O33

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Michael pasó una mano por su cabello una última vez. Había tratado de que se viera mejor pero realmente no había mucho que hacer con él.
Además era algo tonto la chica lo había observado por años, Maggie ya conocía su aspecto más que nadie, ella ya lo había visto en sus peores y mejores momentos, al menos ese día estaba presentable.

Algo impaciente miró el reloj sobre la mesa y al darse cuenta que eran las 2:45 tomó unas gafas junto con una gorra y salió corriendo directo a su vieja escuela.

La chica ya estaba ahí cuando llegó.

Su llamativo cabello pelirrojo ondeaba con el viento mientras retorcía con sus manos los dobladillos del suéter que usaba ese día.

Michael estaba nervioso, ella era preciosa, más de lo que podía comprender y esos ojos lo perseguían por las noches. No podía creer que esa chica en algún punto de la vida estuvo enamorada de él y que la había dejado ir por su estupidez.
Pero ahora estaba ahí frente a ella para pedirle, más que eso, para rogarle que lo volviera a hacer de nuevo, que lo amara otra vez con una promesa de hacerle la chica más feliz de mundo, y así redimir sus errores del pasado.

Error 1: Jamás haberle hablado.

Por fin lo haría.

— ¿Por qué me miras así? — fueron las primeras palabras pronunciadas por la joven al ver que él no decía nada.

— Por qué eres hermosa. — por supuesto que lo era, solía fantasear con ese cabello rojo cuando estaba en la escuela.

— Basta. — murmuró incomoda.

— Hablo en serio. — el teñido intena aproximarse pero Maggie da un paso hacia a atrás aterrada.

— ¿Qué haces? No, quédate donde estás, no puedes acercarte a mí así.

— ¿Por qué? — la chica desvío su mirada mientras aclaraba su garganta.

— Es que yo... — Michael la tomó de brazo haciendo que lo mirara — No confío en mí cuando estás cerca.

— ¿Dónde está ese tal Finn?

— Esperándome, en su casa. —respondió la pelirroja sintiéndose culpable por estar ahí sin su novio.

— Déjalo.

— ¿Qué te pasa? — pregunta arrugando sus cejas — ¿Hablas en serio?

— Nunca he hablado más en serio, tú y yo estamos aquí y la verdad es que... siento que te he esperado toda mi vida. — aseguró tomándola de las manos — Ha sido el destino el que decidió que me mandaras esa primera carta, que fueras tú, siento que te he esperado toda la vida.

— Estás diciendo locuras. — niega la pelirroja — Hasta hace unos meses yo era una fan más, recuérdalo.

— Pero ya no más, tú has estado ahí siempre y yo te veía, solía mirarte en todos los recreos ¿por qué no me hablaste? — cuestiona algo frustrado — Sé que lo que yo sentía no se comparaba a todo lo que tú pero si tan solo me hubieras hablado, si me hubieras dicho algo, si tan solo me hubieras dado una señal... ¿Te imaginas cómo sería nuestra vida ahora? — el teñido suspira — Yo nunca te hubiera dejado ir, seguiríamos juntos... si tan solo te hubiera tenido Maggie, jamás hubiera dejado Sydney, tú y yo jamás nos hubiéramos separado ¿Entiendes? — la chica le suelta la mano y la coloca en su propia frente.

— ¿Qué dices? — suelta en un jadeo — ¿Te estás escuchando? ¿Te oyes? ¿Si quiera te das cuenta de lo que estás diciendo? — niega — ¡Disparates! ¿Acaso te imaginas la vida de las personas sin Michael Clifford? ¡La mía! ¿Qué hubiera hecho si no estuvieras en la banda?

— Pero me tendrías Maggie. — afirma él mirando sus oscuros ojos verdes — Yo estaría contigo y nunca me hubiera alejado de ti, estaríamos juntos ahora, no tendría banda pero seriamos felices.

— No, tú ya eres feliz, cumpliste tu sueño, yo soy feliz, deja de hablar sobre el: "Qué hubiera pasado" los dos estamos bien en este presente. — la chica lleva la mano hasta la mejilla del guitarrista y le sonríe con tristeza — Tienes que entenderlo, tú y yo estamos bien así, el mundo está bien así, muchas necesita de 5 Seconds of Summer, yo lo necesito, tú lo necesitas, no cuestiones eso, jamás. — un silencio se forma entre ambos y Michael trata de recordar cada una de las palabras que ella escribió, esas en la que le decía que lo amaba.

