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Michael le está sonriendo.

Ahí, colgado en su pared con hermoso cabello de color rojo, una sonrisa perfecta y su típica mirada brillante.

¿Cuántas veces soñó con ella? Demasiadas, de cerca es aún mejor.

Pero eso solo le trae a su mente hermosos recuerdos que la hacen llorar, justo como una niña pequeña con sollozos incontrolables y la sensación de que no va a parar, nada la consuela, lleva así varias horas luego de salir corriendo de la escuela tras hablar con Michael.

Su corazón está roto. Y se lo ha roto a sí misma por qué ella escogió seguir a ese teñido hasta el final del mundo, parecía una promesa sencilla puesto que nunca pensó que llegara a ponerla en una encrucijada, nunca pensó que llegaría a conocerlo o que él llegaría a invitarla a escoger.

Margarette se sentía como una mala persona.

Había vivido por años escondida en el Internet y las redes sociales amando a Michael Clifford y a su banda dónde lo que más le generaba drama en la vida era votar para premiaciones, las extrañas novias y la peleas en twitter, ahora había salido al mundo real, dejado la web y solo para descubrir que no era lo que ella quería. Era frustrante y complicado y lo problemas de verdad eran más difíciles que... twitter poniéndote un límite de tweets, de hecho te mortifican todo el día y solo intentas plantear una solución lo cual no te permite vivir tus días de manera normal.

La vida real apesta.

La pelirroja solo quisiera encerrarse en su cuarto y no salir jamás, tal vez sea un buen plan.

Y en esa terrible y dramática agonía la puerta de su cuarto se abre y a su lado, su cama se hunde al tiempo que escucha un enorme suspiro.

— ¿Qué sucede Mags? — suelta la voz de Finn en medio de su llanto — ¿Pasó algo malo? ¿Te dijo algo que te hiriera? porque si fue así lo buscaré y lo golpearé, no me interesa que sea famoso, nadie hace llorar a mi chica, no de esta manera. — sus dulces palabras se clavan en su pecho cómo dagas y Maggie solo quiere llorar aún más — Mags... — insiste y se escucha preocupado — Maggie. — la pelirroja se sienta en la cama y lo mira con ojos cristalinos finalmente — Ven aquí. — le pide el chico palmeando su regazo. Cómo un cachorrito perdido la chica gatea sobre la cama hasta llegar con su novio y sentarse en su regazo, Finn le quita el cabello de la cara mostrándole una sonrisa que casi sin poder evitarlo ella le devuelve, eso le provoca Finn seguido, felicidad, hasta en momentos como este. Acto seguido asegura su cintura — Esa es mi Maggie, ella siempre sonríe.

¿Cómo es que se ha ganado un chico tan bueno? Tan dulce.

Su primer beso.

Su primera cita.

La primera vez que alguien la tomó de la mano.

Su primer novio.

Más no su primer amor, y esos son para siempre.

Aún así su amado y deseado Finn estaba ahí mirándola con esos enormes ojos de venado, cómo si Margarette Greenwar fuera la mujer más especial en el mundo. No lo era. No después de lo que le había hecho. Se sentía sucia, lo había engañado. Sus labios habían tocados los de otro chico que no era Finn a quien solían pertenecerle por completo y ahora llevaban el nombre de Michael Clifford tatuado.

— ¿Mejor? — pregunta el castaño interrumpiendo sus pensamientos.

— No.

— Entonces dime que pasó, quiero arreglarlo Mags.

— Te amo Finn. — soltó la chica desesperada — Y quiero que sepas que pase lo que pase eso no va a cambiar, tú fuiste el primer chico que me hizo ser alguien, Maggie Greenwar te pertenece ¿Entiendes? — las lágrimas bajaban en cascada pos sus sonrojadas mejillas — Eres la realidad, la realidad que quiero vivir, me enseñaste que no todo el mundo es igual y que los chicos reales no dan miedo. — una pequeña risa salió de entre los labios de su novio — Me enseñaste que se siente que le gustes a alguien de la manera correcta, además me hiciste sentir bonita...

— Eres hermosa Maggie...

— Espera no me interrumpas. — continuó la pelirroja negando — El punto es... que no hay nada en este planeta que pueda hacer que este corazón deje de latir por ti, nada. — aseguró señalando su pecho Finn la miró con un brillo especial — Y quiero que estés seguro de mi amor.

— Lo estoy.

— Bien por que lo que te voy a decir te va a hacer dudar... y no tienes por qué. — la chica bajó la mirada y retorció sus manos — Michael me besó. — soltó finalmente — Y yo lo dejé, estuvo bien para mí, me gustó que lo hiciera, a ti no te voy a mentir, tal vez a mí misma sí pero a ti no, también me dijo que te dejara y que estuviera con él. — para este punto la respiración del castaño empieza a volverse irregular entonces la pelirroja se para y le da la espalda — Que él y yo teníamos una historia.

Un silencio se forma por unos segundos.

— Está bien. — suelta Finn y su voz suena calmada tanto que hace que Maggie se vuelva a mirarlo arrugando las cejas solo para darse cuenta de que sus ojos dicen otra cosa — Yo lo entiendo, él tiene razón, tienen una historia y sé que lo has amado desde hace mucho, lo comprendo Mags, lo que te haga feliz está bien para mí, no importa si debo hacerme a un lado.

— ¿Qué? Pero... — intenta hablar pero el la detiene.

— Dime Maggie. — le ruega cansado — Dime ¿Cómo es que se supone que voy a competir contra Michael Clifford? Explícame, el tipo toca en una banda y tiene tu corazón desde antes. — un leve suspiro se escapa de entre los labios del castaño — Quisiera que fuera diferente, pero no lo es, yo soy un simple cajero de Sydney que se enamoró de la pelirroja de los discos, prácticamente no soy nadie a comparación de él, sé aceptar cuando pierdo, está bien. — sin más el chico pone la mano sobre el pomo de la puerta, pero ella no lo deja irse, empuja la puerta para que se cierre y lo mira con desesperación.

— No... — es lo único que dice entre lágrimas — No te vayas, por favor, si me amas, si algunas vez me amaste no vas a salir de aquí Finnegan Smith, vas a luchar por mí y vas a abrazarme cómo solo tú lo haces, por que... — no pudo continuar, su voz estaba rota, le faltaba el aire, la idea de no tener a Finn más en su vida la destrozaba. El chico la tomó de la cintura tratando de que se tranquilizara y al ver esos ojos avellanas Maggie se puso de puntillas para besarlo muy fuerte, como si quisiera aferrarse al chico — No me dejes. — pidió entre sus labios.

El castaño le sonrió de lado y le besó la frente, por un segundo creyó que se quedaría, que jamás se apartaría de ella.

— No te estoy dejando... — murmura con una triste sonrisa — Solo quiero que seas completamente feliz Mags. Y no lo serás conmigo, acéptalo. — rozó su nariz con la de la chica y acto seguido salió del cuarto.

La pelirroja sintió cómo si una parte de ella salía con él de su habitación, de su casa, de su vida.

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¡Finn vuelve! No, Finn, no me dejes *se deprime en un rincón*

No mamen como lloré escribiendo este capítulo 😭😭 aún no lo supero, siempre pienso en The Scientist de Coldplay pero la versión de glee.
Lloro mares aún.
Dios yo amo a Finn y a Maggie.
Y mi corazón está roto.
En fin, nos leemos el lunes con él próximo cap. Siento no haber publicado ayer :( ps: GRACIAS POR LOS VOTOS Y COMENtARIOS ❤️❤️ tienen mi corazón.

Crystal | Michael Clifford |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora