La señal de esperanza

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-Así que... ¿A Lily le fue bien en su primer año?- le preguntó Lizzy para iniciar una conversación a lo que quedaba de camino. Ya habían estado caminando un rato, pero no era tan incómodo.

-Por supuesto que si. Es la cerebrito de la familia. Sacó mejores notas que Albus y yo juntos.

Se rieron.

-Pero, ¿sabes qué? La conozco tan bien, que se que el verdadero cerebro lo tiene Hugo.

-Supongo que será de su madre.

-¿Te imaginas tener a la tía Hermione como madre?- volvieron a reír.- Y... ¿como están tus amigos? ¿Has hablado con ellos?

-Si... ya nos hemos reunido, tenemos nueva canción.

-¿En serio? Ya quiero oírla. 

-Tan pronto como volvamos a Hogwarts, hablaremos con Rosmerta nos resevará una tarde en las Tres Escobas. Antes, nos deben el partido de Quidditch con tus primos, yo traigo mi equipo esta vez. 

-Seguro. ¿Quién crees que será su capitán este año?

Y así caminaron el resto de metros que faltaban para llegar a la casa de los Lovegood-Scarmander. Fue una linda caminata y ambos disfrutaron del otro y Lizzy ni siquiera se dio cuenta de cuando había llegado a mitad de camino, para decirle a Sirius que ya estaba bien.

-Bueno...- comenzó a decir Lizzy.- Gracias por acompañarme.

-Está bien, fue divertido.- contestó el otro. Ella sonrió y asintió con la cabeza. 

-Ok. Te veré...- comenzó a alejarse. 

-¡Oh! Casi lo olvido...- James volvió a acercarse a ella.- Tendría que haberte devuelto esto hace unos meses.- de su bolsillo sacó el colgante, una piedra brillante enlazada. Era el amuleto de la suerte que Lizzy le había dado antes de jugar la final de Quidditch.- Muy útil. Encontré una bolsa con tres galeones en la playa.- pero ella no lo oyó para reírse, sino que estaba perdida en una sensación de ternura y sorpresa al saber que Sirius Potter había conservado su amuleto y creía en que le había traído suerte. 

Cuando despertó, sonrió ampliamente y Sirius sintió respirar otra vez. 

-Oh... Guau, lo conservaste. 

-Por supuesto.- hizo un gesto para entregárselo devuelta. 

-No... Quédatelo.- lo miró a los ojos y ambos sintieron una especie de electricidad. 

-¿Segura?- ella notó que le brillaba la luna en los ojos. 

-Si... Tengo unos cuantos aún.

James agradeció con una sonrisa.- Gracias... me lo quedaré, de verdad funcionan. Luego me cuentas cómo. 

-Bien...

-Adiós.- fue él quien le dio un rápido beso en la mejilla y enseguida dio media vuelta para volver por el camino a La Madriguera. Ella solo alcanzó a susurrar lo mismo antes de que se fuera. 

Caminó hasta los escalones que conducían hasta su casa y antes de entrar volvió a mirar atrás. *Por Merlín, ¿qué te acaba de pasar, Lizz?*



Todo Lo Que Quería (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora