VI. Necesidad

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El silencio es pesado, como plomo en las venas; como piedras en el oceano. Es asfixiante y denso, como el humo en un incendio. Pero me encuentro comoda en este silencio instalado, porque se que yo lo cree y yo lo controlo. Y en el silencio; sin siquiera mirarlo, siento su mirada clavarse en mi. Estudiandome, descubriendo y desentrañando los secretos que oculto. La tormenta sigue su curso, azotando las ramas de los arboles; quebrando el firmamento con su red de truenos y rayos. No sé que tormenta es mas brava, si la tormenta que esta afuera o la tormenta que siento en mi.

Pero entonces, mis ojos se cruzan con los de él; y puedo ver que la tormenta mas grande habita en él. Y temo, temo que cuando su boca se abra, el sonido salga de sus labios y mi cerebro lo capte; mi silencio estara muerto, mi silencio llegara a su fin. Y mi punto de control, mi determinacion, mi zona segura estaria arruinada.

La tormenta en su mirdada, me devuelve necesidad; necesidad cruda y amarga. Necesidad animal, y tiemblo por dentro; porque sé que en mi interior habita la misma necesidad. Es una necesidad instintiva, natural; es el grito en el silencio de la soledad, es un llanto desgarrado por la frialdad, es un gemido de libertad que se atora en mi garganta. Me salteo latidos, un cartel con luces rojas de neon palpita en mi mente con urgencia. CORRE. CORRE. CORRE. Se levanta del sillon, y yo simplemente deseo que la tierra se abra a mis pies y me trague con casa y todo. Pero no, demonios no. Él sigue acercandose, sus ojos brillan con necesidad. Las luces parpadean. Que no se corte la luz. Que. No. Se. Corte. La. Luz. ¡QUE NO SE CORTE LA PUTA LUZ!

Pero la luz se corto, en el exacto momento en qué él llego a mi lado y mientras un rayo iluminaba la oscuridad a traves de las ventanas, su mano se poso en mi hombro.

-Granger- su siseo caracteristico, era ronco, forzado; como si la voz realmente no le diera para formular una palabra. Como si se esforzara por mantenerse a raya. Pero su mano sobre mi hombro era un suave agarre. Trague duro, tratando de bajar el nudo que se habia instalado en mi garganta. Su aliento a menta y té embotaron mis sentidos. Nuestras narices se rozaban a una respiracion de distancia; sus ojos brillaban en la oscuridad reinante.

Contuve el aliento, tanto como pude; mientras su mano, subia por la curva de mi hombro hasta posarse abierta sobre mi cuello. Podia sentir mi pulso latiendo desesperado, él probablemente lo sintiera bajo su palma. Sus dedos estaban frios en contraste con mi calida piel. Senti que mi piel se erizaba completamente. Debia alejarme, lo sabia; pero estaba hipnotizada por el mercurio de sus ojos, hasta que nuestras narices encastraron, y nuestros labios se encontraron; no habia sido consciente de que la respiracion entre ambos se habia desvanecido.

Sus labios, finos rozaban apenas los mios, sin adentrarse en mi boca; simplemente besandolos. Me agarre de sus hombros; y un gemido escapo de mi boca, dandole total y pleno acceso a ella.

La menta en su lengua al frotarse contra la mia, me excitaba de sobremanera, y el sabor amargo en mi boca creaba una combinacion perfecta; profundizamos el beso, compitiendo por el poder nuevamente, como dos adictos sin control, como dos animales sin tapujos. No podia evitarlo, la necesidad palpitaba en mi.

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La recoste sobre el suelo, donde minutos atras bebia su té; sin dejar de besar sus labios, lamiendo y mordiendo su labio inferior con fiereza. Sus gemidos se mezclaban con mis gruñidos; su corazón latia con fuerza contra mi pecho, en sincronia con el mio. Acaricie su rostro, sin despegarme de sus labios, no podia, no queria; no queria respirar, avaro de pasion, seducido y enviciado estaba cegado por el fuego que corria por mis venas, por la necesidad y el instinto que me guiaban. Cegado y embriagado con su sabor, con su textura; no note como poco a poco sus labios dejaron de responder. Un rayo ilumino la casa, y pude ver que ella, bajo mi cuerpo; mantenia los ojos fuertemente cerrados, como si algo la aterrorizara.

30 escalones al ParaisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora