Dia de verano

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América estuvo fenomenal. Con el dinero que sus abuelos le habían dado, Lizzy tomó valor y se compró una nueva escoba. No era el modelo más nuevo, pero era más moderna que la que ya tenía. Además de jugar al Quidditch con ella, Lizzy la utilizaba para pasar el rato y la encontraba súper útil para otras cosas, como por ejemplo: regar desde lo alto las plantas del jardín, alcanzar a los pobres kneazles que se subían a los árboles y luego no podían bajar, correr tras los duendes de jardín, y por las noches, sobre todo en verano, salir afuera y quedarse mirando las estrellas desde lo alto.

Todo viaje tiene su final y ahora era momento de disfrutar lo que quedaba del verano para luego comenzar su último año en Hogwarts.

Ni siquiera habían pasado unos días cuando la carta de Fred llegó, como había dicho, invitándola el próximo día a La Madriguera, por su cumpleaños.

No jugarían Quidditch porque algunos de sus primos estaban de vacaciones, pero más adelante reunirían a todos otra vez y jugarían ese dichoso partido.

Así que al día siguiente, luego de almorzar comenzó a caminar ese kilómetro que separaba ambas casas. No era tanto una vez ya había caminado con sus padres hacia el medio del desierto de Arizona para ver al Thunderbird. Cuando era pequeña e iba a jugar con los Weasleys, sus padres podían aparecerse y desaparecerse en la Madriguera.

Pero bueno, ella todavía no tenia 17 y no podía aplicar para el examen de Aparición. No faltaba tanto, igualmente.

Ahí iba ella, con el regalo para Fred de última hora, porque se había enterado ayer por la noche. Mientras, pensaba en quién estaría allí. Probablemente todos los Weasleys.

A Lizzy le agradaba que este último año hubiera retomado su relación con ellos. Sobre todo con Sirius y Fred, que fueron sus amigos desde chicos.

Risas no faltaban de sus amigos cuando insinuaban que ella sentía algo por Potter.

Ella no sentía nada, no por ahora. Su problema para enamorarse era que ninguno había demostrado su mismo fascinación por ciertas cosas, y varios la consideraban que era demasiado entusiasta e incluso había escuchado la palabra "rara" un par de veces. En general, que ninguno llegaba a comprenderla siquiera un 60%. Aun así, Lizzy jamas perdería las esperanzas.

Y sinceramente, no creía que Sirius fuera una de esas esperanzas. A él le interesaban otras cosas, menos extrañas, más típicas.

Con todos estos pensamientos llegó a su destino, golpeó la puerta de entrada, esperó unos segundos hasta que vio a Sirius viniendo por un costado de la casa.

-Ey, hola.- dijeron ambos al mismo tiempo. Se notaba que estaban contentos de verse otra vez.

James sabía que Lizzy estaría por venir, y estaba entusiasmado por poderle hablar y escuchar lo que tenía que contar.

Con Fred, había trazado más o menos un especie de plan desde que este supo de los sentimiento de su amigo hacia su otra amiga. Seguirían siendo amigos durante el verano, obviando el echo de que James debería ser aún mas amable y caballeroso con ella. Esos serian sus anotaciones. Hasta tener la mínima certeza de que tal vez Lizzy pueda sentir lo mismo que él, James no se atrevería a dar el siguiente paso. Pero Fred insistía en que hasta él mismo caería por alguien que te escucha, que es caballeroso, gracioso y que también tiene cosas interesantes para decir. 

James no estaba muy convencido, pero de todas formas algo era algo.

-Ven. Estamos en el jardín.- comenzaron a caminar los dos juntos rodeando La Madriguera.

-Estas bronceado.- comentó Lizzy.

Si, los Potter habían pasado unos días en la playa en la casa de su tío, Bill Weasley.

-Quidditch en la playa.- dijo él, ella asintió. James quiso pensar en algo gracioso para contarle, pero sus nervios pusieron su mente en blanco y solo preguntó:- ¿qué tal América?

-Bueno...- iba a responder pero ya habían llegado a pequeña carpa donde estaban la mayoría de los miembros de la enorme familia Wealsey, y se vio en una avalancha de saludos, comentarios de cuánto tiempo había pasado, cuánto había crecido, cómo estaba su familia, y qué había hecho durante las vacaciones.

Así y todo llegó hasta Fred, le deseó feliz cumpleaños y le entregó el regalo.

De a poco, cada miembro de la familia se fue yendo e incluso algunos amigos de Hogwarts llegaron a visitarlo. Varios de ellos, solo conocían a Lizzy como la guardiana de Hufflepuff y no entendían muy bien que hacia allí. De todas maneras, jugaron snap explosivo, comieron pastel y se divirtieron mucho. 

James le volvió a preguntar por su viaje a Norte América y por el Thunderbird. Lizzy lo vio muy interesado en el tema y no temió en contarle hasta lo mas ridículo del viaje. Por otro lado, ella le preguntó sobre lo que el estuvo haciendo. Fue una bonita conversación con Sirius, pues Fred estaba ocupado en ser el ganador de la ultima partida de snap. 

Fue un muy buen día de verano, y Lizzy ni siquiera percibió que ya el sol se había puesto y que probablemente sus padres la estaban esperando para la cena. Solo quedaba un chico llamado Peter, Fred y James en el cumpleaños, así que le pareció que ya era hora de irse. 

-Bueno... - se puso de pie, estaban reunidos frente a la chimenea encendida pero sin dar calor.- Ya debería irme.- Fred se puso de pie, seguido de James y comenzaron a acompañarla hasta la puerta. Una rápida mirada del primero le bastó para que James entendiera que este momento era importante.- Espero que termines bien tu cumpleaños, Fred. 

-Gracias por venir, Lizz. Oye, ya está oscuro. James, ¿por qué no la acompañas? Iría yo, pero debo quedarme. Creo que el tío Charlie está por venir...

-No es necesario. Estaré bien. 

-La última vez te dejamos ir sola porque tenias tu escoba. Pero no hoy...

-No te molestes, Sirius. Estaré bien, conozco por dónde voy. 

-Por supuesto que no me molesta, Lizz. Te acompaño, vamos.- la jaló suavemente de los hombros y comenzaron a caminar. 

Lizzy suspiró:- Adiós, Fred. 

Una vez entraron en el camino, Lizzy vio la necesidad de decir algo. 

-Sabes, es como un kilómetro de aquí, y para ti será el doble. Puedes acompañarme hasta mitad de camino, si quieres. 

-Ay... Elizabeth.- dijo riéndose.- Vamos. 

Todo Lo Que Quería (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora