Capítulo 7

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 Es jueves por la tarde y mientras hago tiempo en casa, me planteo la posibilidad de regresar a mi realidad sin Neo.

La noche del sábado pensé que había conseguido un acercamiento, pero estaba equivocada. El domingo al despertarme, estaba de nuevo sola y una escueta nota sobre la mesilla echaba por tierra todas mis esperanzas: estaría fuera todo el día visitando a sus padres. Eso era una huida en toda regla.

Pasé el día con May e intenté no darle mayor importancia, pero ahora, cuatro días después estoy convencida de que ha decidido mantener las distancias conmigo. Sé que está durmiendo en el sofá, e intenta pasar todo el tiempo que puede fuera de casa. ¿Cómo le voy a convencer de que regrese si no le veo? Ya llevo una semana aquí y no he conseguido avanzar nada con él. ¿De qué sirve que continúe aquí si no va a cambiar de opinión? Estoy perdiendo el curso en la universidad y esta realidad no me gusta. Si supiera que tengo alguna posibilidad aguantaría, pero así...

Esta noche es "noche de difuntos" y en la universidad se ha organizado una fiesta de disfraces. Se supone que iremos juntos, pero si normalmente no soy una chica a la que le gusten las fiestas, tal y como están las cosas, lo último que me apetece es ir a un baile. Iré a hablar con él y le diré que voy a regresar. Si le importo, lo más mínimo, no dejará que me marche. Se me encoge el corazón sólo de pensar que puede ser el último día que esté con él...

Voy a la habitación y miro las perchas con los disfraces. Fui con May a elegirlos y sé que me matará cuando se entere que no voy a usarlo el mío. Ella insistió con que eran los disfraces ideales para nosotros, pero yo no estoy tan segura tal cual están las cosas.

La veo pasar como una exhalación camino de su cuarto y me asomo desde la puerta.

—Pensaba que llegarías más tarde...

La veo correr de un lado a otro cambiándose de ropa.

—He quedado con Adrian antes, para tomar algo con unos amigos. Por cierto, Neo me ha dicho que no puede pasar por casa, está en la facultad acabando un trabajo. ¿Le puedes acercar tú, el disfraz?

—Sí claro. No hay problema.

Se enfunda un largo y ajustado vestido negro con una abertura lateral que deja ver más de lo que debería. El escote tampoco es nada discreto. Si Adrian no sucumbe a sus encantos con ese vestido, es idiota. Se maquilla con sombras oscuras y completa su disfraz con un gorro puntiagudo.

—Nunca he visto una bruja tan guapa.

—Espero que Adrian piense lo mismo.

Tengo curiosidad.

—¿De qué va él?

May suelta una risita.

—De Drácula. Ya sabes, es más glamuroso que ir de brujo.

El caso es no hacerle ni una pequeña concesión. Cómo odio a ese tío.

—Deberías empezar a arreglarte. Te va a llevar un buen rato. —Me observa de arriba a abajo—-. ¿Por qué me parece que no estás muy convencida?

—Es que no sé cómo se te ha ocurrido elegir esos disfraces.

Se encoge de hombros.

—Eso me pasa por leer novela histórica. Alégrate de que no eligiera los de Romeo y Julieta. O Cleopatra y Marco Aurelio...

No puedo evitar reírme. Esta chica no tiene remedio.

—Por lo menos he de decir que el traje es precioso.

—Vas a estar muy guapa. ¡En un rato nos vemos! —Me grita desde la entrada.

Me derrumbo en su cama. "¡Qué desastre! ¿Cuántas parejas se habrán disfrazado igual emulando una imposible historia de amor? Yo no quiero que mi relación con Neo sea imposible, así que no sé si la idea de emular a estos personajes será augurio de nuestro futuro. Inconscientemente me tapo el cuello con la mano...

Árboles de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora