El juego cambio de reglas.

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Mire al chico frente a mi con sorpresa. Sabia que debía romperle la cara y cortarle su hombría, pero algo me decía que no lo haga, que no era maduro hacerlo.

A la mierda la madures, rapalo mientras duerme.

Tenia razón, él debía pagar por todo.

-em...Aye...-llamo mi primo empujándome por el hombro. Volví a la realidad un momento después, lo mire parpadeando.

-¿que?-pregunte como si nada hubiera pasado.

-nada, solo que te quedaste mirando a Adam como si quisieras arrancarle el cuello.-comento Sebas como si no fuera realmente nada.

Avergonzada, mire a mi primo una vez mas y luego mire al piso intentando no fijarme en Adam quien, ahora, era mi nuevo socio. Suspire intentando calmar mi vergüenza por algo tan estúpido y continue como si nada hubiera pasado.

-bueno...-frote las manos en mi pantalón para apartar los nervios.-¿decime, Adam, quien me mando el mensaje?-en realidad no creía que él lo supiera, estaba tomándole el pelo y el sarcasmo en mi voz revelo mis intenciones, pero él solo rio y apoyo los codos en sus rodillas para mirarme mas de cerca.

-hay una bruja, Rocio, que manda mensajes así, con esos sellitos o dibujos, cosas así.-explico mirándome con curiosidad.

Y ahí caí en cuenta de nuestra conversación con Leila, ella me había dicho que una bruja llamada Rocio se comunicaría conmigo en estos días, pero nunca pensé que sería tan pronto y mucho menos con cartitas de ositos. No podía dejar que Sebastian oyera eso, que supiera que estaba planeando hace, no por ahora.

No lo pensé mucho.

Alce la mano y, casi con deleite, abofeteé a Adam.

El chasquido se oyó en toda la habitación y el dolor se extendió por mi mano al mismo tiempo que Adam retrocedía con dolor y tapando su mejilla con la otra mano. Mi primo, todo un pomposo héroe de novela, se lanzo sobre mi y me impido volver a golpear a Adam mientras gritaba incoherencias.

-soltame- Grite mientras forcejeaba. Sebastian, sin saber que hacer, me soltó y dijo algo así como: "voy por Mica", y salió de la habitación. Mire un momento al suelo, por si volvía, y luego me levante con tranquilidad y cerré la puerta que Sebas había dejado abierta. Suspire, no tenia mucho tiempo. Había que salir e ir a buscar a la bruja antes de que sea Domingo, eso había dicho leila.

-¿pero que carajos?- exclamo Adam aun sujetándose el rostro desde la silla.-¿por que pegaste?

-Sebastian no sabe nada de Rocio y quiero dejarlo en la ignorancia por un rato mas.-saque la estela de mi bota y empecé a dibujar una runa en la puerta 

-¿y por eso me tenías que pegar?-se levanto de la silla de un saltó y me miro soprendido.-¿no podías solo decirle que se fuera o decirme que no hablara?

- a ver, genio, si yo te decía algo así él...-señale la puerta por donde mi primo se fue mientras me volteaba hacia el chico.-...iba a insistir y todo se iria al caño

-sabias que existe la palabra "No"-Masajeo su mejilla mientras hacia muecas de dolor.

Rodé los ojos, que exagerado. Guardé mi estela y empecé a pensar la manera mas sutil y desapersibida de salir para ir a ver a Aria y a Leila, no eran las mejores pero serían las que menos me importa si mueren...o por lo menos Leila.

-El te hubiera seguido y acosado hasta que se lo dijeras.- Mire la ventana y la descarte en ese mismo instante. Mire mi armario, nop, ahí no. Y por ultimo, opte por la puerta de adelante. Sería difícil pero... 

Cazadores de Sombras Argentina: Sangre Derramada (#2)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora