Nuevamente, aquí me encontraba. En mi habitación una vez más, a un día el dos mil doce. Me emocioné, aunque cada año nuevo era una mismísima mierda. No hacía más que pasarla mal con mi familia. No podía recordarlos, había olvidado sus rostros... y eso me dolía. Me dolía hablarles y no saber si voy a confundirme, que haré o que estupidez cometeré esta vez. Era estúpido y demasiado patético. No encontraba lo 'especial' que mi hermano decía de ser ciego. No encontraba lo especial, lo bonito de ser diferente... quizás gracias a las cosas que uno pasa a lo largo de su vida, aprende diferentes valores, diferentes cosas para seguir creciendo. Todo aquello que lo forma, crea tu futuro. A veces cuando nos lastiman, cuando nos hacen reír, crea nuestra personalidad, crea nuestra propia forma de ver las cosas. Nos hace únicos, y cada uno a su manera. Y eso, creo que es una de las cosas más importantes.
Mi mamá estaba maquillándome. Se puso tan feliz cuando recibí aquel regalo de una de mis tías, que quiso estrenarlo para hoy. 'Has feliz a la familia', me pedía ella. ¿Pero como podía hacer a los demás feliz, si yo no lo era? La mejor forma de irradiar felicidad, es sonriendo, es sacando la felicidad dentro de ti para repartírsela a los demás. Las cosas materiales no servían para aquel tipo de cosas... pero mi mamá, nunca iba a entenderlo. El hecho de ser ciega, me enseñó cosas que nunca antes podría haber aprendido, y que no todas las personas tienen la oportunidad. Y a veces es mejor, pero los valores que te deja... son maravillosos. Mi mamá estaba feliz por maquillarme, creo que por fin creía que tenía una hija normal. O eso quizás sentía en su alma, dentro de si misma. Sentía un vestido suelto caer por mi cuerpo. Mi mamá dejó un tapado para que me pusiera cuando baje a la sala. Hacía frío, y bastante aunque en casa no se sintiera. Bajé y ayudé a mi mamá con algunas cosas de la mesa. Mi hermano me ayudaba también.
-En cualquier momento necesitaré un bastón blanco -intenté sonar graciosa, pero nadie rió. Me sentí algo tonta, era algo con lo que no se jugaba.
Me resigné, había pedido completamente el sentido del humor. ¿Chistes para ciegos? Patético, además eso ni siquiera era un chiste. Era más bien, una clase de humor 'negro'. El timbre en la casa sonó, y de nuevo una noche entera aburrida. Aunque en la mesa, mi hermano era el único que me sacaba una sonrisa plena con sus chistes, no la pasaba bien. Se acercaba la medianoche, todos estaban desesperados buscando sus copas y un poco de alcohol para brindar. Desde hace cinco años, todos los años nuevos, pedía un deseo... esa costumbre la tomé cuando quedé ciega. Todos los años pedía volver a ver, pero ahora entendía que era imposible. Ahora entendía que era patético pedir algo que no podía. Todos aplaudieron, se empezó a sentir el choque del cristal de las copas. Le pedí a mi hermano que me lleve al patio de la casa. Todos miraban los fuegos artificiales, pero yo sólo meditaba conmigo misma. Cerré mis ojos con tal fuerza, que creo que bastó para darme cuenta que de verdad deseaba esto. Mi hermano me rodeaba con su brazo derecho la cintura.
'Hay una sola cosa siempre quise, y fue recuperar mi vista. Pero ahora, no pido más que ser feliz, y poder formar mi vida, siendo ciega o no. Si tan difícil es pedir eso, entonces me rindo. No hay razón alguna para seguir aquí'.
Como que de un momento a otro, dejé de escuchar el sonido de los fuegos artificiales. De un momento a otro, me perdí en un lugar de mi mente el cual desconocía. Estaba en una clase de sueño, aunque estuviera despierta. Estaba en una clase de mundo... mi mundo. Pero enseguida, al abrir los ojos, todo volvió a ser como antes. Las expresiones de sorpresa de mis familiares se escuchaban por todo el patio. 'Oh, miren como brillan', '¡Que coloridos!'. Suspiré, por un momento me gustó estar en la soledad, sólo mi cabeza y yo. Lo había disfrutado, más que todos mis años de vida... bueno, sólo 17 de ellos. Los últimos cinco habían sido una tortura, aunque una muy educativa... pero tortura en fin. La familia se había quedado un rato más. Una de mis primas quería jugar conmigo, como en los viejos tiempos. Cuando yo quedé ciega, ella tenía apenas unos meses. Sólo tengo aquel recuerdo, aquel de que era una bebé... el cual, no creo que dure mucho en mi memoria.
Olvidé rostros, olvidé cosas que en mi vida fueron siempre esenciales. Es mentira que cuando eres ciego, y escuchas la voz de una persona, el recuerdo vuelve a tu mente. Puede ser que traiga algo familiar, algún recuerdo lejano... pero es poco probable. El rincón de mi cabeza sólo guardó los rostros anteriores. ¿Cómo sabía yo quien envejecía? ¿Cómo podía saber yo quien crecía? Uno empieza a olvidar todo lo que alguna vez vio. Y aunque dentro de uno mismo quiera convencerse, la angustia y el remordimiento de que no es verdad, va a estar siempre ahí.
Estaba feliz, ya que no me acostumbré que la noche de la Navidad mi prima de 4 años se acerque a mí. ¿Qué clase de diversión podía tener conmigo? Pero la tuvo, no dejaba de reírse de las cosas que decía. Jugaba conmigo, me molestaba... Como yo alguna vez molesté a Chanyeol, y eso sin embargo hizo que la gran mayoría de mis recuerdos sobre mi hermano vuelvan a mí. No pude evitar sonreír y reír junto a la pequeña. Estaba pasando un lindo momento con ella, pero sentí que fueron sólo unos minutos. Sin darme cuenta, ya todos se habían ido. Y muy pronto, volvería con Minhae y conocería a la persona que iba a compartir, prácticamente, más de mitad de mi vida conmigo... un completo fastidio. No sabía bien que iba a pasar cuando vuelva, pero tengo un mal presentimiento. Es algo estúpido, pero algo va a salir mal de esto... aunque, peor de lo que está, no lo creo en absoluto.
Me acosté, pero enseguida recordé que estaba toda pintarrajeada por mí mamá. Y me aterraba pensar en lo patética que me veía. Fui al baño, ayudándome con los muebles. Me lavé la cara como pude, y después de eso me acosté, vestida y todo. Estaba cansada, ya no quería ni moverme de la cama. No dejaba de pensar en que ya pronto tenía que compartir mi vida con otra persona. No dejaba de pensar en que no tendría intimidad. Y no sabía por cuanto tiempo tendría que ser esto. No quería cambiar mi forma de vida, no me comprometo a hacerlo. Pero al fin y al cabo, esa no era mi decisión.
Tenía que hacerlo, o mi futuro podría estar, prácticamente, más arruinado que ahora.
'No dejes que termine nunca el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías si pueden cambiar al mundo. Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes, huye'.
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⇸A Light In My Window⇸ B.Baekhyun
FanfictionEsta historia empieza cuando Park Hienim, una chica de 17 años de edad, sufre un accidente automovilístico, junto a sus padres... haciendo que pierda la vista. Pasaron ya cinco años, ella se encuentra actualmente con veinte años de edad. Los padres...