VIII. Nostalgia

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El silencio era un manto claro y fino sobre ellos; acompasado con los sonidos de la noche, y el ulular del viento. Era una armonia y comunion, entre dos seres y el mundo circundante. Cada uno sumergido en sus propios pensamientos, en sus deseos. La estrella fugaz, hacia tiempo se habia esfumado; dejando sobre el basto firmamento un salpicon de pequeñas y titilantes estrellas, que brillaban timidas cerca de la hermosa luna.

Ella pensaba en su deseo, en su vida, en su pasado. Sentia en su pecho un duro y pesado nudo formarse, al recordar; con cierto dolor, las sonrisas de sus padres, sus abrazos; las noches con su padre buscando constelaciones en el cielo. Pero sentia mas dolor, recordando a sus amigos, aquellos con los que habia luchado hombro a hombro, a los que habia apoyado y seguido hacia el fin del mundo una y otra vez; atentando contra las reglas, poniendo su vida en riesgo constante. Aquellos con los que compartio noches de planes y miedo; de insertidumbres y tesoros perdidos, ocultos en un bosque, con las estrellas como compañeros. Aquellos que despues de todo lo que vivieron, jamas la buscaron.

Cerro sus ojos, dejandose arrastrar por la melancolia; aferrada a la mano de quien fue su peor pesadilla, y ahora su tabla de salvacion, se dejo hundir, rememorando lo mejor, lo peor, el miedo, las risas, el llanto y el mas crudo dolor. Apreto sus parpados, pegandolos fuertemente; para que las lágrimas que le quemaban no salieran, para que el nudo en su garganta no estallara. Ajena al par de ojos plateados que la observaban en silencio, acariciando el dorso de su mano con sus finos dedos blancos.

Respetando aquel silencio de comun acuerdo; manteniendo simplemente su mirada sobre ella como apoyo y su mano entrelazada con la de ella como contencion. Pero para horror de ella, un sollozo ahogado quebro la paz, y sus ojos no pudieron contener ya no mas, el reguero de lágrimas que quemaba sus ojos de almendra. Llevo su otra mano a la boca, para amortiguar los sonidos incontrolables que salian de alli. Pero era imposible no oirlos, sus hipidos y sollozos desesperados.

Se aferro con todas sus fuerzas a esa mano fria que entrelazaba sus dedos; pero la mano de Draco poco a poco solto su agarre, y su mente le grito que el abismo se abria a sus pies, que la caida era inminente y que solo el dolor la recibiria. Pero para su sorpresa, sintio el brazo de él cruzar sus hombros y atraerla hacia si agarrando con la otra mano la mano que solto. La abrazo en silencio, entendiendo que su dolor era grande, que algo habia tocado su mente tan hondamente que solo causaba que la herida en ella se abriera; pero sin saber, ni sospechar que todo se debia a un par de muchachos que eran considerados heroes.

Beso su sien, soplando palabras suaves cuando los sollozos no mermaron; sintiendo bajo su brazo los espasmos. Con la voz quebrada, hipando y sin aliento susurro ella.

-Sal.. Salvame-

Draco no pudo aguantarlo mas, y mirando para todos lados, asegurandose de no ser vistos; la apreto mas contra si y ella se aferro a él enterrando su rostro humedo en su pecho. Beso su coronilla y los desaparecio a ambos.

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Cuando el tiron paso, y el piso en sus pies dejo de moverse; levanto el liviano peso de la joven y apretandola mas contra su cuerpo comenzo a caminar. Pateo una blanca puerta e ingreso en su habitacion. El llanto de Hermione se incrementaba y sus sollozos le estaban rompiendo el alma. No entendia que habia sucedido; o que es lo que pasaba por la mente de la castaña pero sabia que no era nada bueno.

Con suavidad calculada la deposito sobre la cama; donde ella se hizo un ovillo abrazando sus piernas; dandole la espalda, y él no pudo mas que sentarse a su lado y acariciar su cabeza, esperando, que aquel ataque de angustia pasara. Pero el tiempo corria, y sus lágrimas seguian saliendo. Impotente, se recosto a su lado, atrayendola hacia si, y abrazandola con fuerza por la cintura. Dandole con su cuerpo un soporte, para que sus espasmos pasaran, acompasando su corazón para que el eco contagiara al suyo.

30 escalones al ParaisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora