⇸A Light In My Window⇸ B.Baekhyun

Capítulo 44.

Cuando por fin tenía el anillo en mis manos, me puse de pie y Baekhyun me tomó de la cintura, dándome un beso infinito. Luego de eso, él pagó la comida y todo lo que habíamos 'consumido' esta noche. Como seguía lloviendo, salimos corriendo del lugar, sin taparnos ni siquiera. En este momento nada nos importaba. Nos subimos al auto, no tan mojados.

-Te hago una propuesta -dijo Baek rápidamente- ¿qué tal si vamos a conocer a mi familia?

Mis ojos se abrieron como dos platos. ¿Qué? Bueno, me había pedido matrimonio sin que conociera a su familia. En algún momento tendría que conocerla. No me gustaba del todo la idea, ya que seguramente no les agradaría. Espero que sí, pero digamos que no soy una persona la cual sea agradable conocer. Sólo para Baekhyun. Pero, ¿qué podía perder?

-Está bien. ¿Volveremos a mi casa, o pasaremos la noche en la tuya? Necesito avisarles a mis padres.
-Veremos luego -sonrió y arrancó el auto.

La idea me asustaba un poco. Estaba más que segura de Baek les había contado todo sobre mí. Mis inseguridades, mis miedos, hasta mis torpezas. No era agradable conocer a una persona como yo. Más cuando todos se enteran del pasado, o de lo que soy. O era... 'ya no eres ciega', me recordé. De todos modos, mis inseguridades no se irían en ningún momento. Están dentro de mí desde que nací, sin embargo, se fortalecieron hace cinco años atrás. Ahora sólo son la sombra de lo que fui hace sólo un tiempo. El viaje se me hizo demasiado corto. De tanto haber pensado, ya me encontraba en la casa de Baek. Y fue cuando sentí una sensación dentro de mí, pidiéndome que salga corriendo. Pero no tengo que ser tan cobarde. Tenía que empezar a enfrentar las cosas que me ponía la vida. De todos modos, conocer a mis suegros y a mis cuñados... no era tan malo, ¿verdad? Baekhyun me abrió la puerta del coche, y sin decir más, tomó mi brazo enredándolo con el suyo. Me sonrió para luego llevarme a la puerta de su casa. El sonido de las llaves me perturbó. Sólo quería que esto pase rápido. Y de repente, una luz cálida destelló en mis ojos. Cuando mi vista se aclaró, vi que Baekhyun abrazaba a dos niñas muy pequeñas... suponía que eran sus hermanas. No creo que haya tenido un hijo y no me lo dijo. ¿No, verdad?

Maldicion.

-Ya basta, ya basta -dijo Baek riendo- pequeñas... ella es Hienim, mi novia.
-¡Hola Hienim! -dijeron las dos a unísono-

Sonreí algo tímida.

-¡Hola, preciosas! ¿Qué tal? -sonreí y les di un abrazo, y luego salieron corriendo-
-Sólo tienen ocho años -dijo Baek en un susurro-
-¿Son gemelas? -pregunté sorprendida-
-Claro que sí -sonrió- ven, entra. Mi mamá y mis otras dos hermanas tendrán que estar por aquí -tomó mi mano-
-¿Eres el único hombre? -pregunté sorprendida-
-Desgraciadamente, sí -sonrió gracioso.

Recordé que sí. Había tenido ya esa conversación con él. Fue como un 'deja vu'. Comenzamos a caminar rumbo hacia lo que suponía que era la cocina. Estaba una mujer de pelo largo, que suponía que era su madre, y luego dos chicas bastante jóvenes. Nadie notó nuestra presencia, estaban demasiado entretenidas con un programa de televisión que desconocía.

-Hola, mamá -dijo Baek, y se dio vuelta rápidamente... sus hermanas también-
-¡Cariño! -dijo con una sonrisa, y lo abrazó- ¿ella es Hienim? -preguntó con una sonrisa y me sonrojé-
-Soy yo -susurré bastante audible-
-¡Un placer! -me abrazó a mí esta vez- Baekhyun nos ha hablado a todos extremadamente bien de ti-
-¿De verdad? -pregunté mirándola dulcemente-
-Sí... y entendemos que no hayas querido conocernos hasta ahora... en tu lugar, pensaría lo mismo. Pero bueno, lo importante es que estás aquí con nosotros y que puedes vernos -sonrió- ellas son hermanas de Baek al igual que las pequeñas ¡Bienvenida a la familia, Hienim!
-¡Muchas gracias! -sonreí. Las niñas vinieron a saludarme-
-Es verdaderamente un gusto para mí.

No sabía que decir. Sólo tenía una amplia sonrisa. ¡Baekhyun les había hablado de mí! Y se ve que a todos les caía bien sin siquiera conocerme. Esto era maravilloso.

