Estoy en el camerino, repasando los movimientos en mi mente, esperando que vengan a por mi, antes de lo que es un suspiro, tocan la puerta, comenzando a ir hacia el ring.
Cuando entro en el, el público vitorea mi sobre nombre. Sin embargo cuando anuncian a mi contrincante, hay gritos y euforia por todos lados.
Luna Sangrienta es una chica la cual tiene el pelo castaño y ojos negros, los cuales cargan rabia, tristeza, odio y dolor. ¿Cómo lo se? Lo se porqué yo era así cuando me metí en este mundo, bueno me convencieron, tenían que aprovechar el que yo estuviese indefensa e irrevocablemente loca por tener dinero para la clínica de mamá.
Yo antes no pensaba en mi contrincante, simplemente en desahogarme y por lo que me he podido fijar ella utiliza esto de forma parecida.
Mas, por mucha furia y rabia que utilice yo debo ganar y seguir con las investigaciones.
La pelea comienza, ella se abalanza a dar golpes, que yo puedo esquivar fácilmente. Se dedica únicamente a atacar, no se defiende, esta utilizando todo solo en el ataque, por lo cual yo me mantengo haciendo, fintas, esquivando los golpes. Ella suelta unas cuantas cosas
- Eres una cobarde eh, la gran loba blanca esta huyendo de golpear!!
- Quien puede apreciar tu forma de pelear!!
- Cobarde!!
Todo el mundo la ovacionaba, siguiéndole el juego con sus palabras, eso no era nada a otros insultos que escuchaba en alguna ocasión atrás.
Me dedique a estar callada, vi como sus golpes iban disminuyendo de fuerza, se estaba cansando, cuando su último puño ya no se podía elevar como antes, me aparte los guantes de la cara y en una rápida oportunidad le di unos tres golpes, provocando su caída al suelo.
Gané la pelea, demasiado fácil, todo el mundo me ovacionaba, vi a mi contrincante en el suelo llena de ira.
Me acerqué con la intención de ayudarle a levantarse pero, se levantó antes de decir nada. Me acerque todo lo que pude y en su oído le dije.
- El odio, la furia, la rabia no hay que gastarla con los que no tienen culpa. Se lo que sientes lo he vivido, vivir así no te ayudará, solo hará que te vayas desgastando, hasta no poder contigo misma, física y psicológicamente.
Después de esto me fui a cambiar. Cuando salí me sentí observada.
Mire al frente y no podía creerlo, ¡¡¡¡que hace este tipo aquí!!!!
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La Boxeadora
RomanceMi felicidad terminó a la edad de 10 años, mas concretamente, el día que murió mi padre. Te preguntarás el ¿Por qué? Muy simple, un delincuente miserable e infame asesinó a mi padre, estando mi madre y yo en casa. Aquel día no solo perdí a mi padre...