Renacer: Porque vivirlo contigo vale la pena (Kaisoo)

Capítulo 10

Jongin pasó la noche entera en vela, cuidando que la fiebre de Kyungsoo no subiera exageradamente. Afortunadamente la parte de atrás de la camioneta ya estaba adaptada y el muchacho pudo dormir cómodamente. Pero Jongin no durmió nada. No sólo por la preocupación por lo enfermo que su compañero se encontraba, sino también por sus palabras. ¿Por qué Kyungsoo sentía que no merecía todo ese amor? ¿Qué clase de reacción era esa? ¿A qué se refería? ¿Acaso él no lo amaba lo suficiente y por eso no creía merecer ese amor tan intenso?

El joven vio el amanecer y se sintió aliviado. El estado de Kyungsoo no había empeorado y estaba en mejores condiciones para llevarlo a algún lugar donde pudieran atenderlo. Desde que habían dejado su pueblo, Kyungsoo y Jongin habían pasado por cosas realmente duras, empezando por la incomodidad de no tener un hogar o el dolor de haber abandonado a sus seres queridos. También estaba el terrible peligro al que se exponían y la expectativa de las circunstancias. Desde que lo conocía, e,ra la primera vez que Jongin se sentía solo. 

El chico conducía despacio, porque temía lastimar a Kyungsoo que iba en la parte de atrás. Finalmente,  el miedo y la desesperación de no poder cuidarlo correctamente hicieron que se orillara a un lado del camino y sacara al otro chico de la parte de atrás, para acomodarlo en la cabina de la camioneta y así poder mirarlo todo el tiempo. Jongin tenía la esperanza de que se tratara de una gripe fuerte, pero no saber si Kyungsoo estaba bien lo mantenía en un estado de ansiedad permanente. Su atención estaba dividida entre el camino y el enfermo. Eso también era peligroso, así que Jongin, en medio de su preocupación, decidió encontrar un poblado para que un médico revisara a su novio.

* * *

Jongin calculó que una hora más o menos había pasado cuando se percató que el paisaje se veía mucho más poblado. Eso quería decir que estaba cerca de una comunidad, ya que no habían ciudades o pueblos grandes por esa zona. De todas formas, eran partes de país que jamás había visitado y se estaba guiando sólo por el mapa, así que todavía estaba la posibilidad de estar perdido. Su único interés era encontrar gente, donde habían casas, debía haber un médico cerca. Intentó ser positivo y pensar que todo iba a ir bien, pero una enorme nube negra a lo lejos le dio un mal presentimiento. Su plan original era buscar caminos alternos, pero tenía urgencia de que Kyungsoo fuera revisado y conseguir medicina para curarlo. 

Evidentemente había llegado a un pueblo, pero conforme avanzaba con la camioneta un terrible déja vú lo invadió. Su cuerpo se sacudió por culpa de la impresión. Empezaron a aparecer casas quemadas y muy recto por la calle principal, se veía un gran incendio que estaba siendo sofocando con mucho esfuerzos. Habían muchas carpas de campaña en las zonas que parecían haber sido limpiadas, la mayoría tenían una enorme cruz roja dentro de un círculo blanco. Jongin los conocía: eran el equipo de voluntarios de médicos sin fronteras. Esa era una buena y una mala noticia al mismo tiempo. 

La buena noticia, es que podría conseguir atención médica inmediata para Kyungsoo  y seguramente lo ayudarían con muy buena voluntad. Pero la mala es que esos grupos de voluntarios iban exclusivamente a zonas de catástrofes terribles, ya sea naturales o a causa de una epidemia. Lo razonable era pensar que el incendio había sido enorme y quién sabe a cuántas persona había afectado. Jongin estacionó el auto cerca de una de las tiendas más aisladas y prácticamente sacó en brazos a Kyungsoo que ardía en fiebre. Uno de los jóvenes médicos voluntarios se acercó en cuánto lo vio.

–¿Qué es lo que tiene?– preguntó el doctor sin preámbulos. 

–Tiene mucha fiebre y debilidad. Vomitó dos veces en el camino y no importa cuánto lo hidrate o lo alimente, no recupera su color– al describir cada uno de los síntomas de Kyungsoo, la voz de Jongin se fue quebrando, como si sólo en ese instante fuera capaz de darse cuenta de lo mal que se encontraba.