Capítulo 4.

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La chica gira elegantemente sobre la silla, levantando el mentón para mirar a Harry y sonreír.

—Que bueno verte, amor. —Dice, sin dejar de sonreír, y Harry puede notar el sarcasmo en su voz—. Esperé mucho por tu llegada, por cierto. —Harry frunce el ceño.

—¿Kendall, me puedes explicar qué estás haciendo aquí? ¡Aquí en Londres, aquí en mi oficina, aquí en mi vida! —Exclama, cerrando la puerta de la oficina. La chica frente a él no se inmuta, sonríe con suficiencia todo el tiempo.

—Cariño, te recuerdo que tenemos un acuerdo. —Harry camina alrededor de toda la oficina, tratando de calmarse. Odia a su padre, realmente lo odia.

—Yo firmé la renuncia. —Dice, cruzándose de brazos. Kendall deja de sonreír, sacudiendo la cabeza.

—No puedes firmar un acta de divorcio como si fuera una simple carta. —Demanda, y Harry jura que quiere romper todo lo que está a su alrededor.

—¿Ah, no? Yo ya lo hice. Te pido que salgas de aquí, ahora. —Señala la puerta, pero ella no se mueve de su lugar.

—Si ambas partes están en desacuerdo, no hay divorcio, querido. —Harry cierra los puños con fuerza. Pensó que se había liberado de ella en cuanto subió en un avión con destino a Londres, pero por supuesto que no fue así.

—Esto no es un matrimonio de verdad, Kendall, te recuerdo que estamos casados por conveniencia. A ti te conviene... —Kendall suelta una carcajada, interrumpiéndolo sutilmente.

—Harry, no seas ridículo. Ambos sabemos que tu padre y tú necesitan del dinero de mi padre para mantener sus empresas en pie. Si a alguien le conviene este matrimonio, es a ti. —Harry la mira con tanto odio, y ella sólo sonríe con satisfacción.

—No tenías que venir. —Es todo lo que dice.

—Harry, la noticia se hizo pública, todos los medios sacaron fotos de tu llegada a Londres, sin mí. Ya comenzaban a llenarme de preguntas sobre nuestro supuesto divorcio. No puedes dejar que se creen ese tipo de rumores. Mi padre está furioso, me obligó a viajar y por eso estoy aquí. Tienen que vernos juntos, no puedes mudarte a otra ciudad sin mí. ¿Cómo se te ocurre semejante idea?

Harry tira de su cabello con frustración. Está encadenado. ¿Cómo es posible que se dejase encadenar a esta mujer? Quiero decir, Kendall es preciosa, es elegante, es millonaria, es el sueño de todo hombre, pero es como una piedra en el zapato, tan jodidamente irritante y pegajosa. Tiene que pensar en algo para romper el contrato. Molestar a Kendall, hacer que ella firme el divorcio. Debe pensar rápido.

La puerta de su oficina se abre de repente, dejando a la vista la silueta despampanante de Des. Harry lo mira con furia. La mirada de su padre va directo a Kendall.

—Kendall, querida, que bueno verte. Me alegra mucho que estés acompañando a Harry, así puedes manejarlo un poco. Mi hijo es totalmente inútil sin ti. —Harry lo mira indignado y ofendido, pero su padre lo ignora por completo—. Parece que no puede hacer nada bien si no hay nadie presionándolo.

—Bueno basta, es suficiente. También estoy aquí y puedo escucharte. —Des lo mira con decepción.

—Es mejor que te ocupes de evitar más escándalos. Ya me tienes verdaderamente cansado con tantos rumores, de los cuales la mayoría son 100% ciertos gracias a tu inexistente sutiliza y tu falta de competitividad. ¿Acaso nunca podrás enmendar tu vida? —Harry suelta una risa falsa.

—No tienes que decirme lo que tengo que hacer. Te recuerdo que tengo veintitrés años, padre. Puedo hacer de mi vida lo que me dé la gana. También te recuerdo que no fue mi idea el casarme con Kendall, quien no provoca nada en mí. —Apunta. La chica no muestra ninguna emoción ante sus palabras.

Moto-Taxi ➳ Larry AU ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora