LXV

439 36 1
                                    


Regina: Lo Siento.

Franco: Nooo, no Mi Vida, mira, esa mañana cuando salí a trotar y te vi ahí con tu mirada triste pero tus ojos, esos ojos, me enamoraron, era como un hechizo, pero te entraste...

Regina: Estaba enojada no sé si conmigo misma o con la vida o con Patricio... Pero a pesar de eso volví a salir, ¿lo recuerdas?

Franco: Si, te grité un "Hola", sonreíste... Luego te vi de nuevo, en ese mismo balcón y créeme, sentí una alegría inmensa cuando te sonreí y me respondiste de la misma manera. Luego recorrer tu cuerpo empapado... - Le acariciaba el vientre con sus dedos.

Regina: Franco!!

Franco: Uhm?

Regina: Ves, tú fuiste quien llegaste a alegrar mi vida.

Franco: Ahora va aquello que no conoces...

Regina: ¿Por qué recordarlo ahora?

Franco: Porque quiero que conozcas todo de mi vida... quiero verte feliz.

Regina: Pero...

Franco: Cuando vi rodar el auto de Camilo, bajé del mío, realmente no sentía ira por mi hermano, solo quería hablar con él, llegar al hospital, ver a mi madre llorando desconsoladamente y mi padre abrazándola. – Regina se acostó boca apoyándose en sus codos y antebrazos. Se concentró en escuchar a Franco. – Me fui hacia ellos y al levantar el rostro mi madre me preguntó.

*Gilma: ¿Qué le pasó?

Franco: Mamá, Camilo y Delfina...

Gilma: Tu mataste a tu hermano!!!

Franco: ¿Qué? Nooo Mamá.

Gilma: Encontraste a tu hermano con esa mujer y la furia pudo mas que la familia.

Federico: Lo mejor es que te vayas. *

Franco: Me marché del hospital y alquilé un nuevo departamento, que luego compré.

Regina: No volviste a ver a tus padres, eso lo sabía, no sabía que tu madre te había tratado así.

Franco: De vez en cuando iba a mi casa, pero mi mamá estaba encerrada en su habitación, y cuando entraba me gritaba "asesino", mi padre me saludaba de manera fría, para ese entonces ya estaba terminando mi carrera y pues cree la empresa.

Regina: Por eso dices que te metiste en el trabajo?

Franco: Si. – Pasó su mano detrás de su nuca para acomodarse un poco. – Sabes, llegaba a la oficina y me sentía un dios, pero cuando llegaba de nuevo a mi casa, me encerraba en un cuarto a desahogarme con las pinturas.

Regina: Sé cuál es ese cuarto. – Sonrió un poco.

Franco: Si mi vida, ese. Durante esos cinco años, Delfina desapareció...

Regina: Después supiste que iba a tener un hijo de tu hermano, el cual abortó.

Franco: Si. Pero algo cambió Regina, cuando te conocí, seguí yendo a visitar a mis padres, en silencio, solo los saludaba, les llevaba frutas y no sé, mi madre también cambió, con mi padre me hablaba más seguido. Él me contó que la policía había dicho que había sido un accidente por medios de los testigos. A Él le conté lo que estaba viviendo contigo, bueno le dije que estaba enamorado, creo que él se lo contó a mi mamá.

Cerca De Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora