LXXVII

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  "Ni el verano más intenso secaría lo que siento, ni privarme el silencio de gritar que Te Quiero" ~ Lucero~  


El día del viaje llegó, Regina estaba tan alegre que parecía una niña. Camino al aeropuerto, luego de ir a un último control médico y de recoger a Clara y su novio, Franco observa a Regina.Franco: ¿Estás nerviosa?

Regina: Si, bueno No, estoy ansiosa, ya quiero cargar Marco, quiero que estemos los cuatro juntos, sin miedos.

Iván: ¿De qué hablan? – Le murmura su novio a Clara en el oído.

Clara: Después te cuento.

Franco: Así será mi amor, ya lo verás. Estaremos juntos.

Regina: ¿Ya pensaste en nombre para el bebé?

Franco: Cuando sepa que es niña te lo diré.

Ingresaron al avión, Regina durmió casi todo el vuelo. Franco meditaba en la llamada de Esteban. Pronto aquel secreto saldría a la luz.

Llegaron a casa, Franco ingresó primero con las maletas en mano. Clara iba al pendiente de Regina, mientras Iván ayudaba a bajar las maletas que faltaban. Victoria los recibió, abrazó a su hija con alegría. – Mamiiiiii- se escuchó una vocecita al fondo. Marco corrió, con pasos torpes, hasta los brazos de su madre, ella se puso a la altura de su hijo. Al ver a su papá también él quiso abrazarlo. La escena propia de una película.Regina: Dale mucho besos a mami, mi Campeón. – Trató de levantarlo.

Franco: No hagas esfuerzos mi vida, recuérdalo. Ven acá Muchachón. – Él lo levantó y ayudó a Regina ponerse de pie.

Marco: ¿y el bebé? – Preguntó con sus palabras poco entendibles. Franco y Regina se observaron, extrañados por la pregunta del pequeño.

Eugenio: Es que Victoria y yo, le hemos ido hablando al niño de su hermanito.

Franco: El bebé aún no ha llegado.

Regina: Falta tiempo para eso.

Marco: ¿Y mi balón? – Preguntó con la inocencia que lo caracteriza.

Franco: El balón te lo entregaré cuando atrapes a tu papá. – Franco deja al niño en el piso y sale a correr por la sala de la casa, su hijo se divertía carcajadas tratando de alcanzarlo. Regina presentó a Clara y a su novio, quienes se hospedarían por unos días con ellos mientras conseguían un lugar adecuado.

Franco estaba en el jardín, alejado de los demás, decidió llamar a Esteban para dialogar sobre un tema pendiente entre ellos.Franco: Ya estamos aquí en la hacienda.

Esteban: ¿Cuándo se lo dirás a Regina?

Franco: Creo que mañana, ¿todo está listo?

Esteban: Si, pero deberías informárselo a mis padres, ellos creen que Marco se quedará toda la vida con ellos.

Franco: No se los voy arrebatar, es normal lo que estoy haciendo, ¿no te parece?

Esteban: Tienes razón. Ahora confírmame la hora, Paula nos ayudará.

Franco: Mañana a las Ocho en punto.

Esteban: Ok. Más tarde paso por la hacienda a saludarlos.

Regina se acercó dónde estaba Franco con el niño, él estaba de pie observando a su hijo jugar con una pequeña pelota de colores. Regina se acerca y lo abraza por la espalda, le da un beso sobre la camisa. Él la observa por encima de su hombro.

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