese pedazo de mi vida, pero si infórmate sobre algo más de mí, no podré confiar en él si no me lo demuestra -simple, y efectivo-
-Entonces se lo diré -afirmó-
-¡No lo ayudes! -exclamé sin fuerza- él tiene que hacerlo solo...
-Lo hará, tu tranquilízate un poco -dijo- ¿terminarás de comer? -preguntó-
-Llévate todo, se me quitó el apetito -afirmé.

La puerta se cerró, y de nuevo quedé en soledad. Solo podía pensar que, Vanessa algo quería. Algo quedó inconcluso en esta conversación, y yo lo veía como algo más que ella estaba buscando y necesitaba encontrar. Él estaba metido en todo esto, lo presentía. ¿Qué era exactamente lo que querían despertar, los dos, en mí? Era como una clase de misterio, y no podría encontrarlo sola. ¿A quién podría recurrir? Tenía una sola opción, y esa era el idiota de mi hermano, que no haría más que reprocharme por Baekhyun, y no quería de nuevo vivir en esa incómoda situación. Por mí, preferiblemente evitarla a toda costa. Por lo tanto, no tenía más que contar con mi dura cabezota, asi que estaba, prácticamente perdida, de cualquier lado o manera en el que se mire. Necesitaba encontrar una manera eficaz, intentando aunque sea saber que es lo que está detrás de esto. Pero no soy para nada buena en eso. Ahora que lo pienso, quizás sea algo que yo no estoy notando, algo que sé pero que de alguna forma está escondido. Debe haber mil maneras de hacer eso, porque hasta yo lo he hecho también. Mi gran pregunta ahora, era, ¿qué podrían estar ocultándome? No tenía tiempo para recurrir, de nuevo, a Minhae. Creo que llegó el momento de superar aquella intriga, y esperar hasta mañana para ver a Baekhyun y ver que clase de información podría intentar de sacarle. Pero, es cuestión de tiempo. Cuestión de esperar.

⇸A Light In My Window⇸ B.BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora