Capítulo 34

2.7K 203 243
                                    



Jamie aparece en el almacén de suministros y se planta frente a mí con los brazos en la cintura y expresión nerviosa. Es tan evidente que algo ocurre, que dejo de apilar en las baldas los paquetes de sal que acabamos de recibir y espero a que hable.

—¿Puedes tomarte un descanso?

Miro a mi alrededor buscando a Neo, pero seguramente esté en otra sección pues no le veo.

—Sí, claro. —Me sacudo un poco la ropa e intento enganchar los mechones que se han escapado de mi coleta—. Vamos fuera.

Nadie nos presta atención, ya que la flexibilidad horaria deja en manos de cada uno de nosotros, cuándo hacemos los descansos. Una vez en el exterior, me siento en una torre de cajas y le observo intrigada.

—¿Qué ocurre Jamie?

—Andoni me ha dicho que ya se nos ha asignado la fecha para que nos desactiven el chip.

El corazón me da un vuelco aunque lo que acaba de decir, sea algo que ya esperábamos.

—¿Cuándo?

—Pasado mañana.

Ambos miramos a un grupo que pasan a nuestro lado hacia el interior del almacén y guardamos silencio hasta que les perdemos de vista.

—Eso nos deja sin tiempo para nada —mascullo.

—¡Exacto! Sea lo que sea que decidamos hacer, lo tenemos que llevar a cabo entre hoy y mañana. Y aún nos quedan un montón de cosas que decidir.

Lo que dice es totalmente cierto. Han pasado tres días desde que comenzamos a trabajar en nuestros respectivos puestos y por las noches, hemos dedicado el tiempo de la cena, a poner en común lo que íbamos averiguando. El problema es que por mucho que hayamos avanzado, en un instante, todo se ha precipitado.

—Esta noche tendremos que hacer una reunión general y solucionar lo que teníamos pendiente. De una u otra forma, tenemos que salir de aquí mañana mismo.

Jamie se queda callado y sé que algo le pasa por la cabeza. Algo que le preocupa de verdad.

—Jamie, ¡suéltalo!

Levanta la vista extrañado.

—No ocurre nada... es solo que... me preocupa Andoni. Verás... está corriendo un gran riesgo ayudándonos y no quiero que le pase nada.

No es que haya muchas opciones.

—¿Le has planteado la posibilidad de que se venga con nosotros?

Asiente pero antes de que hable ya sé cual es la respuesta.

—No quiere abandonar este lugar. Es su hogar, dice que aquí es feliz.

—Entonces, tendremos que hacer todo lo posible para que no se vea involucrado.

Jamie resopla y veo cómo da patadas con la punta del pie a la torre de cajas.

—¿Ves eso posible?

—Déjalo en mis manos—. Aunque mi respuesta ha sido rotunda, sin embargo su expresión no se suaviza—. Oye... ¿a ti él te gusta?

Mi pregunta hace que Jamie levante la vista de golpe y me observe con los ojos muy abiertos, totalmente sorprendido por mi atrevimiento.

—¿Me lo estás preguntando en serio?

Noto como enrojezco hasta las orejas, sin embargo decido no dar marcha atrás.

—A ver, resulta que tú siempre me estás dando consejos sobre mi relación con Neo y ahora que se trata de ti, ¿intentas escaquearte?

Árboles de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora