30 escalones al Paraiso

XVI. Chocolate

Luego de aquellas palabras un manto de silencio recayo sobre la habitación; no se oia siquiera las respiraciones de ambos jovenes. Pero el rubio era una serpiente, y como si fuera una real su sexto sentido le decia que habia metido la pata. Garrafalmente, si se me permite agregar. Porque lo que para él claramente era una propuesta matrimonial, para ella fue solo una duda más y un silencio que no decia ni demostraba nada.

Entonces, como si una linterna se prendiera en su mente; cegando a las neuronas que funcionaban a tracción hamster, se propuso proponerle matrimonio con todas las de la ley, con romantisismo, dulzura y todo eso que él consideraba cursileria barata.

-¿No tienes sueño? Yo estoy molido, y mañana tengo reuniones importantes que atender.- dicho aquello, le solto los hombros, beso su mejilla y vestido y todo se volteo y fingio dormir, maquinando un plan de romance para proponerle matrimonio a la castaña.

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No aclares que oscurece; solia versar su padre cuando habia cosas que no se podian aclarar del todo. Las palabras de él se repetian como disco rayado, sin sentido y con todo el sentido del mundo. Las palabras de él, las de Luna, el silencio de Theo; todo se mezclaba y danzaba en su mente martilleando sus neuronas, atando cabos, reuniendo razones y tratando de mantener la naciente esperanza en algo minimo.

Ella amaba a Draco, no habia dudas; sabia que él la amaba a ella... Pero de ahi a... ¿matrimonio? Por Merlín aquello le parecia abismalmente peligroso, osado y un fracaso en puerta. Si, habia una lista considerable de porqué le gustaba Draco, porqué lo amaba y demás... pero también habia cosas que ignoraba, sabia como habia sido su vida despues de la guerra, pero no sabia qué queria él realmente para el futuro, y como accionaban sus padres en sus decisiones. Y aquello la aterraba, la aterraba pensar que quizás él tuviera la mejor intención del mundo para con ella y sus padres marchitaran su futuro. La aterraba pensar que siendo una sangresucia como la concideraba la familia de Draco pudieran de algún modo arruinarle la vida.

Oyo los suaves ronquidos de Draco a su lado, sin embargo ella no pudo conciliar el sueño; hasta muy entrada la madrugada. Y cuándo lo logro, las pesadillas la arrastraron. Un largo pasillo decorado con pétalos de rosas; pero en el altar, frente a ella, Draco besaba a una rubia que vestia el mismo vestido blanco que ella. Los padres de él, riendo a carcajadas por las lágrimas que caían de sus ojos.

Desperto sobresaltada, buscando a tientas el calor del cuerpo de Draco en la cama. Pero alli no habia nadie, solo una nota descansaba sobre la almohada que habia usado el rubio.

A las 8 te vengo a buscar. Quiero invitarte a cenar.

Te amo.

Draco.

Pd: estuviste algo inquieta anoche, no hace falta que vayas hoy a trabajar, permiso del jefe.

Suspiro frotandose los ojos, necesitaba hablar con alguien sobre sus dudas y temores. Pero solo tenia una amiga... y por alguna razon podia adivinar que solo le generaria mas dudas.

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Cuando llego a la oficina, un dejo de preocupación invadio su mente; aunque este estuvo latente desde el momento en que dejo la cama de Jane, solo se intensifico cuando la distancia se hizo real. Habia estado gran parte de la madrugada inquieta, removiendose y susurrando dormida; no quiso despertarla, sabia que habia pasado en vela parte de la noche y esperaba que pudiera descansar en su dia libre mientras él se encargaba de las reuniones y los preparativos para la cena.