-Mamá -dijo Baekhyun- tenemos que contarte algo...

Baek tomó mi mano, nervioso. Su mamá nos sonrió, esperando la noticia. Sus hermanas nos observaban intrigadas, querían saber que traíamos entre manos. Literalmente.

-Vamos a casarnos -dijo él por fin.

Y las lágrimas de felicidad, los abrazos, unos cuantos 'felicidades' y otras cosas, me hizo darme cuenta de que verdaderamente esta familia ya me conocía sin saber como era mi rostro. Me tenían aprecio, sin saber si yo era buena o no. Porque Baekhyun ya les había dicho todo sobre mí. Él tenía todo esto preparado... y en este momento, se lo agradecía de todo corazón. Ellos sabían que tenía, verdaderamente, las mejores intenciones con su hijo.

Sabían absolutamente todo. Y eso era más que suficiente para mí.

-¡Yo sabía que esto pasaría! -exclamó la mamá de Baekhyun-
-Pero mamá, ya te lo había contado...
-Cállate -dijo en broma, interrumpiéndolo- era intuición de madre -sonrió.

La felicidad que irradiaba esta familia era increíble. Se notaba que esto era gente de puro corazón. Y fui conociendo un poquito más de todos, de a poco. Era una familia con la cual me sentía cómoda. Nunca pensé que iban a aceptarme tanto en un lugar. Pero sin embargo, hubo poco tiempo: tenía que irme a mi casa. De todos modos, podría seguir conociéndolos algún otro día. Ya que los conocía, podía venir a visitarlos. 'Siempre que quisiera', me acaban de decir. Y bueno, me despedí de todos y partí hacia mi casa. Suspiré una vez en el auto. Baekhyun sonrió triunfante.

-¿Qué te sucede? ¿Estás feliz? -dijo él, contento-
-Demasiado. ¡No puedo creer que hayas echo todo esto!
-Lo hice por ti. Uno hace todo cuando ama a alguien, ¿verdad?

Sonreí, y miré hacia la ventanilla. En cuestión de minutos, estábamos en la puerta de mi casa. Me bajé del auto, y Baekhyun lo hizo también.

-Deberías haber dejado que yo te abra la puerta. Eso es de caballeros.
-Está bien, no lo necesito -sonreí- ¿te quedas?
-No creí que hiciera falta preguntar eso. De todos modos, si no hubieras dejado que me quedara, hubiese buscado la forma de entrar por la ventana de tu habitación.
-¿Eres capaz de hacer eso?
-Soy capaz de muchas otras cosas también.

Reí levemente, y saqué las llaves de mi casa, haciéndolo pasar. Saludé a mis padres y luego subimos juntos a la habitación. Una vez en ella, ambos nos sentamos en mi cama.

-Al final del día, eres la única persona con la que quiero hablar -comenzó a decir, y entrelazó mi mano con la suya- eres la única que puede hacerme olvidar todo el estrés y hacerme sentir como si fuéramos las únicas dos personas del mundo.
-¿Estás estresado? -pregunté acariciando su hombro con mi mano libre-
-Algo así... demasiados golpes duros en muy poco tiempo.
-¿Necesitas contarme? -pregunté, mirándolo preocupada-
-Ahora todo lo que necesito es olvidar -musitó.

Y todo lo que hizo fue enganchar su boca con la mía como un pequeño rompecabezas. Tomó con sus manos mi cabello y acarició mi cabeza con sus pulgares. Lo tomé del cuello para separarlo un segundo de mí.

-No te puedo prometer que solucionaré todos tus problemas, pero puedo prometerte que no los enfrentarás sólo.
-No te preocupes... estoy bien -sonrió- el mundo puede estar sobre nuestras cabezas, pero la verdad es que todo estará bien si estoy contigo. Te necesito, más y más cada día. Lo único que se en este momento, es que quiero estar contigo todo el tiempo que sea posible... nada sería lo mismo si no existieras -besó mi frente y la mantuvo apretada unos segundos-
-Te amo, y desde hoy estamos comprometidos... eso para mí lo es todo, incluso apoyarte siempre que lo necesites. Desde que te conocí, creo en la magia. Creo que eso son todas las razones que tengo para seguir a tu lado y apoyarte.
-¿Y eso? -preguntó extrañado-
-Me haces sonreír después de haber pasado años llorando.

Y fue entonces, cuando sonrió con sus ojos y me tumbo en la cama, poniéndose sobre mi cuerpo, dándome un beso infinito demostrando que nuestro amor era más fuerte que nada. Nuestras prendas comenzaron a desprenderse de nuestra piel, para sellar mágicamente en nuestros cuerpos desnudos una noche que nos marcaría para siempre.

-Atrápame en tus sueños -susurré antes de que ambos caigamos en los brazos de Morfeo.