XXIV. Control

3.9K 215 23
                                    

Las personas suelen ser cajas de Pandora; rellenas de caracteristicas, ideales y pensamientos variados. Se separan automaticamente en diversos grupos, afines a las cualidades o ideales, a los pensamientos o simplemente a los gustos. Hay personas pasivas; que prefieren dejar el poder y el control en manos de otros, ya sea por no cargar con la responsabilidad, por vagancia o simplemente por falta de determinación. Pero hay otras personas activas; personas que marchan por la vida dando pasos fuertes y determinados, tomando el control en sus manos y haciendo y deshaciendo a gusto, sin pedir ni preguntar. No son necesariamente personas malas, del mismo modo que no todos los pasivos son vagos. Pero hay excepciones. Y Josh Matthews era una excepción.

Era un hombre cruel por naturaleza, desnaturalizado con la vena sentimental y sin ningún tipo de escrupulos o decencia. Tomaba lo que le gustaba cuando queria o deseaba. No pedia permiso, ni se molestaba en agradecer lo que para él era algo destinado a poseer. Sea un traje nuevo, o una mujer. No le importaba, todo en la faz de la tierra estaba dispuesto a su capricho. Y él manejaba sus cartas a la perfección; sabia qué decir, cómo actuar y empleaba a fondo cualquier posibilidad que se le presentase. Nada que Matthews deseaba se escapaba de sus manos.

Nada excepto aquella camarera. La estupida zorra lo habia knockeado de algún modo, y la policia lo habia arrestado. Lo habian despedido, y el abogadito de su enclenque jefe le habia mandado una demanda por "acoso sexual y contacto inapropiado". Estupidas empleadas, en el momento no se quejaban de su "contacto inapropiado"; pero luego se dieron la vuelta como panqueques. Putas rastreras, probablemente buscaban la atención del jefecito.

Pero pronto, mucho más pronto de lo que se esperaba; haria pagar a la zorra, al abogadito y al enclenque. Porque nada se escapaba del control de Joshua Matthews.

.-.-.-..-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Draco abrio la puerta de su oficina dispuesto a ir en busca de Hermione cuando justamente ella lo arrollo en sentido contrario, provocando que ambos perdieran el equilibrio y cayeran estrepitosamente al suelo. Los papeles que llevaba en sus manos volaron por los aires quedando desparramados alrededor de ellos. Permanecieron unos minutos alli tirados, hasta que lentamente Hermione se movio para incorporarse. Sonrojada hasta la punta de las orejas, lo ayudo a recoger los papeles que yacian en el suelo evitando su mirada. Pero el encabezado de una hoja llamo su atención. Traspaso de bienes, propiedades y empresas.

-Draco- susurro suavemente entregandole los papeles.

-Iba a aparecerme en tu casa- le dijo él, tomando los papeles de su menuda mano y cerrando la puerta. Le hizo un ademan con su mano para que se sentara y él se coloco en su asiento tras el escritorio; dejando boca abajo los papeles.

-¿Qué son esos papeles?- pregunto ella, prestando suma atención a los movimientos y gestos que el rubio hacia.

-Son los poderes de las empresas que funde bajo el nombre de Draco Black; la escritura de algunas propiedades a mi nombre y la titularidad de lo que queda de mi herencia.- le respondio ausente con el rostro inexpresivo, como si hablara de algo banal y aburrido, acomodando por enesima vez el tintero y las plumas, corriendo de aqui a alla en el escritorio la engrampadora mágica. -Planeaba llevarselos a Theo luego de pasar por tu casa para contarte; pero supongo que me encontraste antes.-

-¿Qué vas a hacer con esos papeles y con tu fortuna?- la suavidad en la voz de ella lo hizo temblar imperceptiblemente, era un tono suave, pero lo suficientemente alto para encontrar en él no solo la duda si no el temor. Porque ella sabia la respuesta, no completamente si no que más bien la intuia, y su voz lo demostraba.

-Voy a dejar mis empresas, Hermione. Todo lo que me pertenece y alimenta mi vida "egolatra y arrogante" va a pasar a manos de Theo. Solo voy a conservar una empresa, bajo mi nombre -tomo aire unos instantes, esperando que ella hablara o siquiera parpadeara. Pero al no hacerlo continuo- Te amo Hermione, y tienes razón; siempre tienes razón. No sé lo que es ser humilde. Fui criado con todo lo qué quise siempre que lo quise y cuándo lo quise; pero eso no me hizo feliz. Tú me haces feliz, y si para estar contigo debo renunciar a todo lo que estoy acostumbrado y aprender sobre humildad; pues bien. Soy demasiado egoista para siquiera pensar mi existencia sin ti a mi lado. Prefiero cambiar, dejar de ser ese bastardo arrogante y egolatra que soy; si con eso me garantiza que cada dia por el resto de nuestras vidas tu te despiertes a mi lado...-

30 escalones al ParaisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora