Capítulo 9

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Kyungsoo lloraba desconsoladamente con Jongin en sus brazos, intentando limpiar su rostro con un poco de agua sin tocarlo, ya que se notaba que realmente dolía. En contra de su voluntad, Jongin había hecho un trato con los uniformados. Si el recibía la paliza por los dos, dejaría que se llevaran todo el dinero. Los tipos no lo dudaron dos veces. El mayor quiso defenderlo, pero Jongin se lo advirtió.

–Kyungsoo... azul... ¡ahora corre!

Cuando el menor dijo esas palabras estaba en el suelo, todo golpeado, mientras los militares contaban el dinero. Kyungsoo no entendió a qué se refería, hasta que su mente fue a lo obvio. La camioneta era azul, debía correr para estar a salvo. Pero no podía, no iba a dejarlo ahí y esperar que los abusivos lo golpearan, así que intentó detenerlos, pero recibió un empujón fuerte y una amenaza. 

Estaban a medio camino cuando Kyungsoo vio al sol ponerse, quedarse en medio de la carretera era absurdo. Así que, después de curar un poco a su novio, tuvo que ayudarlo a caminar. Dejó la gasolina escondida, porque podrían regresar por eso más tarde. Casi sollozó cuando reconoció su escondite a pocos metros. Jongin caminaba por inercia y seguía aturdido. Cuando pensó que las cosas no podían ir peor, una repentina lluvia cayó sin previo aviso. Kyungsoo quería maldecir, pero con lo cansado que estaba, un poco de agua lo refrescó. Tuvo que hacer mucho esfuerzo para llegar a la camioneta. Estaban exhaustos, heridos y mojados.

–¿Estás bien?- Kyungsoo prendió la calefacción del vehículo y empezó a sacarle la camiseta mojada a Jongin.

–¿Me estás seduciendo en un momento como este? Eres un pervertido– bromeó Jongin y Kyungsoo iba a darle una palmada en la pierna, pero recuerda que el chico había recibido demasiados golpes por su culpa por un solo día.

–¿Quién es el pervertido? ¡Tengo que sacarte la ropa para poder curar tus heridas y que no te enfermes! Este mocoso...

–¡Ya! ¿A quién le dices mocoso?– se quejó Jongin, pero Kyungsoo lo amenazó de nuevo.

–¡Tú! ¡Mocoso! ¿Por qué no me dejaste ayudarte? ¿Por qué simplemente de dejaste golpear así por esas personas? ¡Yo también soy fuerte! ¡Yo también podía ayudarte!– fuera de sí, Kyungsoo dejó salir los sentimientos que le hubiera gustado gritar en el momento debido. 

El mayor de los dos ayudó al otro a arroparse y lo curó mientras seguía llorando y quejándose. Su monólogo comenzó con los acontecimientos de la tarde y terminó en aquella vez que no le dejó subir la escalera por su cuenta y lo hizo él mismo, lastimándose un brazo. Kyungsoo se quejaba de que Jongin lo veía como alguien más débil, como alguien que debía proteger porque no podía hacerlo el mismo, e insistió en decir que sí podía cuidarse el solo. Jongin escuchó sus palabras en silencio, sólo cambiando de semblante cuando no podía aguantar el dolor que causaba sentir alcohol en sus heridas.

–¿Por qué piensas que soy débil? ¿Acaso te produzco esa sensación? ¿En serio me veo débil?– exigió saber el mayor. –¿Por qué siempre estás un paso más lejos, haciéndome perder aire? ¿Tienes idea de cómo se sintió ver que esos tipos te golpeaban?

–Kyungsoo cálmate, por favor– fue lo único que salió de la boca de Jongin.

–¿Kyungsoo cálmate? ¿Es lo único que puedes decirme? ¿Por qué me haces esto?

–¡No estoy haciendo nada!– estalló el menor apartándolo un poco.

–¡Por eso!– gritó Kyungsoo como respuesta.

Un pesado silencio se apoderó del auto. Las ventanas estaban empañadas y sólo se escuchaba el golpeteo de las gotas de lluvia contra los vidrios y las latas de la camioneta. Kyungsoo cruzó los brazos, con los ojos llenos de lágrimas, totalmente frustrado y Jongin se despeinó sintiéndose igual.

Renacer: Porque vivirlo contigo vale la pena (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora