BORRADA (Incluye Soundtrack)

CAPÍTULO TRES

Solo Existe Una Solución

El silencio reina en el aire. La luz del sol entra por las ventanas, ilumina el comedor. Me recuerda aquellas mañanas cuando Rosette se quedaba en mi casa para desayunar, y luego nos íbamos a la escuela, aunque siempre nos dejase el autobús. Hace tanto que fue la última vez que sucedió eso. Allí estamos, ella y yo, como en los viejos tiempos. La diferencia es que mis padres ahora no están. Todo lo que ha sucedido me tiene tan alterada que comienzo a ver cosas, la nota es una de esas cosas raras que no me dejarán dormir en paz esta noche. No puedo, ni podré dejar de pensar en la nota en un buen tiempo. Es como si mi mente estuviera jugándome una broma muy cruel. Como si volviera a la secundaria. 

Es tan horrible siquiera recordar esos horribles momentos. Mis compañeros me trataban horrible, sólo porque no entendían lo que sucedía, no entendían lo que soy, me llamaban bruja, todo ese tiempo con niños malvados me hizo enloquecer. Todo ese trauma cambio mi mundo. Me llevó casi al suicidio. Me quedo mirando el cereal con leche y el cuchillo que tengo al lado. Solo quiero desviar esos pensamientos de mi mente. 

La luz del sol se refleja en las cucharas casi como una linterna. Me recuerda a la linterna del sueño raro que tuve mientras estuve inconsciente. Jugando hasta en la más turbia situación, Rosette refleja parte de la luz hacia mis ojos. Antes acostumbrábamos a jugar con reflejos, pero tal vez sea por lo terrible de la situación o por la edad que tenemos (19 años, pero nos miramos mas jóvenes parecemos de 16), que me molesta en lugar de alegrarme. Eso me obliga a apartar la vista y es entonces que de su boca salen estas palabras:

—Laurie, ¿Por qué estás tan callada?

Mi vista vuelve a sus líquidos ojos azules y un breve silencio se hace presente, los ojos se me humedecen (pero parpadeo rápidamente para espantar las lágrimas) y respondo:

—Rosette... Creo que me estoy volviendo loca. En mi mente lo único que tengo es un vacío. No hay nada allí. Solo puedo pensar en que pronto se desatará mi locura y te puedo hacer daño... tienes que alejarte de mí. Si se me terminaran las pastillas, puedo llegar a lastimarte.

—No digas eso Laurie, vas a ver que todo se va a solucionar... —me dice Rosette en una forma tan calmada que es raro. Aunque con lo de la esquizofrenia y eso, ha aprendido a tranquilizarse en esos momentos y a calmar mis nervios—. Esto es algo momentáneo. Si se te terminan las pastillas vamos y robamos algunas de las farmacias. Con tal no hay nadie que nos diga que no podemos tomarlas.

—¿Y si no se soluciona? ¿Y si no hay más pastillas?... ¡Todo está mal! ¡Ya no quiero vivir! Nunca más veré a mis padres. Nunca más podré abrazar a Christian otra vez. Nunca más veré a mis abuelos, ni a mis tíos, ni a mi hermano en Washington. Me moriré atrapada en este infierno vacío. Al menos te tengo a ti aquí. Pero quiero verlos otra vez —digo gritando y doy un golpe en la mesa haciendo que se derrame la leche de los tazones.

—Laurie, tranquilízate, los vamos a hallar... a todos —dice susurrando, casi como si supiese que alguien nos escucha.

—Rosette... ya pasaron cinco días desde que desaparecieron todos —digo más calmada pero con los ojos húmedos.

—Ten esperanza, aun los podemos encontrar —menciona ella.

—La esperanza en mí ya se ha esfumado. Todo esto me está sacando de quicio. Rosette ¡no lo soporto más! —digo dejando escurrir las lágrimas que tanto me había guardado.

—Pues tienes que hacerlo, todos cuentan con ello. Tenemos que salvarlos —me dice agarrándome suavemente los brazos.

—¡No puedo hacerlo! Es mucho para mí. Creo que nunca debí de existir. Solo causo problemas —le gritó.

—Pues tu y yo somos las únicas que podremos resolver esos problemas —me intenta tranquilizar.

—No... solo hay una única solución —digo tomando el cuchillo de la mesa—. Solo quiero que esto termine. Cierto día me dijiste que nunca me dejarías sola. ¿Me acompañarás?

—Siempre —responde Rosette tomando otro cuchillo, y continua— si tengo que morir... me alegra que estemos juntas.

Por primera vez en mi vida sentía esa paz en mi corazón, como cuando terminas de hacer algo importante. Todo termina ahí, solo me queda decir adiós mundo cruel, que solo me has causado muchos sufrimientos. Adiós a este mundo vacío. Adiós a todos los problemas. Adiós a la universidad. Adiós a la vida. Adiós a mis padres. Adiós al amor que me unía a Christian. Adiós a todo. Adiós a Rosette, mi mejor amiga. Adiós a mí misma.