Despierto por la mañana con la sensación de haber dormido varios días, quizás la comodidad de la cama, la tranquilidad de sentirnos a salvo por unas horas o tener a Neo a mi lado, ha ayudado a que mi cuerpo y mi mente haya descansado como nunca.
Cuando regresé del paseo con Mikael, ya habían trasladado a David a su habitación, y después de darme una agradable ducha, disfrutamos de una cena de lo más completa. Realmente Jonah sabe cómo agasajar a sus huéspedes, de eso no hay duda.
Dejo de mirar el techo y me giro, hasta encontrarme con los ojos de Neo que me observan.
—Pensaba que estabas dormido.
—Acabo de despertar y me gusta observarte cuando estás tan pensativa. —Se acerca y me da un suave beso—. Buenos días.
Una sonrisa tonta se dibuja en mi cara.
—Buenos días, sí.
—¿Cuánto crees que disfrutaremos de esta paz?
Hemos pasado por tanto que sabemos que un momento así no suele durar.
—No lo sé. Algo me dice que las cosas no van a a ser tan fáciles como creemos.
Me envuelve entre sus brazos y no puedo evitar acurrucarme contra su pecho.
—Podremos afrontar cualquier cosa. Me vale con saber que la recompensa será poder regresar y disfrutar de una vida tranquila —dice.
Dedico unos segundos a imaginarme de vuelta en nuestra realidad, volver a mi apartamento, recuperar la rutina de las clases, pero con Neo a mi lado. Y May... ¡echo de menos a mi mejor amiga! Sin poderlo evitar, suelto un suspiro.
—Será genial, sin embargo, de momento tenemos varias cosas de las que ocuparnos.
Rato después estamos en la cocina ayudando a Luisa a preparar el desayuno para todos y pienso en David.
—Debería ir a ver a cómo está nuestro convaleciente. Lleva muchas horas durmiendo y debería despertar ya.
—No creo que haga falta —dice una voz conocida desde la puerta.
Me giro sorprendida y miro a David que entra, apoyándose sobre el hombro de Jamie.
—¿Qué haces levantado? —Corro a su lado para ayudar a este último a sentarle en una silla. —No deberías estar en pie.
—No te preocupes tanto por mí, mira. —Se levanta la camiseta y al despegar el apósito nos enseña una herida prácticamente cicatrizada.
Me agacho a su lado sin poder creer lo que mis ojos ven.
—Es como si fuera de hace un mes... ¿cómo te encuentras?
Esboza una sonrisa y no puedo evitar devolvérsela.
—Estoy bien. ¡Mejor que bien! En realidad me apoyaba en Jamie porque estoy un poco mareado, nada más. En cuanto reponga fuerzas, estaré como nuevo.
Me pongo en pie decidida a solucionar eso.
—De acuerdo, entonces te serviremos un buen desayuno.
Los que faltaban, aparecen a los pocos minutos y cuando me acerco a Neo que está haciendo una torre de tostadas, este me pregunta:
—¿Cómo es que está tan recuperado de un día para otro? ¿No es un tanto extraño?
—No te lo conté, pero Jonah tiene muchos recursos médicos en ese quirófano. El aparato que utilizó, dejó sellada la herida y le inyectó una concentración de células madre que se encargaría de regenerar el tejido afectado tanto fuera como dentro. Aun así no esperaba que resultara tan "milagroso".
ESTÁS LEYENDO
Árboles de metal
Science FictionCONTINUACIÓN de Árboles de ceniza. Ari ha comenzado la universidad e intenta llevar una vida normal, lo que le resulta difícil, después de todo lo ocurrido durante el verano. No puede olvidar su vida en la otra realidad ni la gente que allí con...