LXXII

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Javier: ¿Está Regina?

Clara: Si Señor.

Javier: ¿Será que me puede atender?

Clara: No lo sé Señor. Si quiere puede esperar mientras lo anuncio. - Le abre la puerta y lo invita a seguir señalando la sala.

Regina: Maquillando esto no se notará mucho. – Se acariciaba su labio frente al espejo. Estaba enrollada en su salida de baño blanca. Franco se le acerca por detrás, él cubría su parte inferior con una toalla.

Franco: ¿Duele? – Apoyando su mentón sobre el hombro de Regina. - ¿Qué pregunta tan tonta cierto?- Ella sonrió.

Regina: Mmmm No, no es tonta. Y No, no duele mucho. – Respondió mirándolo por el espejo. Franco la rodea con sus brazos y suelta el nudo con que ella aseguraba su salida de baño.

Franco: Conozco unos masajes excelentes. – Ella volteó y rodeó su cuello con sus manos.

Regina: ¡Ah sí! ¿Cuáles serán? – Él se retira un poco y abre la salida de baño, observa el cuerpo desnudo de Regina. Ella muerde su labio inferior.

Franco: Debes descubrirlos por ti misma. – Ella da unos pasos y queda a centímetros de él, suelta su toalla la cual cae al piso. – De esos hablo. – La tomó por la cintura y de un jalón la atrajo a él. Se besan apasionadamente, Regina le rodea el cuello con sus brazos. Franco termina de quitarle la salida de baño y la carga en su cadera, de esta manera la lleva hasta la cama...


Clara: Señora Regina!! – No escuchó respuesta. - ¡Señora Regina!

Franco le acariciaba los senos a Regina a medida que se los comía a besos, se posó por unos segundos en su vientre, bajó y continuó besando aquel lugar, haciendo que Regina gimiera de placer.Al otro lado de la puerta Clara obtuvo una respuesta... bajó las escaleras.Clara: Señor, creo que la Señora Regina no lo puede atender por ahora.

Javier: ¿Franco está aquí? – Clara asintió. - ¿Están discutiendo?

Clara: Realmente no se escuchaba como una discusión. – Haciendo un gesto como de "usted sabe de qué hablo".

Javier: (Suspiró) Entiendo.

Regina estaba recostada en el pecho de Franco, ambos con la respiración agitada luego de amarse llenos de placer.

Regina: Hace rato escuché que Clara me necesitaba. – Él le acomoda un mechón detrás de oreja.

Franco: No bajes.

Regina: ¿Y si escuchó algo? – preguntó algo avergonzada. Él sonrió un poco.

Franco: ¿Y? es normal eso, ¿no?

Regina: Pues si! Pero me da, no sé, vergüenza.

Franco: Está bien, Baja y le preguntas, qué necesitaba.

Regina: Tengo una mejor idea, bajemos los dos y preparamos unas tostadas con mantequilla.

Franco: Me parece excelente.

Clara: ¿Desea dejarle algún mensaje?

Javier: No, bueno dígale que... - se escuchó una carcajada de Regina en la parte superior de las escaleras haciendo que Javier y Clara dirigieran su mirada hacia ellos. Regina llevaba puesta un pijama de shorts y una blusa de tiras. Él una pantaloneta gris y una camiseta blanca.

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