Mi primer dia de trabajo en la empresa de Draco fue simple, conoci a unos cuantos empleados, ordene el papeleo y segui las indicaciones de mi predecesora. Todo marchaba genial. Habia llamado a Draco un par de veces para solventar algunas dudas, que él con mucho gusto me explico, le comente tambien que habia dias que quizas debia ausentarme para poder cursar mis carreras, y no tuvo problemas con eso. Podria decir que el dia fue a pedir de boca, incluyendo mi encuentro con Luna.
Sali de mi oficina a las 15.45 debia dejar unos documentos en el correo, asi que tomando 15 minutos de ventaja sali de la empresa. Luego de enviar los documentos; pase por un restaurant de comida china y me lleve la cena pues tenia mucho que estudiar y poco tiempo para cocinarme o distraerme.
Camine a casa, cargando la pequeña bolsa con comida. Sentia que nada habia cambiado en los alrededores, cuando por dentro me sentia totalmente nueva. Como si mi cambio interior, no pudiera afectar mi modo de ver el mundo; pero si cambiar sustancialmente mi modo de aceptar las cosas. Ahora notaba los detalles. como si hubiera abierto mis ojos a un nuevo mundo. Todo era en escencia parecido, pero no igual. Nada era como fue, y como todo se transforma; las mutaciones por pequeñas que fueran eran para aquel que logra verlas con el alma en paz. Y asi me sentia; por primera vez en 5 años sentia que aquel peso posado sobre mis hombros por tanto dolor estaba poco a poco mermando.
Llegue a casa, y deje la bolsa de comida en la cocina, y subi a mi habitacion a cambiarme. Pero me detuve en el marco de la puerta; pues sobre mi cama, habia una gran caja rectangular y sobre la misma una caja cuadrada mas pequeña y sobre ella una muchisimo mas pequeña. Me acerque vacilante, y el viento acaricio los cabellos que estaban sueltos de mi recogido; fue cuando note la ventana de mi habitacion abierta, tensandome aun mas. Cuando mis rodillas tocaron el borde de la cama; note que las cajas estaban numeradas, la mas pequeña tenia un 3, la del medio un 2 y la mas grande asumi que quizas tuviera el numero 1.
Corri las dos cajas para abrir la caja grande; ahogue una exclamacion cuando frente a mi un precioso vestido de seda rojo; lo levante y lo extendi en la cama. Era hermoso, con dos cintas que cruzaban desde los bordes del escote hacia arriba para ser anudado en la nuca; con un corte recto, dandole un aire elegante. En el fondo de la caja habia una nota, con una caligrafia perfecta.
"Confio en que en tu cuerpo se vea mucho mejor que en la vidriera. Confio, tambien; que aceptaras ser mi acompañante en la Cena del viernes.
D.B.
Pd: no acepto un no, como respuesta."
Una risilla histerica abandono mis labios, mientras negaba con la cabeza y abria la caja numero 2. Alli, habia un par de stilletos negros opacos, si ningun tipo de detalle; pero que a juego con el vestido creaban un atuendo perfecto. Sin dilatar mas el tiempo, abri la caja mas pequeña.
Comodamente apoyados sobre una almohadilla de terciopelo, un collar con diminutas gemas de onix negro, brillantes, imponentes; y un dije de rubi facetado en el centro del mismo. A sus lados, dos pendientes ovalados, tambien de onix negro. Aquello debia costar una fortuna, aquel regalo no era solo una invitacion a la cena, era una herramienta de tentacion. Ofendida, con el universo, con Draco y conmigo misma, guarde nuevamente todo en sus cajas, y las patee bajo la cama; desplomandome sobre ella con cansancio. Aquello distaba mucho de "dejar fluir" las cosas. Aquello era chantaje. Pero estaba muy equivocado si pensaba que podia comprarme con esos regalos caros.
Me levante y me puse en marcha, debia adelantar trabajos universitarios, ya mañana le diria a mi jefecito lo que pensaba de sus regalos.
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30 escalones al Paraiso
RomanceHermione abandona el mundo magico despues de la guerra para buscar a sus padres; lamentablemente llega tarde y se aleja completamente del mundo magico. Estudia y trabaja en la ciudad de Vancouver donde vivian sus padres. Pero una noche, en su trabaj...