— No podemos cambiar el pasado. — acuerda él y se acerca a la chica rodeándole la cintura con ambas manos, es más que eso, la asegura, no quiere que se vaya, quiere sentirla cerca y no dejarla ir, esta chica lo ha vuelto loco, ahora la tiene enfrente y no quiere dejarla ir — Pero podemos cambiar el futuro. — murmura entre los labios de la chica que se queda estática al sentirlo tan cerca.

Maggie mira los ojos del chico que brillan sobre los suyos, soñó con eso tantas veces y estaba pasando, la respiración de Michael Clifford sobre su cara, su cuerpo pegado al del chico...

¿Podía derretirse en los brazos de un jovencito?

— Maggie... — vuelve a decir y sus labios se vuelven a rozar.Un escalofrío recorre la espalda de la chica y no hay nada que desee más que Michael termine con la terrible tortura.

Sus ojos se cierran y finalmente él lo hace. La besa. Une sus labios con los propios y es dulce, mucho mejor de lo que imaginó, deja de respirar en ese momento en que los labios de ambos empiezan a moverse. Todo comienza calmado, con timidez hasta que Michael decide de que no es suficiente, que necesita más de Maggie, porque ha esperado por ella y por qué siente que en el momento que se alejen no la volverá a besar nunca más aunque no quiere pensar en eso, quiere concentrarse en el sabor de los labios de la pelirroja, saben a fresa y son suaves, como ella.

¿Donde ha estado Maggie Greenwar toda su vida?
Eso es lo más irónico de todo. Justo en frente.

Cuando los pies de ella se ponen en puntillas para alcanzar mejor a teñido este la alza de manera en que sus pies quedan colgando y los brazos de la chica se aferran a su cuello, es tan pequeña y delicada que quisiera guardarla en una caja y que nada nunca le pase.

De repente besarla se vuelve necesario.
Como si aquella acción fuera más importante que respirar, eso hasta que ella se separa y baja su barbilla haciendo que en su frente queden los labios de Michael pintando una sonrisa traviesa de lo placentero que ha sido besarla de esa manera.

Ambos respiran de manera entrecortada y sus labios palpitan. Es como si una burbuja los rodeará.

Solo un chico la había besado antes que Michael de esa manera...

Finn.

Como si una cubeta de agua le cayera encima la pelirroja se aparta del guitarrista.

Su Finn.

Sin poder evitarlo sus ojos se llenan de agua. ¿Qué es lo que ha hecho? Su adorado Finn.

— Tú y yo tenemos una historia. — es lo único que susurra el teñido mirándole fijamente mientras le acomoda su cabello.

— Sí, una historia en la que tú vivías viajando por todo el mundo rodeado de chicas y yo me quedaba en casa fantaseando con conocerte. — reprocha Maggie — Yo estaba feliz sin ti Michael, me resigné a saber que nunca sería más que una fan en tu vida, todo para que vinieras hoy me besaras y volvieras a amarrarme a ti.

— No Maggie... No es eso lo que quiero. — trata de disuadirla mientras la pega a su pecho — Solo te quiero a ti.

— Tú no lo entiendes. — exclama frustrada y da un paso para atrás para verle a la cara — Siempre has sido tú ¿Qué no lo ves? ¿Qué no lo entiendes? Tú por encima de todo, tú más importante que cualquier cosa en mi vida... — se da la vuelta para darle la espalda al guitarrista — Y ya no quiero eso Michael.

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Hola lectoras ❤️ ¿qué tal su semana? ¿Qué tal el capítulo?
Este es tan Djdjjdjdjdjdj espero les guste tanto como a mí grrrr.
Aún que yo lo escribí admito que no está bien besuquearse a otro cuando se tiene novio 😭😂 pobre mi Finncito 😔
Gracias por los votos y comentarios de la vez pasada 😘😘😘
Nos leemos el viernes.
Clau*

Crystal | Michael Clifford |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora