09

1.6K 163 40
                                    

                  

A veces deseo no haber escogido esta carrera pero luego recuerdo a los que estudian medicina y se me pasa.

― ¿Qué haces? ―preguntó Bryan entrando a mi habitación.

― Aquí, jugando a las muñecas.

― Ugh, tú y ese sarcasmo ―se quejó Bryan.

Lo seguí con la mirada hasta que se sentó al borde de mi cama. Puse los ojos en blanco.

― Estoy haciendo tarea ―dije cuando volví la mirada a mi libreta de matemáticas. ― ¿Tú no tienes?

― Sí, pero ya la hice.

― Creí que te ahogaban en tarea.

― Lo hacen.

Me giré con todo y la silla y lo miré con el ceño fruncido.

― ¿Qué? ―preguntó.

― ¿Cómo es que te mandan toneladas de tarea y la terminas pronto?

― Me gusta mi carrera.

¿Qué rayos trata de decirme?

― A  mí también me gusta la mía ―bufé.

Bryan se limitó a reírse y después se dejó caer sobre la cama.

+ + +

― Levántate, tarado ―dije mientras golpeaba su pierna con mi pie.

Bryan abrió los ojos con cierta dificultad y luego se impulsó para levantarse.

― Me interrumpiste ― se quejó.

― Vamos a algún lado, estoy harta de la tarea.

― Vamos ―dijo sonriendo al mismo tiempo que rascaba su nuca.

Tres años atrás esto me hubiera matado pero ahora ya no.

Bryan ha sido mi amigo desde que estábamos en secundaria. Ahí fue en donde lo conocí.

Nunca había tenido sentimientos que fueran más allá de la amistad por Bryan pero hace tres años había comenzado a tenerlos y no era algo muy agradable. Es decir, Bryan es mi mejor amigo y en esa época, verlo diario era una tortura porque él estaba enamorado de esta hermosa chica y yo tenía que aguantar verlo babear por ella a todas horas. Constantemente me visitaba solamente para hablar sobre ella y todo terminó cuando ellos se convirtieron en una pareja formal.

Mis sentimientos por él se desvanecieron poco a poco y volví a ver a Bryan como mi mejor amigo y nada más.

― ¿En qué piensas? ―preguntó golpeando ligeramente mi brazo.

― Eh...en nada ―sonreí y lo agarré de la muñeca para guiarlo a la puerta y salir.

― ¿Se van? ―preguntó mi mamá arqueando una ceja.

― ¿Me das permiso? ―dije soltando a Bryan y ella asintió.

Ambos salimos de la casa y nos dirigimos a su auto.

Me peguntó a donde quería ir pero no lo sabía así que solo comenzó a conducir. Después de un rato estábamos en el parque del otro día.

Se estacionó y luego nos bajamos, comenzamos a caminar y finalmente Bryan se detuvo frente a una banca.

― ¿Quieres algo de la tiendita? ―preguntó mientras yo me sentaba.

― Hmm... un frutsi y papas ―sonreí como una niña pequeña tratando de convencer a su mamá. Bryan se limitó a negar con la cabeza. Según Bryan, no me alimento adecuadamente pero de verdad lo hago, solo que cuando estoy con él solo como comida chatarra.

No Angel | Alan Navarro |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora