Aiden Black, el mujeriego de la Universidad se encontraba delante de mi sonriendo socarronamente. Se va acercando hasta mi poco a poco y comienza a hablar.
- Así que la señorita es boxeadora de peleas ilegales.
- Así que al idiota mujeriego, le gustan las peleas ilegales -dije en su mismo tono- eso o no paras de seguirme.
- Quizás sean ambas.
- A eso se le llama acoso, puedo ir ha levantar una orden de alejamiento en tu contra.
- No creo que quieras eso
- Ya enserio dime que haces aquí!!!
- Ver a lo que se dedica mi futura novia -sonrió con burla-.
- ¿Futura novia? ¿Tu estas alucinando verdad? Nunca sería novia de un idiota, mujeriego como tú. Yo tengo principios, no caigo por cuatro palabras bonitas, como todas esas que se te lanzan para complacerte ¡puaj que asco!
- Eso dices, pero yo sé que te mueres de celos cuando eso pasa, seguro que querrías estar en su lugar.
- Para escuchar tonterías mejor me voy, estoy perdiendo un tiempo que me vendría perfecto para otras cosas.
Veo a Lucas con el coche, sonrío yendo en su dirección sin mirar al sujeto de atrás, pero notando como su mirada me perfora la espalda.
Con Lucas vamos hablando de la pelea de hoy, de como actuaba esa chica, cuando entro por la puerta de casa, veo a James y Nadine, ambos están en la sala abrazados en el sofá.
Me provocan mucha ternura, mis padres se querían pero creo que nunca lo demostraban delante de las personas.
Mamá siempre fue una persona más fría y sería. El que más me consentía y me cuidaba era papá. Por eso cuando lo mataron fue como si me quitaran el aire. Mi madre se volvió loca no asimila nada de lo ocurrido todos estos años es como si no los ha pasado está atascada en el pasado, creyendo que papá volverá pero no es así.
Subo a mi habitación sin hacer ruido, me estiro en mi cama me paro a pensar, ¿que narices hacia Black ahí? Últimamente lo he visto en demasiados sitios a los que voy.
Un momento ¡¡este tipo!! Dios, no le advertí de las consecuencias, espero que no abra la boca de ha lo que me dedico fuera de la universidad por que sino lo mato.
El lunes le dejaré muy claras las cosas, nadie tiene que saber nada, pensando en ello el cansancio hace mella en mi, por lo que acabo dormida en segundos.
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La Boxeadora
RomanceMi felicidad terminó a la edad de 10 años, mas concretamente, el día que murió mi padre. Te preguntarás el ¿Por qué? Muy simple, un delincuente miserable e infame asesinó a mi padre, estando mi madre y yo en casa. Aquel día no solo perdí a mi padre...