XXVI. Labios

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Cuando nuestros ojos se cierran, y nuestros rostros se relajan; nos convertimos en un lienzo blanco. La paz vibra en nuestros poros. Porque cuándo dormimos, alcanzamos un nivel de paz cosmico, espiritual y sumamente sobrenatural. Cuando dormimos, nuestro cuerpo fisico queda en la tierra, mientras que nuestra alma se eleva y vuela dentro de nuestra consciencia, provocandonos sueños y pesadillas.

El rostro de Hermione era un lienzo en blanco salpicado por pequeñas manchas rojas, violetas y azules. Como si el capricho del pintor fuera crear una Mona Lisa abstracta. Sus labios gruesos estaban secos, palidos y quebrados; una marca roja violacea inflamaba su labio inferior. Sus mejillas siempre arreboladas, ahora estaban palidas hundidas y coronadas por dos grandes sombras azules bajo sus ojos. Su frente lucia varios raspones a la altura de sus cejas, y su cabello; su cabello ahora corto y desprolijo lucia brillante y limpio a pesar de su descuidada forma. Una maquina pitaba cerca de su cabecera, un cabestrillo sobresalia de su pierna cubierta parcialmente por una blanca sabana.

Sus manos descansaban laxas a cada lado de su cuerpo, una via intravenosa salia de su muñeca derecha, mientras que en la izquierda un dispositivo marcaba la oxigenación en sangre. Su cuerpo bajo la sabana estaba cubierto por un camison blanco de hospital, dejando a la vista un escote cerrado, donde se adivinaban varias marcas que se extendian disparejas y amorfas hacia el cuello de un lado y del otro; variando el color entre el rosa fuerte, el rojo y un bordo oscuro.

Hacia dos dias la habian encontrado. Hacia dos dias que estaba ingresada en aquel hospital muggle. Draco no se habia alejado de esa misma cama. Habian decidido ingresarla alli, pues no sabian si Matthews le habia proporcionado alguna droga muggle y para evitar una catastrofe si se le suministraba alguna poción o hechizo, tanto Harry como Draco estuvieron de acuerdo que alli era el mejor lugar. Apenas la habian recibido en el area de emergencias, la habian derivado a un quirofano, tenia una rodilla rota en la rotula en tres partes, y debian colocarle una protesis de titaneo para que pudiera volver a caminar. Tenia ademas tres costillas rotas y dos de ellas astilladas; pero sus pulmones no corrian peligro y no habia ninguna hemorragia interna. Restaban los raspones y hematomas que marcaban algunas partes de su cuerpo. El alivio de Draco llego cuando le confirmaron que no habia rastro de violacion ni abuso sexual de ningun tipo. Pero aún asi, no se habia separado de su lado ni cuando Harry o Luna fueron a visitarla. Queria estar alli cuando despertara, queria ser lo primero que viera y queria; no. Necesitaba, escuchar su voz.

Pero no despertaba, la mantenian sedada para que no sufriera los dolores de la operación. La veia frente a él, tan pacifica, tan hermosa, con todas esas salpicaduras de colores y sin embargo perfecta, viva... suya. Y aún viendola, viva frente a él; no podia evitar preocuparse; habia estado tan cerca de perderla, habia temido tanto y habia sentido tanta ira cuando vio al malnacido sobre ella. Y aqui estaba, abrazada a Morfeo, respirando pausadamente. Alguien abrio la puerta suavemente tras él, pero no se movio, no queria dejar de mirarla.

-¿Draco?- la voz de Theo le llego suavemente, y suspiro con cansancio. ¿Por qué nadie entendia que queria estar solo con ella? - Draco tenemos que hablar- insistio su amigo. Con pereza y sin perder detalle de ella, Draco se levanto y camino hacia la puerta siguiendo a su amigo hacia afuera.

-¿Qué?- pregunto algo bruscamente.

-Necesito que vayas a la empresa, uno de los inversionistas coreanos quiere una reunion contigo a solas para invertir en un proyecto allá- le dijo, mirandolo atentamente; Draco estaba desmejorado, las ojeras oscuras contrastaban con el acero liquido de sus ojos. -Quiere hablar expresamente contigo.- finalizo.

Draco se paso las manos por el pelo mirandose los zapatos un momento, sabia que era importante, pero Hermione tambien lo era. Cuando levanto la mirada, vio detras de Theo al medico que atendia a Hermione caminando hacia él con la seriedad pintada en sus facciones. Era un hombre mayor, versado en su carrera y con una vocación admirable; pero lo más asombroso era que ademas era un mago hijos de muggles; que se dedicaba a la medicina muggle y a la medimagia. Gracias a él, las costillas de Hermione estaban curadas como si no se hubieran roto jamás. El medico, el doctor Albert Miles se detuvo a unos pasos de Draco con una carpeta en su mano.

30 escalones al ParaisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora