Abandonada

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Hoy íbamos a hacer una presentación en Hogsmade, más que una presentación era una pequeña actuación en el bar de Las Tres Escobas. Era nuestra primera vez, la primera vez que tocábamos fuera de Hogwarts y que había otro público.

Nuestro estilo era algo nuevo. Básicamente, lo que hacemos es tomar canciones viejas, muggles o no, y hacerlas más animadas y darles otro sonido. Aunque también nos gusta tocar canciones sin ningún cambio.

Zack, un chico de la banda, con padres muggles, consiguió un aparato que yo no lo sé manejar, pero suena genial, aunque su verdadero talento sea el piano.
Yo, por ejemplo, soy la guitarra. Lewis, el baterista. Vee, bajista. Y finalmente, Chris, la voz.

Ibamos a presentarnos antes de tener que volver al castillo.
Así que... Todos nos levantamos temprano, no mucho, y fuimos a desayunar.

Narra J. Sirius.

Fui a Hogsmade junto a Fred, pero no utilizamos el camino que toman todos, sino los del mapa.

Apenas llegamos fuimos a ver un nuevo lugar, donde había cosas de  Quidditch. Era inmenso y había cualquier cosa que quisieras.

De tan grande que era me separé de Fred y me distraje mucho hasta que me di cuenta de que ya habían pasado las doce. Salí de aquella tienda, la próxima, les pediría un poco de dinero a mis padres para comprar algo que me había encantado.

Mientras salía de la tienda, buscaba a Fred pero no lo pude encontrar.

Ni bien pisé fuera de la tienda, una chica morocha, que se llamaba Abby se me interpuso adelante.

-Hola James.- dijo sonriendo coqueta.

-Hola Abby- fingí una sonrisa.

-¿Ya almorzaste, James?

-No, estaba...

-¡Genial!- y me tomó del brazo y casi arrastrándome por toda la calle.- Vayamos juntos.

Miré a mi alrededor para asegurarme de que nadie estaba viendo esta vergonzosa escena, pero no. Vi que Lizzy nos miraba y se reía con sus amigos.

Le seguí la corriente a Abby quien estaba muy pegada a mi. Cuando vi que estábamos yendo hacia Madame Pudipié, me frené en seco.

-Abby, no quiero... No tengo hambre.- inventé esa excusa, pero en realidad tenía demasiada.

-Oh, claro que si...- me tomó nuevamente del brazo y tiró de él.

-No- dije serio.- Basta.- por fin me liberé de ella y me dispuse a encontrar a Fred.

Recorría las calles hasta que lo vi salir de una tienda nueva en la que vendían de todo. Estaba con Lizzy.

Narra Lizzy.

En Hogsmade se habían abierto muchas nuevas tiendas. Y bueno... Quería aprovechar para comprar los regalos de Navidad en una de ellas.

Aunque antes de entrar, vi una entretenida situación. James era prácticamente arrastrado por Abby.
Abby es un poco mandona y un poco bastante estúpida. Y está enamorada de James desde siempre. Y yo probablemente no haya cruzado palabra con él en millones de años, pero basta con ver para darse cuenta de que todas deseaban a James y él no decía que no muchas veces.

Me reí frente a esta escena, James se notaba nervioso y quería desaparecer. En cambio Abby tenía una mirada de psicópata.

En fin, con mis amigos entramos en aquella tienda donde había cualquier cosa que pueda imaginar.

Era gigantesca, con muchísimas estanterías y tenía tres pisos.

No fue difícil que nos separásemos y nos perdiéramos ahí dentro.

Merlín sabrá cuanto tiempo estuve allí metida, pero fue un tiempo bien usado.

Estaba mirando el último rincón de la tienda, cuando alguien me empujó e hizo que yo tirara al suelo uno de los pequeños tarros que contenían tierra y polvos. El ruido fue seco.

-Mierda, Lizzy, no te vi.- era Fred.

Sin pensarlo dije:

-Reparo.

-Buena idea.

-Podrías mirar por donde vas.

-Si, ya me lo han dicho. Oye ¿por qué tantas cosas?

-Regalos de Navidad.

-Ajam...

-¿Qué haces aquí?

-Pues, perdí a James... No se donde está. Así que vine a hechar un vistazo aquí.

-Tu amigo, esta siendo llevado a rastras por Abby.- dije riendo.

-¡Merlín! Esa chica está loquísima.

Todo Lo Que Quería (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora