Te quedaras conmigo para siempre

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  PARTE 2: LA TRANSFORMACIÓN

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PARTE 2: LA TRANSFORMACIÓN

Capitulo 18
Después de sentir cada centímetro de mi cuerpo quemarse lentamente, de que incluso respirar doliera hasta el alma... sentí paz. Tranquilidad. Un sueño profundo del cual no quería despertar. Flotaba en aguas tranquilas, pacíficas, de las cuales no quiero salir pues me dan vitalidad, fuerza... paz.
Varias escenas de mi vida pasan por mis ojos. Algunos cumpleaños, regalos... momentos felices. Ahí está papá. Como siempre. Lo quiero demasiado, ha sido todo para mí en estos años. ¿Dónde está mi padre? ¿Qué pasó con él?
¡donde está! ¡donde esta!

La tranquilidad se va y viene una fuerte desesperación. Quiero moverme, quiero ir con mi padre...
La imagen borrosa de él a mi lado mientras me ahogaba con el humo, aparece de repente.

¡NO! ¡NO! ¡QUIERO SALIR DE AQUÍ! ¡PAPA! ¡PAPA! ¿Dónde ESTÁS!
Ahora quiero salir del agua.
Unos ojos negros como el carbón me observan, mientras una boca en forma de corazón extremadamente roja se abre poco a poco y aparecen unos colmillos blancos.
Y grito en silencio.

Como si mi cuerpo se conectara de una sola vez, todos mis sentidos se activan. Es raro, pero puedo escuchar lo que parecen... ¿las hojas de un árbol al moverse? No, no puede ser.
También huele diferente... polvo, tierra, humedad... árboles, sí también hay árboles.
Muevo una mano y luego la otra. Sí, están en su lugar.
Tomo una gran bocanada de aire y abro los ojos de golpe.
Lo primero que veo es la madera que hay en el techo, bastante vieja y con moho, unos diminutos animales caminan a través de ella.
Eh... esperen un momento... si estoy en el suelo, ¿Cómo demonios puedo ver los insectos que caminan en el techo?.

Me incorporo poco a poco, llena de confusión. Noto que ya no me duele nada y veo uno de mis brazos. Mi piel está más blanca y pálida de lo normal. Me pellizco.. no siento nada. No hay dolor. Solo tengo... tengo hambre, mucha, mucha hambre.
Inspecciono mi ropa, es una bata de dormir toda rota y manchada de negro, con algunas quemaduras.

-así que... ya despertaste-dice una voz fría a mis espaldas.
Doy un brinco y me levanto del suelo. Wow... eso fue más rápido de lo que imaginé

Justin está majestuosamente recargado en la pared, de brazos cruzados y observándome con expresión burlona. El recuerdo del sueño tan horrible que tuve de él hace que retroceda.

-¿dónde estoy?-pregunto, e incluso mi voz sueña diferente. Suena como una de esas voces que tienen los que trabajan en los teatros. Simplemente perfectas, ni muy aguda, ni muy grave.
-en mi casa... bueno, más bien en mi sótano. Con todos esos gritos, no podía tenerte en otro lugar.
-¿gritos? ¿ a qué gritos te refieres?
Se echa a reír.
-por un momento me hiciste creer que esto no funcionaría.
¿en su casa? ¿en su sótano? Pero si los sótanos están... oh, aquí está oscuro, no lo había notado porque puedo ver todo perfectamente. Solo uno pequeño rayo de sol se filtra de unas de las paredes
-¿y por qué estoy aquí?
-porque... te salvé de que te quemaras viva en tu propia casa y te traje aquí, espero que no te moleste.
Todo esto lo dice de manera muy sarcástica.
-oh... pues, gracias. ¿Qué pasó con... con todos los demás?

La sonrisa desaparece de su rostro y se pone serio.
-no hubo sobrevivientes.
Me estremezco.
-¿mi... papá?
Niega con la cabeza.
-de echo, tuviste suerte de salir con vida. Si es que se puede decir así.
-¿cuántos días han pasado?
-tres.-responde con desinterés.
¿tres días? ¡tres días!

-yo... yo tengo que irme-repongo, casi sollozando.
-¿irte? ¿tú? Ah, mi querida ________, tu no puedes irte. Tú, te quedarás conmigo. Para siempre.

Camina hacia donde estoy yo.
-¡estás loco!
Echo las manos hacia adelante y con gran asombro, noto como le doy un empujón. Lo empujo tan fuerte, que choca en la pared, esta cruje y deja su figura perfectamente marcada, una parte se hace añicos al instante. Cierra los ojos y suspira profundamente. A penas si noto que los abre y está aprisionándome contra un pilar.
Se ve enojado.
Tengo miedo, mucho, mucho miedo.

-nunca, escúchame bien, nunca vuelvas a hacer eso.
Giro y quedo con un brazo directamente en el único rayo de sol que se filtra. Un ardor intenso y mi piel se enrojece. Me quito de inmediato.
Esto no es normal. El me hizo algo, mi garganta también quema y tengo hambre.

-que me hiciste. ¡qué demonios me hiciste Justin Bieber! ¡esta no soy yo! ¡esto no es normal! ¿qué eres? ¿qué soy yo ahora?
No contesta y saca una cajita negra de su saco.
-esto es para ti-dice, extendiéndola hacia a mí.
Lo ignoro y sigo con mis interrogantes.
-¡dime!
Como si hablase con una niña pequeña a la que no quiere perderle la paciencia, sigue con su propio diálogo.
-se suponía que te lo iba a dar en la fiesta de compromiso. Pero como no hubo tal... lo necesitas ahora si no quieres quemarte con el sol. Tal vez no sea la manera más romántica de dártelo, pero servirá.
Abre la caja y saca un precioso anillo, muy parecido al que el tiene, pero para mujer.
Me jala la mano y levanta uno de mis dedos. Lo pone ahí.

-medida perfecta. Listo.

Estallo en furia.
-¡RESPONDEME JUSTIN, QUE ERES Y EN QUÉ ME CONVERTISTE!
Enfadado, me toma por la cintura y estrecha contra él, hasta que solo nos separan unos centímetros de distancia.
-un vampiro. Y apuesto lo que quieras a que te mueres de sed ahora.
Burlonamente, saca una botella de vidrio, con un brillante líquido rojo escarlata.

SPOILER:
"Quito un mechón de desgreñado cabello de mi rostro. Al hacerlo, veo perfectamente que mis manos están completamente manchadas de sangre.
No solo mis manos, si no también lo que queda de mi ropa (una quemada y rota bata de dormir) y mi boca. "

Memorias de un Vampiro I *Despertar* •|Justin Bieber y Tu|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora