BORRADA (Incluye Soundtrack)

CAPÍTULO TREINTA

Haré Esto Por Él

Camino detrás del Doctor Wells por los anchos pasillos del edificio. Cada paso me hace recordar fragmentos de lo que una vez estuvo en mi cabeza. Son los mismos que antes... pero algo ha cambiado... Ya no he vuelto a ver la lampara de la oficina del Doctor Peter Wells. Son más claros: un hombre con zapatos rojos alejándose de mi, unos tacones blancos en el piso con sangre, niñas usando vestidos azules que parecen estar en un instituto, alguien con bata abriendo un armario de madera, una mesa de noche con una lampara nocturna de una estrella y un escritorio de cristal con papeles, libros y un sello. Son cosas que seguramente he visto antes, cosas reales, pero ¿por qué vienen a mi mente... cual es la razón para recordar esto? ¿Por qué tengo que sufrir por no poder recordar?

Pasamos a una sección extraña de este lugar. Hay ventanas polarizadas a excepción de la última. Me detengo un momento. En esa habitación se encuentra una chica, no ha de tener mas de 17 años. Está conectada a una maquina muy parecida a la que estaba conectada. Solo que ella esta recostada en una mesa, y yo estaba en lo que parecía ser una burbuja.

—Laurie, ¿te sucede algo? —Pregunta el doctor Peter, al pareces ha notado rápidamente que me he detenido, pues no está lejos de mi.

—¿Quién es ella?

—Ella es Alice. Esa maquina a la que está conectada es uno de nuestros primeros prototipos. Algo salió mal en su simulación y ella entró en estado de coma. La maquina sigue alimentándola, pero técnicamente está muerta. No pudimos hacer nada por sacarla de allí.

—Y ¿Por qué la introdujeron?

—Verás Laurie, tu no eres la única persona con estos problemas. Más, sin embargo, si eres especial. Nadie ha podido alterar una simulación, y nadie nunca salió de una de ellas. Tu eres la primera. No perdamos mas el tiempo... tenemos que rescatar a Richard —Dice mientras continúa caminando.

Pasamos otros pasillos extraños, unos que había visto antes y otros nuevos. Un pasillo que lleva a unos dormitorios. Unas escaleras que llevan hacia arriba lo que me hace preguntar si este sitio tiene dos plantas o si está por debajo del suelo... Hay lo que parece comedores. Salas de estudio. Algo así como una sala de espera... Todos vacíos.

El caminar me ha puesto a pensar que nunca antes me he visto en un espejo... ¿seré como en la simulación? ¿Mi cabello tendrá el mismo color rojizo? ¿Habrá cambiado mi rostro?... ¿Mis ojos seguirán siendo avellanados?... ¿Tendré las mismas cejas pobladas?... ¿mi barbilla seguirá siendo suave como lo ha sido en mi mente?... ¿Mi nariz achatada seguirá existiendo?... ¿Mi mente me mintió sobre mi apariencia física?

Algo brilla adelante... pero la luz no proviene de ello. Solo lo refleja... Es un espejo... Un gran espejo que ocupa toda una pared de un pasillo. Bueno tal vez tendré la oportunidad de comprobar si sigo siendo la misma.

Algo en mi se rompe, y algo mas nace al verme en el espejo. Lo único que ha cambiado es mi cabello, que ahora es algo ondulado y de color miel, al igual que mis ojos. Esos han sido los únicos cambios. Mi vestido se amolda a mi figura. Tal parece que la tecnología ha llegado incluso a la moda. Es de color morado. También llevo unas zapatillas transparentes. Lucen como de cristal pero se sienten como si llevara unos tenis o unas sandalias puestas en los pies. Lo único que si ha cambiado es que ahora parezco de 20 y no de 17. No es mucha la diferencia pero se nota levemente.

Nos aproximamos al laboratorio... Lo sé porque estamos en el salón que tiene una pizarra y unos pupitres.

El doctor Wells entra por la puerta del laboratorio y pregunta:

—¿Todo está preparado?

—Buenas tardes doctor, algo así... hemos estado rastreando la simulación y encontramos que ha aumentado un nivel mas, ahora son ocho niveles... —dice Patrick

—La falla se está comportando como un virus. Modifica todo el entorno de la simulación e incluso es capaz de crear niveles nuevos, una persona normal no podría tener mas de siete niveles. Esto es algo nunca antes visto. No sabemos que pueda haber allí adentro —menciona Charlotte.

—¿Pero ya tienen la capsula lista para que entre Laurie? —Pregunta el doctor wells.

—Si ya la hemos reconstruido... —Responde Charlotte.

—¡Qué esperan! Debieron de notificarme... Mejor comencemos —dice algo enojado el doctor Wells.

—Laurie ¿puedes sentarte en esa capsula? —Pregunta Patrick.

—Si—Respondo. Está abierta. Ahora ya puedo ver como es la capsula. Es como una burbuja transparente que se abre por la mitad. Y por fin logro verlo a él.

Es Richard. No luce diferente. Solo en su ropa y peinado. Lleva lo que parece ser una playera blanca que se amolda perfectamente a su cuerpo, cuello tipo V y con un dibujo de una hamburguesa acompañada de la frase: ¿Tienes hambre de mí?

También tiene puestos unos vaqueros azules y unos tenis blancos. Se ve en buena forma. Y parece que la moda de los cortes de pelo no ha cambiado mucho, lleva un corte bastante formal.  Luce como si tuviera veinte años.

Desearía poder recordar todo. Recordarlo a él. Los momentos que vivimos juntos. Mi pasado. Recordarlo todo. A mis verdaderos padres. A mis amigos, si es que tuve alguno. Pero sin lugar a dudas a Richard. Desearía poder recordar a Richard.

«Haré esto por él» digo en mi mente mientras entro en la capsula. Antes de que la capsula se cierre, digo a los presentes (El Doctor Wells, Charlotte, Patrick y otras tres personas que estan en la sala del laboratorio) algo nerviosa:

  —¡Hasta pronto!

La capsula se cierra mientras ellos saludan con la mano y se despiden, pero no puedo escuchar sus palabras. Todo se comienza a llenar de un líquido transparente. Respiro profundamente antes de que el extraño fluido sobrepase mi boca y cierro mis ojos hasta que llena toda la capsula. Los abro, y también mi boca solo, para darme cuenta de que puedo respirar en ese líquido. Noto que estoy flotando en el líquido. Algo parecido a una mascarilla de respiración sale de una de las paredes de la burbuja y lentamente se coloca en mi boca, pero deja mi nariz respirando el líquido. No hace nada, quizás sea un tubo de alimentación.

Lentamente, todo se va oscureciendo y cada vez me siento mas relajada. Dejo caer mi cuerpo, pero estoy flotando, así que solo se nota que bajo las manos. Finalmente todo se pone tan oscuro que no puedo ver nada.