Te di la vida eterna con mi propia sangre.......

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 Desembarcamos en el puerto de Londres un domingo por la tarde, casi al anochecer

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Desembarcamos en el puerto de Londres un domingo por la tarde, casi al anochecer. No puedo creer que esté en Inglaterra.
El imponente Big Ben y el río Támesis se extienden ante mis ojos incrédulos.
-bienvenida a Londres-dice Justin, mientras ordena que bajen nuestras cosas.
Me siento... me siento emocionada y al mismo tiempo un tanto temerosa. Venir aquí significa empezar desde cero y no sé muy bien en dónde comenzaré porque... como supongo se han de haber dado cuenta, casi no sé nada de lo que me espera aquí. Bien encontrarme con un grupo de vampiros salvajes a los que lo único que les importa es beber sangre y matar.

Al estar ya en tierra firme, un hombre gordo y bonachón se acerca a Justin.
-¡Sir Justin! ¡veo que ya regresó usted de su largo viaje, eh!
-sí, Rupert. Un largo viaje. Pero valió la pena.
-me temo que no tengo el honor de conocer a su hermosa acompañante.
-ah... la señora Bieber.-contesta con desinterés.
Al hombre se la abren los ojos como platos.
-vaya, veo que sí valió la pena su tardaza. Bienvenida a Londres, señora Bieber. Estoy a su disposición.
Hace una pequeña reverencia.
Creo que yo estoy tan confundida como el pobre de Rupert... señora Bieber, ja, sí claro. Una vez que se va, acoso a Justin.
-¿señora Bieber?-pregunto con sarcasmo.
-suena bien, ¿verdad?
-sabes perfectamente que tú y yo no estamos casados.
Él solo se encoge de hombros.
-No lo creo necesario. Te di la vida eterna con mi propia sangre. Eso debe significar más que un papel donde diga que eres mi esposa. Serás mi compañera por toda la eternidad.

Por toda la eternidad suena... mucho tiempo. Y a decir verdad, no sé si me guste por completo.
-creí que te gustaba pasar desapercibido. Que nadie te conocía en la ciudad.
-así es. Pero no significa que no tenga que hablar con nadie. también necesito hacer negocios.
-pero ellos... deben sospechar cuando pasan los años y no cambias...
Sonríe.
-para eso hay otros métodos.
-¿los matas?-estoy algo preocupada.
-claro que no. Puedo ser todo lo asesino sádico y sin remordimientos que quieras, pero no mato humanos si no es absolutamente necesario. Como tu amigo Giovanni Borgia... ese si fue todo un placer...
Su mirada se pierde un momento en los recuerdos y creo que siento algo de escalofrío.
-¿entonces?
-persuasión. Ahora, tenemos un problema más importante.
Señala con el dedo índice el cielo, que está casi completamente oscuro.
-¿un problema más grande? ¿cuál? ¿Qué no se supone que estamos en tus dominios?
-ohh mi querida __________, créeme que cuando la luna llena está en lo alto... ni yo puedo hacer nada en mis dominios.
-sigo sin entender.
Frunce el ceño.
-luna llena... hombres lobo...-lo dice como si fuera demasiado obvio.
-oh... eso.
-sí, eso. Somos carnada fácil para esos perros en cuanto la luna llena esté en lo alto del cielo. Fue un mal momento para desembarcar... tendremos que llegar al castillo lo más rápido posible.
-¿castillo? No me habías mencionado un castillo...
-hay que apresurarse.
-no podríamos... ¿quedarnos en un hotel hasta que amanezca o algo así?
-no. Porque entonces estaríamos corriendo más peligro. Además no podemos quedarnos aquí solos con esto.
Le da una palmada al saco negro que sostiene en su mano. La daga.
-Iremos corriendo.
-¿corriendo? ¿dónde exactamente está tu castillo?
-internado en el bosque, lo más lejos de Londres que se puede, como en Venecia.
-¿cómo en Venecia, eh? ¿para que los vecinos no escuchen los gritos de las pobres señoritas que conviertes en vampiros sin su consentimiento?
Tuerce una sonrisa.
-de echo, tu eres la primera y probablemente la última. Andando. Me sigues y ante cualquier movimiento o ruido extraño me avisas.
-¿y el resto del equipaje?
-estará en el castillo después del amanecer. No te preocupes por eso. ¿entendiste mis indicaciones?
-te sigo y cualquier movimiento o ruido extraño te aviso. Entendido.
-bien.

Camina tranquilo por la orilla del Támesis saludando a algunas personas con la mano, se aleja cada vez más del puerto hasta llegar a una zona despoblada. Entonces ahí, comienza a correr de verdad
.
Han pasado dos meses desde que soy un fenómeno y aún no logro acostumbrarme a mis movimientos de fenómeno.
Hecho a andar tras él, con velocidad, con agilidad, a pesar de mi gran vestido (en un color café, casi negro) y mis zapatillas de tacón alto. Seguirlo no es un problema, a decir verdad, si quisiera podría ganarle, pero en realidad no sé a donde me lleva. Solo veo y esquivo árboles y rocas por el camino. Pero noto que la luz va disminuyendo hasta quedar prácticamente en penumbras. Una densa y escalofriante neblina se extiende por todo el camino.

Estoy tan emocionada por pensar qué es lo que me espera en ese misterioso castillo, que olvido por completo sus indicaciones de ante cualquier cosa extraña decírselo.
Solo dejo que mis pies y piernas anden con libertad. La adrenalina recorre por completo mi cuerpo, haciendo que me olvide de todo lo demás...

Esto hasta que...

Hasta que de repente una cosa enorme y peluda se abalanza sobre mí, haciéndome caer al suelo por completo.
Solo alcanzo a ver unos horrendos ojos inyectados en sangre y un enorme hocico.
Grito de dolor cuando el animal da un zarpazo que va a parar directamente en mi cuello.

...dolor... creí que los vampiros no sentían dolor. Aprieto los ojos, esperando lo peor...

SPOILER:
"tengo miedo. Mucho miedo de abrir los ojos y encontrarme con esa cosa horrible que me saltó encima. Tal vez sigue ahí, gozando de oler mi miedo, esperando para ver mi sufrimiento y matarme lentamente"

Memorias de un Vampiro I *Despertar* •|Justin Bieber y Tu|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora