Entro en el apartamento y oigo voces en la cocina. May y Neo están tomando un café.
—¡Por fin! ¿Se puede saber dónde estabas? —me interroga May.
—Con Jamie —digo con cierto reparo. La expresión de Neo no me da buenas vibraciones.
—¿Hasta ahora? —insiste.
—Sí, bueno. Me he entretenido un poco. ¿Ocurre algo?
Neo se levanta, deja la taza en el lavaplatos y sale de la cocina sin dirigirme la palabra. Me acerco a May extrañada.
—Nos han llegado noticias de tu intervención en el juicio de hoy. Has causado un gran revuelo.
Me siento en el taburete y escondo la cabeza entre mis manos.
—¿Para tanto?
—Eso parece. Me ha llegado por varias personas, aunque el más entusiasmado era Set. Está encantado contigo.
¡Genial! Está claro que no sé pasar desapercibida. No me extraña que Neo esté enfadado.
—Ya, bueno. Me alegra haberle ayudado —digo sin mucha convicción.
Me preparo un té y decido pasar un rato con ella. Le pregunto cómo le va con Adrian y tengo la sensación de que estaba deseando que me interesara, porque se dedica a hablar de él un buen rato. Lo menos que puedo hacer por ella como amiga, es escucharla. El problema es que después, es ella la que decide ejercer de amiga por lo que no puede evitar preguntar.
—¿No pasas mucho tiempo con Jamie últimamente?
Vaya. ¿Esa es la impresión que da?
—¿Mucho tiempo? Solo nos hemos visto un par de veces. Es un amigo.
Se me hace raro dar tantas explicaciones sobre algo así. Y por supuesto no puedo contarle de qué hablo con él.
—Ya, bueno. Sólo quiero recordarte que es difícil encontrar a alguien como Neo. Entiendo que Jamie es mayor y también es guapo...
Prefiero no escuchar más.
—May, de verdad, no sigas. No he pensado en Jamie de esa manera. Para nada, ¿vale?
—Quizás deberías decírselo a Neo también.
Ahora sí que no entiendo.
—No creo que Neo se preocupe por mi relación con Jamie.
—En eso te equivocas. Últimamente estáis raros. Además le ha cambiado la cara cuando Set ha dicho que estabas en el juicio con él.
¡Como para no querer contarlo! Hay que ver cómo le gusta a la gente hablar de los demás.
—Bah, serán imaginaciones tuyas.
—Bueno, tú misma. —Mira su móvil y se levanta de un salto—. Me voy a cambiar. He quedado para cenar con Adrian y supongo que me quedaré en su casa.
¡Qué bien! De nuevo sola con Neo. No me preocuparía si no supiera que seguro que protesta porque haya estado en el juicio. Pienso en invitar a David a cenar, pero tengo dudas de que en este caso no se pusiera de su lado y sólo me faltaba tener que enfrentarme a los dos.
"De todas formas soy mayorcita y no tengo porque aguantar sus reprimendas".
Decido no pensar más en ello y preparar algo rápido para cenar. Busco en el congelador y encuentro una pizza de verduras. La meto en el horno con resignación porque sé que es lo más parecido a comida basura que voy a poder encontrar en esta casa.
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Árboles de metal
Ciencia FicciónCONTINUACIÓN de Árboles de ceniza. Ari ha comenzado la universidad e intenta llevar una vida normal, lo que le resulta difícil, después de todo lo ocurrido durante el verano. No puede olvidar su vida en la otra realidad ni la gente que allí con...